Los hijos del narco, en tiempo real

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Los vástagos de los capos mexicanos más buscados presumen con temeridad de su ostentosa vida en las redes sociales

Metralletas bañadas en oro, Lamborghinis, leopardos y leones. Un puñado de fotografías disponibles en Twitter y Facebook reflejan la forma en la que los narcotraficantes mexicanos, sobre todo los más jóvenes, usan las redes sociales sin recato alguno para presumir de una vida de excesos, violencia y ostentación.

El Cisen, el órgano de inteligencia mexicano, recaba abundante información a través de estos perfiles abiertos a todo el mundo. Guillermo Valdés fue su director general entre 2007 y 2011, en plena guerra contra el narcotráfico iniciada por el anterior presidente Felipe Calderón: “El Chapo, El Mayo [líderes del cártel de Sinaloa] y otros capos son terriblemente discretos, pero no tanto quienes les rodean, principalmente sus hijos y sobrinos. Suben fotos de sus papás en fiestas y ahí está toda la familia. Son descuidados en ese sentido”.

Serafin Zambada Ortiz, hijo de Ismael Zambada García, apodado El Mayo, prófugo de la justicia por quien el Gobierno de Estados Unidos paga una recompensa de cinco millones de dólares, fue detenido el 20 de noviembre en Nogales, Arizona. Su arresto, a cargo de la Oficina Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), sacó a la luz los perfiles que tenía abiertos en redes sociales, y por tanto, su estilo de vida.

En su cuenta en Twitter, @ZambadaSerafin, puede encontrarse una fotografía de tres rifles AK-47 cromados con colores oro y plata. En otra, miles de billetes de 500 pesos (38 dólares) aparecen apilados en voluminosos fajos. “Pesando el dinero”, tituló la imagen. “El que tengas esta prepotencia y la necesidad de presumir de coches y armas obedece a la necesidad de transmitir poder. A la sociedad y a los cárteles enemigos. Son fotos de un desplante y una arrogancia que quizá corresponda a una mentalidad cortoplacista. ‘Yo le entré a este negocio y mi vida será breve, pero mientras seré el rey'”, razona el exdirector del Cisen.

Las fotografías del hijo del Mayo han impactado a la sociedad sinaloense, que durante décadas ha convivido con el grupo criminal. El joven, de 23 años, está acusado de traficar con droga y tendrá que enfrentar un proceso en una corte federal del Estado de California. “Obviamente es escandaloso, pero es parte del ejercicio cotidiano del poder de los narcos. Es un poder que no se esconde, sino que se padece y hasta se goza”, explica Javier Valdez, fundador del semanario Ríodoce, una influyente publicación ubicada en Culiacán (la capital de Sinaloa) que se especializa en información sobre el crimen organizado.

Serafín Zambada estaba en contacto, desde su cuenta de Twitter, con varios supuestos integrantes del cártel de Sinaloa. Entre ellos destaca Rodrigo Aréchiga Gamboa, conocido como ‘Chino Antrax’, jefe de sicarios de Los Antrax, un grupo de pistoleros al servicio de la organización. En su perfil de Twitter, en @comandante57_, se describe como “escarface sinaloense, fanático alas armas” y advierte: “estás conmigo o estás con dios”. Figuran fotografías de pistolas decoradas con joyas y calaveras. En otra imagen, un grupo de personas con el rostro difuminado aparece acompañado del popular grupo Los Tucanes de Tijuana, que entre su repertorio se encuentran varios narococorridos. Y una tercera, donde ese rostro difuminado, que presuntamente corresponde a Rodrigo Aréchiga, acompaña a la socialité estadounidense Paris Hilton.

En la época de Valdés al frente del Cisen encontraron en la red las fotos de Heriberto Lazcano Lazcano, entonces jefe del sanguinario cártel de Los Zetas, en la boda de uno de sus comandantes, Salvador Alfonso Martínez, alias El Ardilla. El ejército relaciona a este último con cientos de asesinatos, entre ellos la matanza de 72 inmigrantes. A su enlace fue de traje negro con un pañuelo en la solapa y la novia llevaba un vestido palabra de honor. El Lazca, de camisa blanca, aparece con más kilos que cuando fue abatido por la marina en octubre de 2012. Los agentes solo tuvieron que ir recopilando las imágenes que los invitados subían a Internet. Hoy, uno está detenido y el otro muerto.

