No solo el diferendo marítimo entre Perú y Chile es un tema que necesitaba ser resuelto, pues aún existen otros problemas limítrofes en América Latina.
Argentina-Reino Unido (Islas Malvinas-Falklands): El país sudamericano le reclama al europeo por la soberanía del archipiélago, ocupado por los británicos desde 1833. En 1982 se produjo una guerra entre ambas naciones que terminó con la victoria de los ingleses, y desde ese momento el país presidido por Cristina Kirchner comenzó sus reclamos por la vía diplomática.
Brasil-Uruguay: Mantienen una disputa por dos zonas: el Rincón de Artigas o el Rincão de Artigas, un área triangular de 237 km2 actualmente en manos brasileñas y una es la isla, un territorio fluvial en la desembocadura del río Uruguay que administrativamente está gestionado por Brasil, pero que es reclamado por Montevideo desde hace más de un siglo.
Bolivia-Brasil: Aquí el conflicto es por una pequeña isla fluvial en el Amazonas. Se trata de Isla Suárez, como es conocida en Bolivia, donde se la considera parte del departamento de Beni, o ilha de Guajará-mirim, nombre para los brasileños que la incluyen en el territorio del estado de Rondônia. Tiene una superficie de apenas 2,58 km2, y hasta ahora no existe una definición formal de a quién pertenece el territorio.
Chile-Bolivia: Este último país mantiene su reclamo de tener acceso al Océano Pacífico desde 1879, cuando perdió su salida al mar en una guerra con su vecino. En abril de 2013 el presidente boliviano Evo Morales anunció la presentación de una demanda ante la Corte de La Haya para conseguir una salida soberana al mar para su nación.
Colombia-Venezuela: En este caso el litigio es por la delimitación marítima en las aguas del Golfo de Venezuela, en el área de la Guajira. Hubo muchos roces diplomáticos y en 1987 estuvo a punto de desatarse un conflicto armado, tras el ingreso de la corbeta colombiana Caldas en el territorio en disputa. A partir de la década de los ’90 ambas partes acordaron congelar la discusión sobre el tema.
Venezuela-Guyana: La disputa territorial entre los vecinos caribeños nació en el siglo 19, cuando el Reino Unido estableció la frontera de su por entonces colonia Guyana Inglesa y, según Venezuela, incluyó dentro de sus límites al territorio de Esequibo. Actualmente esa porción de tierra sigue en manos guyanesas, pero Venezuela cuestiona la soberanía basándose en un acuerdo internacional de 1966.
Colombia-Nicaragua: Tal vez sea el enfrentamiento más reñido de toda la región, ya que ni siquiera fue resuelto con dos fallos de la Corte de La Haya. La zona en cuestión es el archipiélago caribeño de San Andrés y Providencia: en la sentencia de 2007 se determinó que las tres principales islas le pertenecían a Colombia, pero no estableció la soberanía de otros cinco islotes deshabitados ni la frontera marítima entre ambos países. Y en 2012 se reafirmó la propiedad colombiana de los islotes, a la vez que se trazó una frontera que reconoce como nicaragüenses al menos 75.000 km2 de mar que los colombianos siempre consideraron suyos.
Nicaragua-Costa Rica: Desde 2010 se pelean por la soberanía de un islote fluvial de poco menos de 3 km2 de longitud ubicado en uno de los afluentes del río San Juan, cuya margen sur sirve de frontera entre ambos países. En noviembre de 2013 la Corte de La Haya le ordenó a Nicaragua frenar todas las labores de dragado y reparar el daño causado por las mismas, pero no resolvió el fondo del asunto: la soberanía del islote, según publica BBC Mundo.
Honduras-El Salvador: Los vecinos centroamericanos están enfrentados por la posesión de Isla Conejo, un islote de medio kilómetro de extensión en el Golfo de Fonseca. Desde 1983 la zona está ocupada por soldados hondureños, que llegaron luego que el destacamento militar de El Salvador regresara al continente. En noviembre pasado comenzó una batalla diplomática ante la ONU.
Guatemala-Belice: Desde 1859 Guatemala reclama como propia una extensión de 12.700 km2 dentro del país vecino, un área que representa casi la mitad del territorio beliceño. En 2000 ambas naciones aceptaron a la Organización de Estados Americanos (OEA) como mediador, pero tras un fallido referéndum guatemalteco en 2013 los gobiernos acaban de restablecer las negociaciones este año.