Steinschneider, el adivinador de Hitler que predijo el incendio del Reichstag

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Cuando se cumplen 80 años del incendio del Reichstag, la cuestión de la autoría no ha podido ser aún totalmente esclarecida por los historiadores, al igual que sigue bajo sombras el asesinato del hombre que predijo el suceso con todo lujo de detalles y que murió pocos días después, posiblemente a manos de las SA.

Sólo 24 horas antes del incendio, en la medianoche del 26 de febrero de 1933, el reportero Paul Marcus asistía en Berlín a un espectáculo del mago y adivinador Hermann Steinschneider, ‘alias’ Erik Jan Hanussen y conocido en la capital alemana como “el adivinador de Hitler”. Se había especializado en espectáculos de magia adivinatoria que causaban furor en las locas noches de la capital de la República de Weimar y, con el ascenso de los nazis, su clientela se había vuelto más selecta y de color pardo. Gracias a sus sonados éxitos había logrado financiación para establecerse en un teatro propio, en la Lietzenburgerstrasse, al que llamó ‘El Palacio del Ocultismo’.

Marcus cubría el evento para el periódico ‘La hoja de las 12’ y disfrutaba de un asiento en la platea desde el que tomó nota de los números preliminares. Para cerrar la noche, el misterioso Steinschneider hizo subir al escenario a la conocida actriz Maria Paudler, un tipo de cameo muy típico en los espectáculos del Berlín de los años 30. Fingió hipnotizarla para utilizarla como médium entre los espíritus que habitualmente le ayudaban a profetizar sobre acontecimientos futuros. Paudler pareció quedar medio mareada, en trance, por una iluminación estridente en torno a un círculo en el que aparecían los signos del zodíaco. Fue entonces cuando la actriz comenzó a hablar de sus visiones.

‘Resistencia inútil’ contra Hitler

“Veo campos benditos. Alemania es feliz. Los alemanes aplauden a su líder… Pero él aún tiene enemigos que intentan un último golpe pero su resistencia será inútil…”.

El periodista escribía en su libreta palabra por palabra: “¿Qué sucede?… Oigo disparos… La gente grita…”, refirió la actriz, poniendo en pie a parte del público. “¿No hay fuego?”, preguntó, sugerente, el adivinador. “Sí, todo está en llamas… Veo el edificio de Wallot”, respondió ella, en clara alusión al edificio del Reichstag, diseñado por el arquitecto Paul Wallot. “Los criminales están en los talleres… Son los comunistas…”, añadió antes de caer desmayada y arrancar una ovación de los asistentes.

El relato apareció impreso unas horas más tarde, antes de que, el 27 de febrero, a las 21.14 horas, diese comienzo el trágico incendio que justificó a ojos de la opinión pública alemana la supresión del Parlamento y el estado de excepción proclamado por Hitler, y con ello el inicio de la dictadura.

Los acontecimientos se sucedieron con tanta rapidez que casi nadie reparó en aquella crónica del espectáculo, poco destacada entre el contenido del periódico. La policía presentó al comunista holandés Marinus van der Lubbe como culpable del incendio y comenzó una caza sin cuartel contra los opositores de Hitler. Pocos días después, el famoso adivinador Hermann Steinschneider apareció también muerto en las afueras boscosas de Berlín y con el sello inconfundible de los crímenes de las SA. Después, el silencio se cernió sobre este suceso.

Hermann Steinschneider había logrado sus éxitos a base de borracheras y sobornos. La financiación de sus espectáculos de adivinación incluía la celebración de fiestas y orgías a las que invitaba a los altos cargos emergentes de la jerarquía nazi y en las que recababa datos que después presentaba como adivinaciones sobre el futuro político de Alemania. Se llevó a la tumba el secreto sobre la fuente que le proporcionó por adelantado los planes para incendiar el Reichstag y el periodista que dio la exclusiva y que guardó silencio sobre aquellos hechos hasta 1951 reconoció 18 años más tarde que el mago había llamado a la dirección de ‘La hoja de las 12’ para “rogarnos que no publicásemos nada”.

Sentencia de muerte

Según Marcus, la dirección del periódico decidió recortar parte del contenido y en el texto publicado fueron borrados numerosos detalles de la predicción, una autocensura parcial que no sirvió para evitar la sentencia de muerte del mago. La actriz Maria Paudler, en sus memorias, recordaría que, efectivamente, vio llamas rojas cuando Steinschneider le cerró los ojos, induciéndola con algún tipo de sugestión, y que siguió el discurso del mago como quien sigue un camino en el bosque.

Un indicio de que Hermann Steinschneider disponía de información privilegiada sobre lo que iba a suceder es la referencia que, en las semanas antes del incendio, el 8 de febrero de 1993, hizo en su predicción del horóscopo, publicada en el ‘Hanussen Zeitung’, sobre “próximas revueltas de los socialistas y los comunistas”, que coincidiría con exactitud a la posterior versión oficial de los hechos.

“Estos grupos políticos, bajo la influencia de Neptuno, el planeta del caos, no le harán la vida sencilla al gabinete de Hitler… Con el transcurso del tiempo conoceremos una gran hostilidad secreta, conspiraciones que, sin embargo, no tendrán éxito”, decía en sus predicciones, en las que mencionaba incluso como fechas más trágicas entre el 24 y el 26 de febrero.

Con la perspectiva del tiempo, la frase que pronunció entonces, aludiendo a que en esa fecha “Hitler tendrá que pasar su gran prueba de fuego”, cobran un significado que pasó desapercibido para la mayoría de los berlineses de la época. No así para sus asesinos.

 

El Mundo.es