La actividad de los narcotraficantes en la red no se limita a la mera ostentación. A través de redes sociales y foros están encontrando una forma de expresión alternativa y una vía para expandir su negocio, de acuerdo con la investigación que está llevando a cabo la organización canadiense SecDev, en coordinación con la brasileña Igarapé. Las organizaciones criminales durante la década de los 70 y los 80, cuando estaban comenzando a estructurarse e inundar de droga Estados Unidos, mantenían un perfil público bajo pero desatados los enfrentamientos entre ellos, en 2006, comenzaron a tener la necesidad de comunicarse. Empezaron a aparecer cadáveres colgados en puentes y ‘narcomantas’, sábanas donde escriben mensajes. Esa simbología fue más tarde trasladada a la red.

En ocasiones para transmitir una imagen positiva. Tras el paso en septiembre del huracán Ingrid, en algunos pueblos de Tamaulipas, al noreste del país, aparecieron camionetas cargadas de arroz, agua, harina de maíz y latas de cerveza. El cártel del Golfo se puso a repartir víveres entre los damnificados allí donde había tardado en llegar el Gobierno tras la catástrofe. El vídeo fue subido a Youtube y en redes sociales comenzaron a circular imágenes, plagadas de faltas de ortografía, loando el gesto: “Si ayudan es por que tienen corazón”.

Antoine Nouvet, investigador de Secdev, sostiene que también están utilizando la red para reclutar miembros, lavar dinero, comunicarse con mensajes encriptados y realizar tareas de vigilancia a nivel operativo, todo dentro de una estructura más compleja de lo que pueda parecer viendo sus perfiles en línea. Cuentan con personal contratado para realizar social media intelligence, la misma tarea que los espías del Cisen, pero en sentido contrario. El cártel que más presencia tiene en Internet es el de Los Caballeros Templarios, cuya página de Facebook fue cerrada a principios de este año cuando contaba con más de 10.000 seguidores.

Uno de sus sicarios, que se hace llamar Broly Banderas, documenta en Facebook todas sus andanzas, según la investigación de la organización canadiense que publicará sus resultados en MIT Press. En las fotos que sube aparece armado y con fajos de billetes, en una actitud similar a los del hijo del Mayo, pero añadiéndole un componente más violento. Banderas muestra a gente atada y con un esparadrapo cubriéndole la boca. En otra instantánea sale con la cara cubierta de sangre y la oreja medio cortada. Escribe: “Me kitaron lo chulo. Pero los huevos no pendejos. Fierro… Michoacán territorio templario”. Un portavoz de la fiscalía de Michoacán, donde opera esta banda criminal, dijo no tener información sobre este individuo.

Volviendo a Sinaloa, Ismael Zambada, hermano mayor de Serafín, también tiene supuestamente una cuenta de Twitter (@ismaelimperial), desde donde publica actualizaciones. Sus fotografías dejan ver una intensa vida social en fiestas, casinos, reuniones y visitas a la iglesia. Con un hermano mayor suyo, Vicente, que fue detenido en el DF en 2009, la prensa acuñó el término ‘narco júniors’ para describir a la nueva generación de traficantes.

Un investigador del narcotráfico sinaloense, que prefiere mantenerse en el anonimato, también cuenta que sigue en redes sociales a Jesús Alfredo Guzmán Salazar y su hermano, Iván Archivaldo. Tienen presencia en Twitter en las cuentas @alfredoguzma y @_IvanGuzman_. Ambos son hijos del primer matrimonio de Joaquín Guzmán Loera, conocido como ‘El Chapo’, líder del cártel de Sinaloa. Se le etiqueta como el narcotraficante más poderoso de México. El 14 de septiembre, un día antes de la pelea en Las Vegas contra Floyd Mayweather su hijo Iván subió una foto del boxeador Canelo Álvarez montando a caballo. Escribió: “3 millones apostados a él chavalón”. Los hermanos Guzmán Salazar se encuentran en la lista negra del Departamento del Tesoro estadounidense que hace que sus bienes sean sujetos de decomiso, aseguramiento y bloqueo.

Una fotografía subida a Internet muestra un grupo de diez varones sonrientes. Son jóvenes. Algunos hacen la señal de la v de la victoria. Se reconoce a los hijos de ‘El mayo’ Zambada. La foto fue publicada en Twitter el 24 de agosto de 2013, pero se nota que es de años atrás. En el texto, Iván Guzmán, un presunto hijo del capo del cártel de Sinaloa, escribe con tono nostálgico: “Cuantos ya se nos fueron carnal @alfredoguzma cuantos nos quedan @cheyooeliseo @ismaelimperial @ZambadaSerafin”. Cada vez quedan menos.