Vestir de mujer a un hombre: un castigo contraproducente que genera protesta

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Foto: Mirjamali/UE

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Un castigo inesperado

Cuando el juez de Marwian, una pequeña ciudad del Kurdistán de Irán de 100.000 habitantes, pronunció el veredicto contra tres acusados, no se podía imaginar que las consecuencias de su decisión se extenderían no solamente a toda la región sino que traspasarían las fronteras de su país.

Contrariamente a lo que estamos acostumbrados, esta vez no ha sido una condena a la pena capital o a la lapidación la que ha generado una reacción inmediata por parte de la opinión pública tanto dentro como fuera del país. El pasado 15 de abril, uno de los tres hombres juzgados fue obligado a exhibirse por las calles de la ciudad, disfrazado con un vestido tradicional femenino kurdo. En un video publicado en internet, se puede constatar que varios coches de la policía acompañaron al condenado durante la ejecución de la pena, considerado por las autoridades iranís como una especie de humillación pública:

El control del cuerpo femenino

En la sociedad iraní, como en el resto de los países mayoritariamente musulmanes, es muy importante reafirmar de forma permanente las diferencias entre hombres y mujeres, sobre todo a través de la ropa. Esta diferenciación exagerada entre sexos tiene su origen en la preocupación por el control del cuerpo femenino. Según esta forma de pensar, si el cuerpo de la mujer no está bajo control, puede debilitar la voluntad del hombre e incitarlo a cometer pecados. No es sorprendente entonces, que una jerarquización entre cuerpos se establezca. El cuerpo femenino, considerado inferior al del hombre, se convierte en un juego de poder entre ambos sexos. Se puede comprender ahora, por qué cuando un cuerpo masculino es mostrado con ropa de mujer, es interpretado como una forma de humillación. En consecuencia, cuando el juez decidió aplicar esta pena y obligar al Hombre a vestirse de Mujer, su objetivo era el de menospreciarlo y deshonrarlo ya que le negaba el derecho a llevar, aunque sólo fuera temporalmente, lo que corresponde a un cuerpo superior, es decir lo que corresponde a un cuerpo de Hombre.

La opinión pública se revela: Kurd Man For Equality

La reacción de la población local y sobre todo de las mujeres de la ciudad fue inmediata. Al día siguiente del acontecimiento, un grupo de mujeres kurdas vestidas con vestidos tradicionales rojos desfilaros por las calles para contestar esta condena sexista, resentida como una verdadera humillación de la identidad femenina. Desde el punto de vista de las manifestantes, se trataba de un acto de incriminación por parte de las autoridades, implicando el menosprecio de las mujeres. La concentración de centenas de manifestantes fue rápidamente reprimida por la policía.

Tal y como se podía esperar, en vistas de la progresión del activismo virtual kurdo durante los últimos años, la contestación se propagó rápidamente en las redes sociales. Todo empezó, cuando un internauta kurdo, mostrando su empatía con las mujeres kurdas, publicó su fotografía vestido de mujer. El fenómeno se propagó rápidamente en internet. Desde ese momento, las fotos de hombre kurdos vestidos de mujer circulan libremente por facebook  y una campaña de solidaridad a favor de la identidad femenina surge inmediatamente.

En tan solo algunos días, más de 11.000 personas comparten sus fotos y comentarios sobre el acontecimiento. La campaña bautizada «Kurd Man For Equality» se extiende y supera los límites de la comunidad kurda. Escogiendo el eslogan «ser una mujer no puede considerarse un instrumento de humillación», la campaña atrajo rápidamente la atención de personas de otras naciones y países.

Aunque este fenómeno evoluciona más intensamente fuera que dentro del país, pequeños grupos siguen organizando acciones esporádicas en el Kurdistán de Irán. El motivo de esta propagación limitada de contestación en el interior del país se explica en parte, por las características del sistema de seguridad militar existentes en Irán. Sin embargo, en las ciudades de Mariwan y de Mahabad, grupos de amigos vestidos de mujer se toman fotos en los alrededores de la ciudad o dentro de sus casas para contribuir a esta acción internacional que de momento no muestra signos de detenerse.

Frente a estos acontecimientos que evolucionan cada vez más rápido, las autoridades iranís no se han mostrado indiferentes. En un primer momento, 17 parlamentarios pidieron una explicación en una carta mandada al Ministerio de la Justicia. En ella se precisaba que «un castigo como el infligido a estos maleantes y delincuentes es un insulto contra los vestidos de las mujeres castas y virtuosas».

Cabe recordar que según las últimas estimaciones, entre 9 y 13 millones de kurdos viven en el Kurdistán iraní. De la misma manera que por kurdos de Irak, de Syrie y de Turquía, desde la división del Kurdistán después de la Primera Guerra Mundial, las relaciones entre este pueblo y los gobiernos centrales han estado marcadas por una gran tensión y no se han normalizado jamás. Después de la revolución iraní de 1979, han aparecido diversos conflictos armados entre las organizaciones a favor del pueblo kurdo y el gobierno central. Actualmente, la mayor parte de las organizaciones están en el exilio; en el Kurdistán de Irak o en las zonas fronterizas entre Irán, Irak y Turquía. Siendo la cuestión kurda, un asunto de seguridad nacional, las autoridades iranís siguen recelosas frente a las acciones reivindicativas de las regiones kurdas, ya sean sociales, culturales o políticas. En este contexto, la movilización iniciada por los internautas es interpretada por las autoridades como una reacción «ridícula y desafortunada, liderada por los separatistas bajo el pretexto de defender los derechos de las mujeres kurdas».

Ironías del destino, parece que contrariamente a sus habitudes, las formaciones políticas y militares kurdas han preferido por el momento, guardar silencio y no manifestarse. A parte de la participación o de los mensajes de apoyo de algunas personalidades políticas a título personal, en este momento no hay ningún posicionamiento oficial sobre esta cuestión por parte de las organizaciones kurdas.

Denunciando el sexismo en el poder

Abandonados por las formaciones clásicas de la escena política kurda, y considerados bajo sospecha por el gobierno iraní, los activistas kurdos continúan denunciando a su manera el sexismo del poder. En esta acción organizada por los hombres kurdos, se constata que el hombre se apropia de la apariencia femenina para transformar la imagen de la mujer, tal y como es considerada en el régimen de subjetividad del estado iraní.

Además de este cuestionamiento de la política de género, hay también cuestiones políticas en juego. Estos hombres vestidos de mujer quieren demostrar que la época y la sociedad en la que viven se están transformando, mientras que aquellos que detienen el poder no están preparados, ni en la medida de comprender esta evolución. La acción, en su contexto, está cargada de símbolos contestatarios, origen de esta fuerza de deslegitimación del poder, golpeado por una disminución de su legitimidad.

Aunque es todavía demasiado pronto para definir las dimensiones de esta acción, es evidente que esta reacción se puede considerar como una prueba de la transformación acelerada de una sociedad bajo estricta vigilancia.

Estos acontecimientos también permiten rastrear la génesis de una nueva generación de activistas kurdos que no necesitan ni mesas de negociación, ni armas para transformar aquello que anteriormente pertenecía exclusivamente a la esfera de la política y a los políticos.

El paso del tiempo nos demostrará la fortaleza y continuidad de este fenómeno.

 

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