El ojo del Gran Hermano y el multimillonario Satélite Túpac Katari

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La capacidad del sistema de defensa cibernética de un país se puede evaluar mediante un índice del sector de la tecnología llamado CMMI. Según un reciente estudio realizado por expertos en el campo de la seguridad, Bolivia recibió una puntuación que está por debajo en  una escala de 1-6.

Significa que el país no cumple con los requisitos mínimos de seguridad  cibernética. Más allá de la discusión sobre el acoso al avión presidencial demorado 14 horas en Europa, quiere decir que incluso los correos electrónicos  del primer mandatario son susceptibles a filtraciones.

Entre las naciones en desarrollo, la India aparece con el índice de 2,5 y los Estados Unidos con una posición cercana a 5. En una comparación simple, es como si Bolivia seguiría en el vientre materno mientras otras naciones se encuentran en la juventud.

Parece que nadie se salva del bajo nivel de seguridad que el país tiene en cuanto a comunicaciones. Ni las grandes empresas ni los bancos están libres de que sus sistemas de comunicación por la red sean filtrados.

 

El Satélite Túpac Katari

La adquisición del satélite Túpac Katari puede disminuir los riesgos pero en las frecuencias que han sido ocupadas en el espacio resulta casi imposible condicionar su desarrollo a la seguridad. Los expertos en cambio  señalan el doble peligro de que las comunicaciones del satélite boliviano sean susceptibles a un mayor control.

Bolivia será el quinto país de la región en contar con un satélite propio, después de Argentina, Brasil, México y Venezuela. Casi todas las naciones prefieren alquilar servicios satelitales por el excesivo costo y su tiempo de duración. Bolivia pagará US $300 millones por un satélite que tiene apenas 15 años de vida y deberá abonar otros US $40 millones para la compra de antenas satelitales VSAT.

Lo curioso del caso es que el Satélite Túpac Katari ha sido encargado a la compañía china Great Wall Industry  Corporation, la misma que está establecida en Bolivia en la importación de vehículos de la misma marca. El principal representante de la empresa AutoKorp, es Roberto Landívar, hijo de Roberto Landívar que enfrenta un juicio por daños económicos contra el Estado por más de US $60 millones tras la liquidación del ex banco Bidesa. La compañía ha penetrado a Bolivia a través de su concesionaria automotriz que se enorgullece de ser la que más automóviles le vende a las instituciones del Estado.

Más allá de esta ironía y de las contradicciones que nos regala el Gobierno del MAS, nadie garantiza que las comunicaciones satelitales a partir del Satélite Túpac Katari serán del todo seguras.

 

Otros satélites

Expertos en la estación satelital en  Brasil afirmaron hace poco que según los documentos filtrados por Snowden, una base de operaciones de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) tenía acceso al tráfico de datos de los satélites de Embratel (similares al satélite Túpac Katari) e incluso a los cables submarinos de fibra óptica manipulados por la compañía Global Crossing, con sede en Colorado, EEUU. “Es una práctica común en el Gobierno de los Estados Unidos desplegar representantes o incluso equipos de concesionarios  en empresas que trabajan en servicios estratégicos como la telefonía”, dice un analista de seguridad, que asegura que “no hay forma de intervenir teléfonos y correos electrónicos,   conocer su contenido, sin la autorización de las empresas de telefonía”. En su opinión, una de las primeras medidas para mitigar esta debilidad estructural es la creación de un cuerpo específico de la seguridad digital.

Pero una nueva ironía se suma en esta estrategia, los 74 ingenieros bolivianos que se encuentran en China en periodo de capacitación para manejar el Satélite Túpac Katari han sido puestos en el ojo de la tormenta tras el escándalo que involucra a dos de ellos en el robo de un celular en una discoteca de Beijing.

 

La agencia de Seguridad Nacional

En un nuevo capítulo de sus denuncias contra la NSA el estadounidense Edward Snowden acusó al Gobierno de su país que supervisa miles de millones de llamadas telefónicas, mensajes y actividades en las redes sociales. Facebook, Skype, Microsoft y  Google han sido acusados de abrir  sus datos privados de los usuarios a la NAS, aunque todos lo niegan.

Asimismo, señaló la existencia de una base de espionaje no solo en los principales países de Europa, socios de los norteamericanos, sino que el espionaje cibernético también llegó a esta parte del mundo como Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Uruguay, entre otros. No existe informe alguno que haga alusión a Bolivia aunque anteriormente Wikileaks había desentrañado revelaciones de conversaciones que sostenían funcionarios de la embajada norteamericana en Bolivia.

Aunque no se han revelado detalles con los nombres de las personas que han sido sujetas de espionaje, números de teléfono o el contenido de los correos electrónicos, la acción invasiva de los Estados Unidos no es nueva. En  conversaciones privadas, que durante las últimas semanas ha mantenido el presidente Morales con varios de sus colegas de la región, reconocen que casi todos los gobiernos del mundo envían sus propios agentes de información antes de viajar al exterior. Lo que en lenguaje diplomático se llama “guardias de seguridad”. Muchos de ellos se identifican con el Gobierno anfitrión y mantienen una actitud de colaboración en cuanto a objetivos  comunes. La operación denunciada por Snowden, sin embargo, no tenía tal naturaleza. El topo señaló que el monitoreo que ejercía la NAS es ilegal; práctica que no es reconocida por los tratados o convenios internacionales.

