La peor pesadilla de Sebastián Piñera
El 27 de enero se conocerá el fallo limítrofe entre Chile y Perú de la Corte Internacional de Justicia.
Más allá de lo que pudiera perder Chile como territorio, para el presidente saliente un dictamen adverso en La Haya puede tener malas consecuencias para sus aspiraciones presidenciales en 2017. Una reunión con ex presidentes.
La cita fue temprano el viernes en La Moneda. El presidente Sebastián Piñera recibió a sus antecesores en ese cargo Ricardo Lagos, Patricio Aylwin y Eduardo Frei. Días antes había hecho lo propio con la presidenta electa Michelle Bachelet. La razón: analizar la situación del país luego que el próximo 27 de enero la Corte Internacional de Justicia de La Haya falle sobre la demanda limítrofe presentada por Perú contra Chile en una zona marítima de unos 40 mil metros cuadrados en el Océano Pacífico.
“Esta fue una demanda que se presentó en 2008, la primera parte de la defensa le correspondió ejercerla al gobierno anterior, la segunda a nuestro gobierno”, aclaró tras la última cita endilgando responsabilidades al primer paso de Bachelet por la presidencia.
“En materia de temas que afectan los intereses permanentes del país, de soberanía y límites, Chile siempre ha actuado con una sola voz y unidad, y por eso es posible que, dependiendo de lo que contenga el fallo, el proceso de implementación pueda corresponder al próximo gobierno”, agregó en la misma línea. Junto a ello, valoró el trabajo de la diplomacia chilena para resguardar sus intereses: “Sin duda Chile ha hecho la mejor defensa, con todos los argumentos de hecho y derecho… nuestro país tomará todas las medidas para que, al momento de acatar el fallo, se resguarden debidamente los derechos e intereses del país”, remarcó.
Los tres ex presidentes, en tanto, confían en que La Haya emita un fallo conforme a derecho y “en base a los tratados, los acuerdos y lo que ha sido la historia de relación entre los dos países, relación que no ha sido fácil”, sostuvo Frei. “Esperamos que a partir del 27, Perú reconozca los fallos de una vez por todas y ahí terminemos, de manera que podamos construir un futuro”, añadió.
“Tiene que haber tranquilidad y la necesaria prudencia para tratar estos temas, pero no nos cabe duda de que el presidente Piñera y luego la presidenta Bachelet, tomarán las medidas para la implementación, si es que hubiera que hacerse de este fallo”, complementó Lagos.
A fines de 2012, Piñera también invitó a los ex presidentes para explicarles la estrategia que seguiría su gobierno en este caso. Tanto el oficialismo como la oposición han cerrado filas y esperan en unidad el fallo. “Siempre hemos dicho que acá tenemos que tener una política de Estado que se base en la política internacional y los intereses superiores de Chile”, ha reiterado Bachelet.
“Primero hay que esperar el fallo y no especular sobre los escenarios posibles”, sostiene la presidenta electa que al igual que todos los ex mandatarios espera con tensa calma lo que ocurra en La Haya.
Más allá de lo que pudiera perder Chile como territorio, para Piñera un fallo adverso el próximo 27 de enero puede tener consecuencias nefastas en sus aspiraciones presidenciales en 2017. “Nadie conoce el contenido del fallo, lo esperamos con tranquilidad, sin triunfalismos, y debemos recordar que Perú va a seguir siendo un país vecino al nuestro”, sostuvo Piñera tras el encuentro con Bachelet.
Lo cierto es que tranquilidad hay bastante poca. Según el diario electrónico El Mostrador, al interior del gobierno las expectativas favorables son bajas y se trabaja en cómo enfrentar a la opinión pública. Se da casi por hecho que la resolución a la interpretación de los tratados de 1929, 1952 y 1954 no será nada auspiciosa para Chile. Incluso en la Cancillería ya estarían analizando los peores escenarios. Mientras que en el entorno de Piñera se baraja la forma de evitar que este capítulo dañe irreparablemente su imagen.
El Mostrador agrega que en los pasillos de la Cancillería chilena dicen que lo más probable es que La Haya cederá a Perú la mitad de lo que pide y dejará a Chile con la mitad de lo que teníamos. En La Moneda agregan que, salvo que la Corte Internacional resuelva mantener el statu quo con Perú, cualquier otra resolución es “ganancia pura” para el país vecino, ya sea que se acoja toda su demanda o que La Haya opte por un “fallo salomónico”, por lo que efectivamente se están preparando para sortear una derrota.
Por el lado de la oposición, encabezada por Michelle Bachelet, se alistan para un intento de La Moneda de querer “compartir las culpas” con la presidenta electa. En ese sentido, el gobierno reconoce que la filtración a la prensa, a fines de la semana pasada, de la invitación a reunirse con Piñera antes que el entorno de la presidenta electa la confirmara, fue “una forma de querer amarrarla públicamente”.
Tras el fallo, el nuevo gobierno deberá hacerse cargo de tareas complejas como, por ejemplo, los derechos de pesca, la situación de los pesqueros artesanales en Tacna y Arica. A juicio de El Mostrador, el fallo de La Haya es inapelable; sin embargo, no se descarta que el actual gobierno opte por interponer el recurso de “aclaración para mejor cumplimiento de la sentencia”, un mecanismo que implica una mayor precisión del tribunal sobre las implicancias de la resolución, que se demora unos tres meses aproximadamente. Considerando que en marzo es el cambio de mando entre Piñera y Bachelet, una fórmula de esta índole le permitiría al actual mandatario sortear los efectos de un fallo adverso y ganar tiempo, para que sea el próximo gobierno el que lidie con los problemas de la implementación.
Con todo, en La Moneda apuestan a que los costos que deba pagar Piñera por el fallo de La Haya “serán mínimos”, porque toda la crítica es algo “muy técnico que la gente no entiende”. No obstante, en el resto del gobierno creen que Piñera “sí o sí” pagará un alto costo, porque este fallo caerá justo en la recta final de su mandato, en “sus últimos dos meses que deberían ser de despedida, cuando los presidentes tienden a mejorar o mantener al menos su evaluación positiva”. La sentencia de La Haya, dicen en la propia administración piñerista, afectará la tendencia del repunte en las encuestas que venía experimentando el mandatario desde septiembre. Será un “golpe fuerte” que incluso puede dejarlo mal parado para tratar de instalar su primer hito político cuando deje La Moneda en marzo, con miras al 2017. “Será el presidente que perdió territorio chileno”, agregan.