El Papa inicia un viaje histórico a Tierra Santa

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El Papa emprende una visita histórica a Medio Oriente con un Imán y un Rabino para promover el diálogo. Al viajar con integrantes de distintas religiones, Francisco pretende dar un nuevo impulso al diálogo interreligioso. Visitará Amman, en Jordania, y Belén, Tel Aviv y Jerusalén, en Israel, incluidos el Museo del Holocausto, el Muro de los Lamentos y la Cúpula de la Roca.

El papa Francisco parte hoy a Tierra Santa para una visita de poco más de dos días que lo llevará a Jerusalén (Israel), a Belén (que es parte de los territorios palestinos) y a Amman, en Jordania, en un viaje en el que, insólitamente, estará acompañado por el rabino Abraham Skorka y el líder musulmán Omar Abboud, ambos amigos suyos de la Argentina. Estos acompañantes elegidos por el Papa le dan un equilibrio especial a su visita a Jerusalén, centro de veneración de las tres religiones monoteístas: católica, judía y musulmana. Y sobre todo podría dar un nuevo impulso al diálogo interreligioso, lo que a su vez podría estimular, dicen algunos expertos, el entendimiento político en Medio Oriente. “La presencia durante el viaje de integrantes de las diferentes religiones es significativa, es un modo concreto de hablar de diálogo interreligioso”, explicó a la prensa el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Se trata de un viaje “estrictamente religioso para rezar por la paz en esa tierra que sufre tanto”, dijo el papa Francisco en la audiencia pública del miércoles pasado en la Plaza San Pedro. Pidió también a los fieles que rezaran por la paz en esa región. El viernes por la mañana, casi de incógnito, Francisco quiso ir a Santa María la Mayor, fuera del Vaticano, una de las cuatro basílicas papales de Roma, para rezarle a la Virgen, llevarle unas flores y pedirle por el viaje a Tierra Santa, informó la oficina de prensa de la Santa Sede.

No es la primera vez que Jorge Mario Bergoglio visita Tierra Santa. Lo hizo en 1973, cuando era provincial superior de los jesuitas, pero con la mala suerte de que, estando él allá, estalló la guerra del Yom Kippur entre Israel, Siria y Egipto, y prácticamente tuvo que estar encerrado en su hotel hasta el retorno. Es la primera vez que visita Israel en calidad de jefe de la Iglesia mundial y, sobre todo, es la primera visita al exterior por él programada, cosa que las autoridades israelíes han valorado muchísimo, según el embajador de Israel ante la Santa Sede, Zion Evrony. En efecto, el viaje a Río de Janeiro en julio pasado, para la Jornada Mundial de la Juventud, estuvo programado para Benedicto XVI y, ante la renuncia del pontífice alemán, Francisco se vio obligado a realizarlo.

“Hay mucha expectativa en Israel. Todos los israelíes, al margen de su afiliación religiosa, esperan recibir al Papa y a su delegación con el corazón abierto y muy calurosamente. Será un huésped de honor. Será bienvenido como un verdadero amigo del pueblo judío”, agregó el embajador ante un grupo de periodistas. “El mensaje de modestia y preocupación por los pobres, de paz y de diálogo interreligioso de Francisco, tiene una dimensión universal”, subrayó Evrony.

Francisco será el cuarto pontífice que visita Israel. El primero fue Paulo VI en 1964, luego lo hizo Juan Pablo II en 2000 y por último Benedicto XVI en 2009. Hace 20 años que Israel y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas. “En los últimos 20 años las relaciones entre los dos Estados han conocido períodos de entendimiento y progreso, pero también de dificultades”, indicó. Este año será importante por la celebración del 20º aniversario de esas relaciones, pero también por la posibilidad de completar un acuerdo económico y financiero entre los dos Estados que se viene discutiendo y que regularía las propiedades y las tasas de la Santa Sede en Israel, explicó Evrony.

Por otra parte, el Papa argentino ha querido conmemorar con este viaje los 50 años del encuentro histórico entre Paulo VI y el patriarca ortodoxo Atenágoras I de Constantinopla, el 5 de enero de 1964 en Jerusalén, una reunión que relanzó las relaciones entre las dos religiones, separadas desde el siglo X. Se reunirá cuatro veces con el jefe de la Iglesia Ortodoxa, el patriarca de Constantinópolis, Bartolomeo I, con el que rezará ante el Santo Sepulcro de Jerusalén. El Papa visitará dos ciudades fundamentales para el cristianismo: Belén, a unos 10 kilómetros de Jerusalén, donde se supone que nació Jesús y hoy bajo dominación palestina; y Jerusalén, el lugar donde Jesús fue juzgado, condenado a muerte y enterrado, hoy territorio de Israel. Y todas las visitas las hará en un auto simple, no blindado, por su expreso deseo. Tanto en Jordania como en los territorios palestinos, el papa Francisco, que tanto brega por los pobres y los últimos, visitará dos campos de prófugos y almorzará con familias pobres de la zona. Pero también visitará el memorial del Holocausto Yad Vashem y el Muro de los Lamentos, un sitio sagrado para los judíos, donde dejará un mensaje como es tradición. Asimismo visitará la explanada de las mezquitas y la Cúpula de la Roca, acompañado por el gran muftí de Jerusalén, Mohamad Husein.

Ni el Papa ni el Vaticano temen que los recientes actos vandálicos contra propiedades católicas en Tierra Santa puedan afectar la visita. También el embajador israelí lo descartó, clasificándolos como “hechos aislados”.