Dos países afectados presentan informe de daño al Pilcomayo

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El Gobierno ratifica que los tóxicos no llegaron al río y que no lo contaminaron.

Representantes de Argentina y Paraguay presentarán hoy en Buenos Aires, Argentina, su informe sobre los daños causados a sus territorios por la contaminación del río Pilcomayo tras el colapso de un dique de colas de la mina Santiago Apóstol, en Potosí.

En Bolivia, el Gobierno ratificó que los tóxicos minerales  no llegaron a aquel río de curso internacional y que se secaron en el trayecto.  
La información la dio, según radio Fides,  la senadora María Elena Méndez (CN), quien aseguró que participará en esta reunión trinacional, en la que se establecerían responsabilidades y sanciones a los responsables de los daños.
“Paraguay y Argentina rendirán su informe sobre cuáles  serán los alcances de las acciones legales que   asumirán ante la irresponsabilidad de los que ocasionaron el desastre ambiental y esto recae en  la empresa minera Apóstol Santiago, que ni siquiera tiene licencia ambiental”, declaró la asambleísta.
Añadió que, además de su persona, en representación de Bolivia asistirán el viceministro de Relaciones Exteriores, Juan Carlos Aldurralde, y el viceministro de Medio Ambiente.
Posición oficial

El ministro de Minería, César Navarro, aseguró  que el derrame de residuos mineros  no llegó al curso internacional del río Pilcomayo.
“Se ha ido divulgando que los residuos de las colas y relaves hubiesen afectado el curso internacional del río Pilcomayo, lo que no es correcto”, precisó.
Según la autoridad,  la comisión interinstitucional integrada por los ministerios de Minería,  Medio Ambiente y Agua, las gobernaciones de Potosí y Chuquisaca y la Comibol,  que se desplazó a la zona comprometida con el derrame, emitirá su informe a más tardar hasta el fin de semana y en éste se establecerá con precisión el daño ambiental causado por la empresa.  
Aclaró  que desde el lugar del vertido al cauce del Pilcomayo hay una distancia de al menos 20 kilómetros, lo cual disminuye la posibilidad de que los químicos hayan llegado a la cuenca que conecta a Argentina y Paraguay.