He matado a 300 personas, confiesa sicario de Pablo Escobar

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Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias «Popeye», añade que «participó y coordinó alrededor de 3.000 muertes»

El anuncio escalofrió. Después de estar preso durante veintitrés años en una de las cárceles de mayor seguridad en Colombia, la revista «Semana», la de mayor circulación en el país, anunciaba la libertad inminente de quien fuera el principal sicario del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias «Popeye».

La publicación lo entrevistó a destajo y las respuestas del sicario pusieron a temblar a los colombianos. A la pregunta de cuántas personas había matado, dijo: «Yo personalmente creo que alrededor de 300. Pero he participado y coordinado alrededor de 3.000 muertes», contó.

Tras definir a Pablo Escobar como un «genio» que sólo había matado a 20 personas porque ante todo era un organizador de bandidos y secuestrador, describió al capo de la droga asesinado en 1993 como una persona con una mente privilegiada y un detector de mentiras en el cerebro. «Si usted decía algo que no era verdad, inmediatamente lo captaba. Y eso podía costarle a uno la vida. Inspiraba una lealtad infinita en todos los que creíamos en él. Yo llegué a creer que era inmortal. El día más triste de mi vida fue el día que lo mataron».

Una de las respuestas más impactantes tuvo que ver con la manera con que el cartel de Medellín mataba a los policías. Escobar se volvió famoso por ponerle precio a las cabezas de los uniformados. «Popeye» explicó por qué. «Eso (matar policías) fue en reacción a cuando la Policía le mató a su cuñado, Mario Henao (…). “Vamos a matar policías. Eso es más útil que matar jueces porque finalmente son ellos los que nos llevan donde los jueces”, (les dijo Escobar). Y nos dio la tarifa: 2 millones de pesos (unos 900 dólares de hoy) por policía, tres millones (1.000 dólares) por sargento, diez millones (5.000 dólares) por teniente, 100 millones (50.000 dólares) por general», explicó «Popeye». Él, según especificó, mató directamente a 25 de los 540 policías asesinados por el cartel de Medellín.

«Semana» no ocultó su sorpresa. «Cada respuesta suya es más macabra que la anterior. Sorprende la tranquilidad con la que usted se enfrenta a su nueva vida al salir de la cárcel. ¿Qué le gustaría hacer en el futuro?», le preguntó. «Me gustaría usar mi experiencia para contribuir en el posconflicto. Lo que yo he vivido no lo ha vivido nadie. Fui sicario de Pablo Escobar. Fui compañero de celda de los peores enemigos de Pablo Escobar. He sido amigo o enemigo de todos los muertos de las guerras recientes de Colombia. Todo eso me da un conocimiento y unas experiencias que creo se pueden canalizar hacia algo constructivo. Quiero enseñarles a los jóvenes de Colombia que no tienen por qué vender sus vidas por un Mercedes-Benz o por los cucos (ropa interior) de una reina de belleza, como hice yo. Ojalá que me den esa oportunidad», remató.

Excarcelación negada

Tras esta entrevista, el juez encargado del caso, Óscar Galán, dijo que «Popeye» no ha cumplido la última condena de doce años y seis meses, impuesta el 30 de julio de 2008. Eso, en otras palabras, significa que aún le quedan siete años de cárcel. «No sé de dónde han sacado esta información, él ha cumplido condenas de otros delitos, pero la de narcotráfico y concierto, que es la causa que yo vigilo, no la ha cumplido», explicó el juez Galán, quien aseguró que los abogados de Velásquez Vásquez han pedido que se le otorgue la libertad condicional, pero la solicitud ha sido negada.

«La libertad condicional puede pedirse por haber cumplido tres quintas partes de la condena o por haber desarrollado trabajos en la cárcel que le generen reducción de penas. Encontré irregularidades en los certificados de trabajo y por eso negué la solicitud», remató el juez. Lo que sí está claro es que con más o menos años en la cárcel, «Popeye» sigue siendo el mismo que no se ruboriza ni se siente culpable ante tantos muertos.