Celibato y escándalos por abuso sexual: una cultura del secreto

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La iglesia Católica enfrenta dos temas cruciales tras la renuncia del papa Benedicto XVI: el celibato y el escándalo de los abusos sexuales. Muchos esperan un nuevo rumbo mientras que otros son más escépticos. ‘Es una cultura del secreto’, dijo al medio digital Terra el Padre Alberto Cutié, quien dejó la sotana, se casó, tuvo dos hijos y se convirtió a la iglesia Anglicana.

El Padre Alberto conoce de primera mano lo que es vivir en celibato y los conflictos a los que se exponen los sacerdotes, pues se vio obligado a renunciar al sacerdocio luego de que fuera descubierto in fraganti con su ahora esposa en una playa de Miami.

Lo que sorprendió a muchos tras el escándalo es que Cutié no abandonó el servicio a Dios, cuando su relación salió a la luz, sino que pasó de ser un sacerdote de la iglesia Católica Romana a ser un sacerdote de la iglesia Anglicana, cuyos ritos son prácticamente iguales a los de la iglesia Católica Romana, con la diferencia de que aceptan el matrimonio de los sacerdotes.

Precisamente esa aceptación del matrimonio y de la sexualidad es lo que defiende Cutié. Aunque no dice que para que esto suceda dentro de la iglesia Católica Romana tienen que suceder muchos cambios estructurales, afirma que de esta forma muchos sacerdotes que están pasando por lo que él pasó saldrían de las sombras.

“Puedo decirte que todos los días recibo por lo menos un correo, una carta o una llamada de un sacerdote que está en la situación que estaba yo antes; que siendo sacerdote romano y que habiendo aceptado el celibato se encuentra enamorado o incluso tiene hijos clandestinamente. Y esas situaciones se seguirán dando hasta que la iglesia no se dé cuenta de que la sexualidad humana es simplemente eso, es una parte de que somos humanos”, argumentó el Padre Alberto.

En 2009 estalló el escándalo del Padre Alberto cuando la revista TVNotas USA, en su edición del 14 de mayo de 2009, publicó unas fotografías que mostraban al Padre Alberto acariciando a una mujer en una playa de Miami Beach. Según la revista, un paparazzi filmó y fotografió al sacerdote y a la joven juntos durante unos días. Esa joven es Ruhama B. Cutié, su ahora esposa y madre de sus dos hijos, Camilia Victoria Cutié y Alberto Felipe Cutié.

Aunque reconoció que hay gente muy especial que puede ser célibe, opina que la abstinencia no debe ser algo impuesto. La razón es simple: “¿por qué vivir tu sexualidad tiene que ser un impedimento para servir a Dios cuando nunca lo fue en el pasado, cuando los apóstoles estaban casados y cuando Jesús no habla del celibato en el Evangelio? No hay ningún mandato divino que impida que un hombre casado pueda ser obispo, sacerdote o diácono. ¿Cuál es el problema?”, argumenta Cutié.

Lo irónico es que el Padre Alberto confiesa que siempre consideró el matrimonio, aún cuando se convirtió en sacerdote, pero quiso cerrarse a ese sentimiento. “El joven católico latino criado como yo solo conoce un sacerdocio y el que yo conocí era el sacerdocio célibe como el del padre de mi parroquia, pero lo que le atrae a uno es servir a Dios y uno acepta el deseo de servirle”.

Al preguntarle por qué cuando se dio cuenta de que estaba enamorado no optó por colgar los hábitos en vez de vivir una doble vivida respondió que “‘es difícil por muchas razones, lo primero es un cambio cultural”. Al tiempo que dijo que hay que tener mucha valentía para enfrentarse a la familia y a la sociedad.

“Si yo hubiera conocido y entendido lo que es ser un sacerdote anglicano hace 25 años creo que hubiera sido sacerdote anglicano desde el principio y no hubiera tenido este problema, pero la gran mayoría de nosotros crecimos en esta cultura y es muy difícil cuando uno siente un llamado de servir a Dios y una de las condiciones es el celibato, que es muy difícil romper con toda mi formación, con mi pasado, para comenzar una vida nueva. Incluso, los que me escriben ahora me dicen eso, me dicen Alberto yo aplaudo tu valentía. Hay sacerdotes mayores que me dicen que si fueran jóvenes harían lo mismo, otros me dicen no sé qué hacer, estoy asustado, no sé cómo hacer esta transición”, relata el sacerdote anglicano.

El Padre Alberto enfatiza además que “el celibato va más allá del matrimonio, es una continencia absoluta, es no ver pornografía, es no estar en situaciones de homosexualismo y es obviamente es no estar en relaciones sexuales con menores de edad”. Por eso, está convencido que eliminando el voto de castidad como obligación se evitarían muchos escándalos en la iglesia.

No obstante, el Padre Alberto reconoció que Benedicto XVI hizo un avance cuando abrió las puertas para los sacerdotes católicos anglicanos casados y con hijos que quisieran convertirse al sacerdocio católico romano.

Por otro lado, explicó que en los ritos orientales que están bajo el papa se permite a los hombres casados, lo que demuestra que el celibato no es una obligación sino una regla, condición que se impuso 12 siglos después de que se permitiera el matrimonio dentro de la iglesia Católica Romana.

“La iglesia dejó de acepar hombres casados no por razones espirituales, sino porque la iglesia estaba preocupada por las propiedades y por las herencias y cuándo un sacerdote tenía sus hijos y sus familia había una preocupación de con quién quedaban las propiedades y con quién quedaban las herencias”, aclara el Padre Alberto.

¿Perversión en el sacerdocio?

El Padre Alberto aseguró que el abuso sexual de menores o la pedofilia es una enfermedad, pues no solo en la iglesia, sino en la familia  y en el vecindario existen personas con este comportamiento disfuncional.

“Este no es un problema eclesiástico, el problema de la iglesia es la forma en la que lo manejamos. Yo creo que se debe manejar con más apertura. En vez de proteger al abusador hay que ponerlo en la situación que realmente debe estar. Es triste pensar que porque la iglesia hace arreglos económicos con las víctimas que ya se resolvió el problema, eso no resuelve el problema”, lamentó.

Además, confesó que la iglesia peca de encubrir a los pederastas y que él lo vio de cerca con el caso de Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo.

El Padre Alberto hizo referencia la caso de Maciel como el típico encubrimiento de la iglesia. Y es que aunque los abusos sexuales del legionario se supieron en 2008, no fue hasta el 2010 que el Vaticano hizo una denuncia formal y se designó a un delegado para la Legión de Cristo. Esto se repite actualmente, según el Padre Alberto.

“Muchas personas dicen esto es una campaña contra la iglesia. Yo, el Padre Alberto Cutié, yo no quiero hacer una campaña contra la iglesia. Yo quiero analizar lo que está sucediendo. Es una cultura del secreto, una cultura donde todo se esconde. El sacerdote que tiene mujeres lo sacan y lo maltratan y el sacerdote que tiene relaciones homosexuales y hace las cosas bien tapaditas, a ese sacerdote lo protegen. Eso lo hemos visto muchas veces”, sostuvo.

Independientemente de que se acepte el matrimonio en la Iglesia o no, son muchos los que esperan renovación para que los delitos sexuales no queden impunes y para que se termine con el secretismo en el Vaticano.

Para Cutié siempre que “hay un nuevo líder, hay nuevas formas de hacer las cosas”. Por lo tanto, opina que habrá cambios.

Terra

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