Tengan la valentía de pedir que entregue mi información
Juan Ramón Quintana, Ministro de la Presidencia calificó de delincuentes al expolicía Fabricio Ormachea y al empresario Humberto Roca. Dice que nunca robó “un peso al país”. Despotricó contra periodistas.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, dijo estar dispuesto a abrir sus cuentas bancarias, entregar sus declaraciones juradas sólo si “un valiente” periodista se lo pide. Criticó a “algunos” periodistas y medios de comunicación por tomar las declaraciones de “un delincuente”, refiriéndose al exjefe de la División Anticorrupción de la Policía, Fabricio Ormachea como fuente creíble.
¿Cómo recibió la denuncia de la oposición ante el Ministerio Público sobre las versiones de Fabricio Ormachea que lo vinculan a usted con el narcotráfico y tierras?
Tengo una valoración muy positiva sobre los medios de comunicación (…). Pero que algunos periodistas y medios de comunicación privados asuman la declaración de delincuentes como fuente de información objetiva, yo me temo que eso dice mucho de la propia cualidad del periodismo boliviano, no de todos, de algunos.
Presumir, considerar como ciertas las declaraciones de un expolicía (Fabricio Ormachea) que se va a extorsionar a otro país, que (él) tiene antecedentes de corrupción, asumir sus declaraciones casi como ciertas me parece poco serio, desprolijo. ¿Cómo asumir como ciertas las declaraciones del gánster más grande de este país de los últimos años como este señor (Humberto Roca)? Un tiempo vinculado al narcotráfico. No explicó el origen de su fortuna. Ha hecho un daño irreparable a la economía del país (…).
Lo primero que hace un periodista es valorar la credibilidad, legitimidad de la fuente. Acusarlo al ministro de la Presidencia de narcotráfico. ¡Imagínese! No, no. ¿Usted está delante de un narcotraficante, compañera? (se dirige a la periodista). ¿Sí o no? De un tipo que ha estado traficando tierras, a ver, tierras.
Lo primero que haría un periodista sensato es: “Este ministro que está acusado de corrupción, a ver (veamos su) fortuna, a ver dónde está su plata”. Pídame mis cuentas, compañera. Les entrego a toditos los periodistas hoy día, mañana, pasado mañana. Les entrego mi declaración jurada de bienes, les doy una autorización firmada por juez, fiscal, notario para que vayan a cualquier parte del mundo y vean si tengo una cuentita en el extranjero y mis cuentas aquí en Bolivia, y vea si he cambiado de domicilio en los últimos 10 años, si he cambiado de mujer, de auto. ¿Y le acusan al ministro de la Presidencia de narcotraficante?
(…) Insisto, a cualquiera de ustedes, con el mayor respeto, mañana les firmo ante el notario de fe pública (para) que vayan a todos los bancos y vean mis cuentas de los últimos 10 años, a ver díganme alguno de ustedes… tenga la valentía de decirme: “Ministro, yo quiero que me haga eso mañana”.
Pero solamente crucen ese datito elemental. Y si por alguna extraña razón he recibido 5.000 dólares más de lo que recibo como funcionario público, pucha de ahí jalen pues el hilo ¿y de dónde ha salido este ministro con 5.000 dólares? Eso tendría que investigar. Porque sería extraño que un funcionario público como yo que recibe 14.000 bolivianos como salario reciba 5.000 dólares de otra fuente o que se compre un terreno de 5.000 o mil ha o comprarme un departamento de 150 mil dólares? Sería una locura.
Si la Vicepresidencia tendría una página web en la que se publicaran las licitaciones y demás no se habría cometido el error que su cuñada estaba en la licitación. La actitud de usted a abrirse parece importante.
Ningún periodista dijo en su periódico, radio o TV que el ministro de la Presidencia pone a disposición, ninguno dice eso y lo he dicho eso cinco veces.