Tomen nota, confiamos plenamente en Cristina

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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió anoche a su par de Ecuador, Rafael Correa, en la residencia de Olivos. No se trató de una visita de Estado sino de una audiencia privada en el marco de un viaje que hizo el ecuatoriano a Buenos Aires para inaugurar la XXV Conferencia Interamericana de Scouts que se lleva a cabo en esta ciudad. Por ese motivo no trascendió a la prensa la agenda que trataron ambos mandatarios durante la breve entrevista, aunque Correa se encargó de resaltar que no viajaba para hacer ningún planteo, tal como sostenían algunas versiones.

Al arribar al Aeroparque Metropolitano, Correa habló con la prensa e hizo referencia al acuerdo entre YPF y Chevron, empresa con la que su país mantiene un millonario pleito, y en ese sentido manifestó su apoyo a la Presidenta por el acuerdo firmado por la explotación por el yacimiento Vaca Muerta. Luego de recibir a Correa, CFK hizo lo propio con el flamante canciller brasileño, Luis Alberto Figueiredo, y concluyó su actividad con un breve encuentro con el músico Charly García (ver recuadro).

“Todo nuestro apoyo a la Presidenta; esto es para evitar todo tipo de especulaciones que se han tenido al respecto”, dijo Correa a la prensa tras arribar al sector militar del aeropuerto porteño, donde fue recibido alrededor de las cuatro y media de la tarde por la embajadora de Ecuador en Argentina, Gloria Vidal Illingworth, y el subdirector de Ceremonial de la Cancillería argentina, Víctor Trueda, sin mayor pompa por no tratarse de una visita oficial.

Las declaraciones del mandatario se referían al supuesto malestar que habría despertado en su gobierno el acuerdo entre YPF y Chevron. Es que varias comunidades de colonos e indígenas ecuatorianos mantienen un pleito multimillonario contra la petrolera norteamericana por el daño ambiental que generó Texaco (adquirida en 2001 por Chevron) durante el proceso de extracción de hidrocarburos en la Amazonia de ese país entre 1964 y 1990.

Sin embargo, Correa -en pocas palabras- se encargó de desmentir los rumores: “Estoy muy contento de estar nuevamente aquí, en esta patria tan querida, en esta patria grande -saludó-. Para cualquier especulación, tomen nota: nosotros confiamos totalmente en Cristina Fernández de Kirchner, y si Cristina Fernández de Kirchner hubiera sido presidenta de Ecuador en la época en que Texaco destruyó la selva ecuatoriana, eso jamás lo hubiera permitido. Por eso todo nuestro apoyo al gobierno de Cristina”.

Correa además hizo referencia al motivo de su visita: la inauguración de la XXV Conferencia de Scoutismo. “Los que me conocen saben que he sido scout desde muy pequeño, he sido dirigente y en Ecuador hemos empezado una campaña muy fuerte y muy profunda para promocionar movimientos juveniles y actividades extracurriculares, por eso estamos gustosos de esta invitación para inaugurar la Conferencia esta noche”, explicó. El encuentro se lleva a cabo en la Usina del Arte, en el barrio porteño de La Boca. Si bien la visita no fue oficial, el presidente ecuatoriano fue invitado por la mandataria argentina a una breve reunión. Aunque en principio estaba programada en la Casa Rosada, finalmente se llevó a cabo, minutos después de las 19, en Olivos, donde -según informaron desde el gobierno argentino- “se habló de distintos temas de la agenda bilateral y regional”. CFK anunció el encuentro en su cuenta de Twitter.

Correa llegó a la Argentina apenas un día después de que su país sufriera un duro revés en el pleito contra Chevron, cuando el Tribunal Internacional de Arbitraje de La Haya decidió en un laudo parcial eximir a Chevron de “toda responsabilidad por un reclamo ambiental colectivo o de interés público”, en los términos de dos acuerdos firmados entre el gobierno de Ecuador y la empresa en la década del ’90, según publicó ayer la petrolera. En respuesta, el presidente ecuatoriano apuesta a intensificar la campaña ante la opinión pública mundial respecto del daño generado por Texaco en la Amazonia, donde aún quedan restos del petróleo derramado hace más de 20 años. Con ese fin invitó a figuras reconocidas de la cultura, el arte y el deporte para que metan sus manos en las “piletas” para mostrar al mundo las consecuencias de la explotación no controlada de hidrocarburos.