Arafat no habría muerto envenenado
Una investigación sobre la muerte de Yasser Arafat, encargada por la Justicia francesa, descartó que el líder palestino haya muerto envenenado. Este resultado contrasta con las conclusiones alcanzadas por una investigación de científicos suizos, que el mes pasado publicaron un informe que afirmaba que el líder palestino murió probablemente envenenado con polonio. El hallazgo suizo reflotó la hipótesis palestina de que el histórico dirigente fue asesinado por Israel, país que siempre negó las acusaciones. Arafat comenzó a sufrir síntomas de un trastorno gastrointestinal el 12 de octubre de 2004 y, tras una serie de complicaciones que agravaron su estado, fue trasladado desde Cisjordania a un hospital de París, donde murió el 11 de noviembre de ese año.
Desde entonces, su viuda, Suha Arafat, defendió la teoría que el antiguo líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fue envenenado por alguien de su entorno cercano. Luego de conocerse las conclusiones de la investigación francesa, Suha pidió ayer, en rueda de prensa en París, que se crucen las investigaciones hechas sobre la muerte de su esposo, aunque declaró que confía en la Justicia y en la ciencia. “Verdaderamente, ¿qué hay que pensar? Por lo que he entendido, hay confusión”, señaló Suha Arafat, quien pidió a la Justicia que siente en una mesa y de manera amigable a los expertos franceses y suizos para que contrasten sus conclusiones.
La viuda de Arafat exigió que los responsables suizos entreguen su investigación a la Justicia gala para que compare las dos investigaciones.
“Debemos continuar. No es más que el principio. No es la sentencia, es sólo la conclusión de los expertos”, declaró a la prensa la mujer, acompañada por sus abogados.
En julio de 2012, Suha requirió la exhumación del cadáver de su marido, después de que la cadena qatarí Al Jazeera emitiera un reportaje exclusivo sobre su muerte, en el que se especulaba que pudo haber sido envenenado con polonio 210, una sustancia altamente radiactiva encontrada en sus objetos personales. La viuda de Arafat decidió además presentar una denuncia por presunto asesinato ante el Tribunal de Gran Instancia de la ciudad francesa de Nanterre, que ordenó la investigación cuyos resultados fueron adelantados por la radio France Inter.
Al presentar su denuncia ante el tribunal, Suha Arafat no acusó a nadie en particular, y para referirse al autor de esos supuestos hechos se sirvió de la fórmula de demanda “contra X”. Al Jazeera encargó luego una investigación a un laboratorio suizo que el 6 de noviembre pasado presentó sus conclusiones a favor de un posible envenenamiento de Arafat con resultados mortales. Aunque los rumores del supuesto envenenamiento de Arafat existían desde que el líder palestino abandonó Cisjordania con dirección al hospital parisiense, la investigación suiza no hizo más que reflotar las sospechas.
Ayer, el presidente de la comisión palestina que investiga la muerte del líder palestino, Taufik Tirawi, puso en duda que Arafat falleciera por una infección generalizada, como concluye un informe elaborado por especialistas galos, que no descarta la presencia de polonio, pero lo explica por causas medioambientales naturales. “Si eso es cierto, ¿por qué los expertos franceses no lo dijeron claramente hace nueve años?”, se preguntó Tirawi. El representante palestino, que preside la comisión investigadora oficial de la Autoridad Palestina (AP), rechazó hacer cualquier otro comentario hasta tener en sus manos los resultados oficiales de la investigación de París.
Dos investigaciones científicas, realizadas una en Suiza y otra en Rusia, descubrieron altas cantidades de polonio en las costillas y pelvis de Arafat -por ello creyeron que murió por envenenamiento-, aunque no ofrecieron resultados concluyentes. También revelaron que ese producto radiactivo estaba presente en la tierra sobre la que se colocó su cadáver. Contrastando con la reacción palestina, Israel manifestó ayer no estar sorprendido por los resultados de la investigación francesa. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, Igal Palmor, calificó el resultado de lógico y agregó que éste debe ser el punto final al asunto.