ARTE EN VIENA: Me siento una obra de arte

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Foto: Un nudista, en el Leopold vienés. | Reuters

Ver un desnudo masculino en una pintura, como parte de la exposición de un museo, no es nada fuera de lo normal. Pero sí resulta extraordinario ver a un hombre desnudo en un museo, contemplando un desnudo artístico. Y eso es precisamente lo que está ocurriendo en el Museo Leopold de Viena. No un solo hombre, sino grupos enteros de visitantes nudistas se pasean por sus salas, en pandilla, en pareja e incluso en solitario, hasta el punto que el visitante vestido no sabe muy bien si dirigir la vista a las obras que componen la muestra ‘Hombres desnudos’ colgadas en las paredes o a los desnudos visitantes.

Ya durante la inauguración causó escándalo el concepto publicitario de esta exposición, que se servía de fotografías de futbolistas desnudos. Los carteles empapelaron la capital austriaca y a las que hubo después que tapar selectivamente con bandas adhesivas debido a las protestas. A pesar del accidentado comienzo, el número de visitas al museo ha aumentado un 17% durante esta exposición, abierta hasta el 4 de marzo. Recientemente, un grupo nudista pidió permiso a la dirección del centro para ver la muestra tal y como Dios los trajo al mundo y al director del museo le pareció una buena idea.

“Es un símbolo de la tolerancia y la apertura”, dijo el director del Leopold, Tobias G. Natter. “La posibilidad de recorrer desnudo el museo es algo excepcional y, para muchos, fue una ocasión única”, recuerda, por lo que decidió ampliar esa experiencia y se abrió al resto del público la invitación a, e determinados horarios, visitar la exposición dejando en el guardarropa todo menos los zapatos.

Todo un éxito. Durante el horario previsto, a partir de las 18:00 horas, más de 300 personas sin ropa han desfilado ante los 300 cuadros, fotos y esculturas seleccionadas por los organizadores para trazar el recorrido del desnudo masculino en la historia del arte. La presencia de cámaras y periodistas incomodó a algunos de ellos, que recorrieron las salas del museo a toda prisa, pero la mayoría desfrutaron de la atención mediática. “Me siento muy bien, me siento como una obra de arte entre obras de arte”, decía el joven Christof, de 19 años, a los reporteros de la televisión pública austriaca.

“Es bueno sentirse así de libre, estoy viendo esta exposición por segunda vez y me parece mucho más interesante ver ‘Hombres desnudos’ como hombre desnudo que cuando lo hice con ropa”, decía Max, que llamaba al público de Viena a acudir en masa a disfrutar de la experiencia. “Es una gran historia para contar a mis amigos”, dijo Luc, un estudiante de Francia, fascinado por la fotografía que forma parte de la muestra y que lleva por título ‘Vive Le France’, en la que aparecen tres hombres de tres razas distintas que no visten más que unos calcetines azules, blancos y rojos y botas de fútbol.

 

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