Tenemos jóvenes machistas para rato

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El sociólogo español Javier Elzo alerta de que la violencia de género entre adolescentes es hoy mayor que hace dos décadas

«La sexualización de las niñas ahonda en la desigualdad entre hombres y mujeres»

Solo hay que echar un vistazo en el quiosco para pronosticar que las desigualdades de género pervivirán en la próxima generación. «Mira qué revistas leen los adolescentes de entre 15 y 18 años», invita Javier Elzo, sociólogo y catedrático emérito de la Universidad de Deusto. Las publicaciones destinadas a ‘ellas’ y a ‘ellos’ dibujan «dos mundos distintos». Unas enseñan cómo estar guapa, perder peso y seguir los dictados de la moda. Las otras hablan de coches, motos y videojuegos. Es decir, reproducen estereotipos que deberían de ser viejos. Con este panorama no sorprende que, cuando en diferentes encuestas se les pregunta a estos jóvenes por las cualidades fundamentales que definen a cada sexo, tanto ellos como ellas coincidan: los chicos destacan por su autoridad y capacidad de decisión, y las chicas, por su ternura, dulzura y paciencia. Resumiendo: «Tenemos jóvenes machistas para rato», vaticina Elzo.

El sociólogo participó la semana pasada en la jornada de clausura del II Congreso Nacional contra la Violencia de Género, organizado por la asociación Clara Campoamor en Bilbao, y tituló su conferencia ‘Maltratadores y víctimas, cada vez más jóvenes’. Buena parte de su exposición la dedicó a poner de manifiesto que no hay datos fiables para realizar un análisis científico sobre la incidencia de la violencia machista entre los adolescentes.

(…)hoy en día, en materia de violencia machista entre adolescentes, «estamos mejor que hace cincuenta años, pero peor que hace quince o veinte». Una regresión en las últimas dos décadas que nos retrotrae estereotipos cultivados durante «siglos de cultura patriarcal». Es cierto que en nuestra sociedad hay grupos muy heterogéneos, pero «si cogemos al conjunto de hombres y mujeres, la foto que sale es machista», sostiene el catedrático.

Modelos envenenados

La preocupación ante la pervivencia de estos modelos sexistas entre los más jóvenes ha sido una constante durante el desarrollo del II Congreso Nacional contra la Violencia de Género, que arrancó el martes pasado. Aquel día, Anabel Vargas, fiscal adscrita a la Sala de Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía General del Estado, ya alertó de que «hay chicas muy jovencitas que asumen el rol de sumisión y dependencia con los chicos y que consideran que determinadas conductas de su pareja se deben al amor en vez de a la voluntad de someterlas».

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, también incidió en el asunto y puso el foco en las edades más tempranas. Es decir, en el momento en el que los adultos forjan la personalidad de los más pequeños y les transmiten como una infección los vicios que la sociedad no logra erradicar. En concreto, Landaida se refirió a la «sexualización de las niñas, que ahonda en la desigualdad entre hombres y mujeres», y que cultivan a diario no solo las revistas de las que hablaba Elzo, sino series y programas de televisión que son tomados como modelos envenenados por los y las adolescentes.

Menos alarma social

En este sentido, la directora de Emakunde recordó que la violencia de género «no surge de la nada», sino que tiene su origen en «comportamientos enraizados en nuestra sociedad» que son transmitidos por muchas vías diferentes. Por eso, la atención a víctimas, a las mujeres maltratadas, es solo una parte de las políticas a desarrollar; la otra, y quizás más importante de cara al futuro, es la «intervención social, la sensibilización» para atacar la raíz del problema, «el origen» de todo.

¿Cómo se hace eso? No hay soluciones milagrosas y cada ciudadano tiene su parcela de responsabilidad individual. Por eso, Javier Elzo advirtió de que «solo con leyes no vamos a cambiar una situación enraizada desde hace muchos siglos en la sociedad». Naturalmente, la educación es un punto fundamental. «Yo defiendo el encuentro entre hombre y mujer, que se acerquen más, que compartan espacios… Pero queda mucho camino por recorrer», vaticinó el sociólogo, pesimista.

De hecho, Elzo puso de relieve un dato preocupante que podría reflejar la relajación social con respecto a la violencia machista. En el año 2000 este problema entró por primera vez entre los que más preocupaban a los españoles, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Entonces, el 1,3% de los encuestados lo mencionaba entre las tres principales lacras del país. En 2004 ese porcentaje se había disparado al 11,7%. Pero el mes pasado, según el CIS, la cifra se había desplomado a un ínfimo 0,4%.

 

Fuente: www.elcorreo.com