Boston: sospechosos serían yihadistas radicalizados en internet

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Foto: AP

“Más que a partir de un entrenamiento en Chechenia, su radicalización parece provenir de las redes sociales”

Los dos sospechosos de los atentados de Boston, unos jóvenes chechenos que crecieron en Estados Unidos, parecen encajar en el perfil de una nueva generación de yihadistas radicalizados en internet que optan por golpear al nivel local, sostienen expertos.

Las motivaciones de Tamerlan Tsarnaev, de 26 años, muerto en la noche del jueves al viernes, y de su hermano menor Dzokhar, 19, que fue capturado horas después y sufrió heridas graves, aún no ha sido hallado, no son demasiado claras, y el secretario de Estado, John Kerry, se ha negado hasta ahora a “entrar en especulaciones”.

Sin embargo, aunque “persisten muchas zonas oscuras”, los actos y los métodos de ambos hermanos muestran “claramente una radicalización con fuertes implicancias internacionales”, dijo en declaraciones a la agencia AFP Frank Cilluffo, director del Instituto sobre Seguridad Interior de la Universidad George Washington.

Musulmanes y chechenos, los hermanos Tsarnaev arribaron en 2003 junto a su familia como refugiados y se instalaron en Cambridge, en los alrededores de Boston, según el relato de su tío.

“Abandonaron Chechenia en razón de la guerra y habrían llegado aquí para estudiar. La pérdida de sus raíces hace de los jóvenes presas más fáciles del discurso radical”, comentó Bayram Balci, especialista en el Cáucaso de Carnegie, un grupo de reflexión de Washington.

“Más que a partir de un entrenamiento en Chechenia, su radicalización parece provenir de las redes sociales”, opina Seth Jones, especialista en terrorismo islámico en la Rand Corporation.

Tamerlan disponía de una página en You Tube a su nombre, que había creado en agosto de 2002 y en la que había marcado como favoritos varios videos islamistas, algunos en la categoría “terrorismo”. Dzhojar, que sería titular de la cuenta @J_tsar en Twitter, frecuentaba la red social VKontakte, equivalente en Rusia de Facebook.

El conflicto en Chechenia es usado como “una herramienta de reclutamiento por Al Qaeda”, que coloca en línea numerosos videos para captar nuevos adeptos, afirma Fiona Hill, experta en el Cáucaso de la Brookings Institution.

En su página You Tube, el hermano mayor citaba a Feiz Mohamed, un predicador islamista radical, y a Abdel al Hamid al Juhani, un ideólogo de al Qaeda en Chechenia.

Según Mary Habeck, especialista en islamismo radical en la Universidad John Hopkins, los primeros elementos tienden a demostrar que “Tsarnaev estaba interesado en una variante extremadamente radical del salafismo, habitualmente ligado a Al Qaeda y sus filiales”.

El atentado de Boston puede también tratarse de un acto de terrorismo interno más que de una acción internacional, dependiendo de si los hermanos Tsarnaev tuvieron o no contacto con líderes yihadistas, explica Ben Wittes, de la Brookings Institution.

Wittes recuerda el atentado en la base militar de Fort Hood en 2009, cuando Nidal Hasan, psiquiatra del ejército, mató a 13 personas. Previamente había entrado en contacto, vía correo electrónico, con el imán radical Anwar al Aulaqi.

“Hay muchos ejemplos de gente que quiere combatir en el exterior y a la que Al Qaeda ha alentado para que actúen en su propio país”, destaca Frank Cilluffo, trayendo a colación el caso de la revista electrónica Inspire, de la rama yemenita de Al Qaeda.

Los artefactos explosivos usados en Boston, ocultos en ollas a presión, recuerdan las bombas cuya fabricación fue detallada por Inspire.

Brian Jenkins, autor de un estudio de la Rand sobre el perfil de los yijadistas en EU, sumó 104 atentados y proyectos de ese tipo desde el 11 de septiembre de 2001. Tres cuartas partes de los implicados son ciudadanos de EU, la mitad de ellos nacidos en territorio nacional, y 29 por ciento adquirieron la nacionalidad, como el más joven de los hermanos Tsarnaev.

El esquema se repite en casos similares. “Numerosos yihadistas identificados como autores de atentados comenzaron en internet su camino hacia la radicalización”. Para ellos, la yijad es, “antes que la expresión de una creencia religiosa, un pretexto para la manifestación de un malestar personal”.

Milenio.com