Hablan los bolivianos “No necesitan estar aquí, el Internet es una herramienta que les facilita la vida y nos vigilan”, dice una autoridad del Ejecutivo boliviano; mientras que los diplomáticos de

Washington, al menos hasta ahora, sostienen que los mensajes son controlados- pero sin acceder a los contenidos. Es como hacernos creer que un auto de última tecnología debe viajar a tan solo 10 km/h cuando su velocidad por segundo de arranque sobrepasa los 100 km/h El aspecto político no oculta la brecha tecnológica que separa a Bolivia del resto de países en la era digital, la diferencia es que EEUU tiene la ventaja de conocer los secretos de sus socios en todo el mundo. El mismo presidente Obama dijo en tono de broma cuando saltó el escándalo de Snowden que creía que a los agentes cibernéticos les interesa menos lo que toma en el desayuno que sus conversaciones reservadas con Angela Merkel

En la vanguardia del conocimiento tecnológico global, ya sea por el volumen de recursos que han sido capaces de movilizar o por el valor de sus investigaciones, los Estados Unidos construyeron la Internet – esta maravillosa red que conecta a miles de millones de ciudadanos y se vale de esta poderosa arma para seguir dominando el planeta.

En la definición cruda que planteó el The New York Times, bautizando a la herramienta del

Internet como una “colonia americana”.

 

Microsoft por los suelos

El diario The Guardian reveló que el gigante de la informática Microsoft colaboró con las agencias de Inteligencia de Estados Unidos para que las comunicaciones de sus millones de usuarios pudiesen ser interceptadas y espiadas.

Si bien la punta de este iceberg surgió al comienzo de todo el escándalo, con información escasa e imprecisa, los nuevos datos exponen con mayor crudeza aún, la colaboración íntima existente entre la inteligencia estadounidense y la empresa creada por Bill Gates, por donde circulan una enorme masa de cibernautas del planeta.

De acuerdo con la información, Microsoft propuso un sistema informático a la poderosa Agencia de Seguridad Nacional (NSA), así como al FBI, para interceptar las comunicaciones de los centenares de millones de usuarios que tiene. Pero lo más grave de todo este escándalo es que le permitía “decodifi car el sistema y  pasar por alto las barreras de acceso” en su portal de correo electrónico Outlook, que incluye Hotmail, en Live Messenger y en el servicio de chat de Skype, adquirida por la firma en octubre de 2011.

Esto significa que los técnicos de la compañía les facilitaban a los espías las herramientas necesarias para poder eludir el sistema de encriptación que protege las conversaciones entre usuarios.

Así los especialistas que manejaban el programa de vigilancia Prism obtenían conversaciones en videos y audio. La formidable dimensión del espionaje electrónico sobre estas plataformas lo dan la cantidad de usuarios: Hotmail tiene aproximadamente 300 millones de usuarios y Skype, algo más de 500 millones.

Microsoft rechazó las acusaciones a través de un comunicado formal que remitió a The Guardian. Allí señala que se toma su “compromiso con los clientes y el cumplimiento de la ley de un modo muy serio”, y niega que le haya otorgado permiso a las agencias de seguridad para acceder a sus servidores. Pero al mismo tiempo admite que brinda datos a los servicios de Inteligencia si hay un requerimiento legal. “Cuando actualizamos productos, en algunas circunstancias hay obligaciones legales  que requieren que mantengamos la posibilidad de ofrecer información para cumplir la ley o en respuesta a peticiones por seguridad nacional”, reconoció la compañía.

Los documentos que Snowden dio al diario británico son muy específicos y no dejan lugar a dudas sobre lo ocurrido. Uno de ellos, fechado a fines del año pasado, desnuda una comunicación interna de la NSA con la compañía de informática estadounidense: “MS (por Microsoft), trabajando con el FBI, desarrollaba la capacidad de vigilancia para hacer frente al problema. Las soluciones fueron probadas con éxito y entraron en funcionamiento el 12 de diciembre de 2012”, señaló.

En otro archivo filtrado por el ex espía se describe cómo la firma trabajó “durante muchos meses” con los servicios secretos para otorgar a Prism acceso a SkyDrive sin requerir autorización previa de la Justicia.

Esa capacidad de acceso “significa que los analistas ya no tendrán que hacer una petición especial al SSO -un departamento legal de la NSA- para ello”, afirma el documento.

Las revelaciones impactaron en todo el mundo, pero tuvieron una especial repercusión en Europa, por el grado de infiltración del sistema de vigilancia. En Francia, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la Liga  de Derechos Humanos presentaron una demanda judicial con el objetivo de conocer el papel desempeñado por las grandes firmas de Internet involucradas como Microsoft, Google, Yahoo y Apple.