La candidata de la derecha, Matthei, ha celebrado su paso a la segunda vuelta pese a la clara preferencia por la expresidenta
La expresidenta Michelle Bachelet ha desdramatizado que tenga que ir a la segunda vuelta y ha sido enfática en que triunfará en esa fecha, el 15 de diciembre, contra la candidata de derecha, Evelyn Matthei: “No hay dos lecturas. Hemos ganado esta elección y lo hicimos con una amplia mayoría”, ha dicho la socialista en un discurso realizado en un escenario en el frontis del hotel San Francisco de Santiago, ante un grupo acotado de seguidores que se congregó en la Alameda.
“Sabíamos que el desafío de ganar era complejo e hicimos un inmenso esfuerzo”, ha señalado Bachelet, que ha obtenido un 46%, y que luego del mitin ha ofrecido un discreto cóctel a sus colaboradores más estrechos.
A la misma hora en que Bachelet aparecía en la televisión, la candidata de la derecha, Evelyn Matthei (25%), ha ofrecido un discurso en el hotel Intercontinental de Vitacura, donde ha celebrado su paso a segunda vuelta: “Sí, se puede”, ha dicho entre aplausos. Pese a que se ubica 21% por debajo de la expresidenta, la economista de 62 años remarcó que representa “un proyecto de país que está por encima de la ideología” e hizo gestos a los sectores moderados: “Las puertas de esta candidatura están abiertas a todos los que se quieran unir (…). Las segundas vueltas son buenas para Chile porque llaman a centrar los discursos”.
El discurso de Bachelet ha estado centrado en el triunfo y en que la segunda vuelta será, simplemente, una consolidación de la victoria. La expresidenta aspira a tener un triunfo arrollador el 15 de diciembre ante Matthei, que apuesta a instalar la idea de que desde mañana comienza una elección completamente nueva.
En el bacheletismo aseguraban por la tarde, con confianza, que la expresidenta iba a triunfar este domingo. Después de conocer los resultados, sin embargo, han explicado en privado que el factor decisivo ha sido la votación en la Región Metropolitana, la capital chilena donde se concentra cerca de la mitad de la población. En esta zona, Bachelet ha obtenido un 41% y Marco Enríquez-Ominami ha alcanzado su mejor votación, un 14%.
El exdiputado socialista, que ha quedado en tercer lugar con el 10,93%, según los recuentos de última hora, ha hecho guiños a la expresidenta: “La derecha dura fue severamente derrotada”. El empresario Franco Parisi , que ha obtenido un 10,13%, también ha enviado señales a favor de la exdirectora de ONU Mujeres y ha realizado duras críticas a Matthei: “Nos encontramos con lo peor de la política. La señora Matthei es una persona muy mala”.
El Presidente Sebastián Piñera ha lamentado la baja participación ciudadana (de un 50%) y garantizó a las candidatas que el Gobierno se mantendrá neutral.
América Latina, escorada a la izquierda
Michelle Bachelet no ha logrado vencer en primera vuelta. Pero cuenta con todo a su favor para vencer en las elecciones del próximo 15 de diciembre. Si finalmente lo consigue se unirá a un nutrido grupo de dirigentes de izquierda en la región, la mayoría de ellos influidos por la enorme sombra de Brasil y del expresidente Luiz Inácio da Silva (2003-2010).
En Brasil, Bachelet encontraría a un Gobierno debilitado que se vio forzado a doblar la rodilla ante los movimientos sociales del pasado julio. Pero Dilma Rousseff consiguió enderezar el rumbo a base de diálogo y concesiones. Gane quien gane en Chile en la próxima vuelta necesitará grandes dosis de diálogo para aplacar el descontento de la mayor parte de la sociedad.
En Argentina, después de 10 años en el poder, el kirchnerismo se muestra más debilitada que nunca, pero aún posee mayoría en el Congreso. Y la popularidad de Cristina Fernández, tras sus cinco semanas de convalecencia, ha mejorado. Le quedan dos años de Gobierno por delante y la oportunidad de designar un heredero político.
En Uruguay, José Mujica aprobó la ley del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y ahora ultima la norma que regulará el mercado de la marihuana. El candidato con más opciones de sucederle en octubre de 2014 será el también izquierdista Tabaré Vázquez, quien fuera presidente entre 2005 y 2010.
En Brasil gobierna desde 2011 Dilma Rousseff, hija política de Lula. La única persona que parece hacerle algo de sombra en las elecciones de octubre de 2014 es la también izquierdista Marina Silva, quien creó el movimiento Red de Sustentación, tras haber sido ministra con Lula.
En Perú, el Ollanta Humala que llegó al poder en 2011 no tiene nada que ver con el que lo intentó cinco años antes bajo la órbita del venezolano Hugo Chávez. El de ahora se dejó moldear por Luis Favre, el asesor electoral de Lula, para presentarse como gran defensor de las libertades civiles, el mercado libre y la iniciativa privada.
En Ecuador, Rafael Correa llegó al poder en 2007 y ganó el pasado febrero una elecciones que le permitirán continuar en la presidencia hasta 2017. En Bolivia, Evo Morales gobierna desde 2006 y aspira a ganar el próximo año unas presidenciales por tercera vez. En Venezuela, Nicolás Maduro, venció el pasado abril y aún tiene por delante seis años de Gobierno.
El progresismo, en sus diversas y a veces opuestas variantes, seguirá siendo en los próximos años el color dominante en América del Sur. Seguiría siéndolo aunque ganase en Chile la conservadora Evelyn Matthei, cosa improbable pero no imposible.