Indígenas brasileños invaden Planalto

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Vestidos y pintados para la guerra, centenares de indígenas brasileños se enfrentaron este miércoles a la Policía y llegaron a subir la rampa del Palacio del Planalto, muy cerca de donde se encuentra el despacho de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Uno de los guardaespaldas de la presidencia resultó herido tras ser golpeado con un trozo de madera. La seguridad del Palacio tuvo que ser reforzada y recurrió al gas pimienta para evitar una invasión.

Más de quinientos indígenas se reunieron frente al Palacio para protestar contra un proyecto del Gobierno que puede cambiar las normas de demarcación de tierras. «El mensaje que traemos los guerreros que estamos aquí es: “Presidenta, denos nuestras tierras. Nuestra tierra es nuestra vida, sin tierra no somos nada”», clamó una líder indígena con un altavoz.

Los indígenas protestan contra la nueva normativa en estudio por el Ministerio de Justicia. Según el proyecto, este ministerio y otros organismos del Gobierno podrán intervenir en la demarcación de las nuevas reservas, algo que ahora es potestad de la Fundación Nacional del Indio (Funai, estatal).

Para los indígenas, ese cambio debilitaría aún más a la Funai, una entidad que está siendo desmantelada, y postergaría el acceso a sus territorios ancestrales. Para el Gobierno brasileño, la medida generaría transparencia y evitaría la inseguridad jurídica.

Conflictos con agricultores

El Ministerio de Justicia informó de que las propuestas gubernamentales buscan resolver conflictos entre indígenas y agricultores. Pero los indios, que ya han tenido muchas desilusiones con los gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva (2002-2010) y Rousseff, siguen incrédulos.

Las tierras indígenas representan un 12% del territorio brasileño, pero una buena parte aún no ha sido reconocida legalmente, por las presiones de los grupos agropecuarios y las compañías madereras, que quieren o han invadido esas áreas.