España: ¿Hasta dónde llegará Podemos?

0
395

Telepredicador, el profesor de la coleta, el diablo viste de Alcampo, demagogo, terrorista… La catarata de descalificaciones que han bañado a Pablo Iglesias desde las pasadas elecciones europeas eleva al profesor de la Universidad Complutense, convertido ahora en político, a primera plana. Este suceso desvía la atención del proyecto que él lidera, o al menos del que es la cara más visible, el partido de reciente creación Podemos y que en las elecciones del pasado 25 de mayo logró un inesperado éxito obteniendo 1.245.948 votos y hasta cinco escaños en el Parlamento Europeo.

¿Quién es Pablo Iglesias y cuáles son los orígenes de Podemos?

Pablo Iglesias fue el cabeza de lista de Podemos en las últimas elecciones europeas. Madrileño de 35 años, es licenciado en Derecho y Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Antes de comenzar la aventura política formaba parte del departamento de Geografía Política, el mismo del cual ha salido el actual decano de la Facultad, Heriberto Cairo. Iglesias comienza a tener relevancia cuando aparece en tertulias televisivas en las que comienza a detallar lo que será el programa política de la formación.

Podemos se convierte en partido político cuando él y otros dos profesores, Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa registran el partido en el Ministerio del Interior. Han basado su campaña electoral en propuestas tales como acabar con la casta política y los denominados tradicionales partidos, introduciendo nuevas formas de política: participación directa y limitación al máximo de la representación y capacidad de revocación de todos los cargos. Lo que defienden es convertir el hartazgo en cambio político, valiéndose para ello del descontento que existía entre gran parte de la sociedad y sumándose a la ola que supuso el 15-M.

La ‘directiva Villarejo’

La batería de medidas que Podemos se ha comprometido a defender en el Parlamento Europeo se enmarcan dentro de la conocida como ‘directiva Villarejo’, en referencia a uno de los cabeza de lista del partido, Carlos Jiménez Villarejo, que finalmente renunció a su escaño por motivos personales. En ella critican el actual sistema político proponiendo reformas para crear uno en el que los ciudadanos tengan mayor protagonismo en la toma de decisiones, evitando que se haga política por ellos. Para ello plantean medidas para tener más control sobre el poder económico en todas sus vertientes, eliminando los privilegios de la casta política, concepto que han convertido en unos de sus axiomas principales. De aquí que quieran evitar el llamado “sistema de puertas giratorias” entre cargos públicos y empresas privadas o el bipartidismo que rige la política en Españadesde el 1978.

Otro de los aspectos que creen básicos para regenerar la democracia es acabar con las políticas de austeridad impuestas desde Europa y que han llevado al vaciamiento del Estado social, atacando los sistemas de sanidad, educación, justicia o seguridad. Podemos critica las políticas económicas aplicadas por el actual gobierno, que califica de ataque irreparable al Estado social y de derecho y defiende medidas como la eliminación de los paraísos fiscales, la subida de los impuestas a las rentas más altas, el rechazo a los planes de pensiones privados, la devolución de las ayudas sociales y la dación en pago. 

Villarejo, quien da nombre a la doctrina, ha renunciado a su escaño por motivos personales.

Nuevo actor político: las redes sociales

Presentarse a las elecciones sin pasado y sin herencia ha permitido al partido conseguir unos fantásticos resultados, llegando incluso a colocarse como la tercera fuerza política en Asturias y Madrid. Ningún estudio demoscópico pronosticó su resultado, y quizá sea ésta una lección sobre el futuro de las campañas electorales: las redes sociales tuvieron prioridad absoluta para un partido con escasez de medios económicos. El incremento del número de seguidores de Podemos en las redes sociales desde el comienzo de la campaña hasta el final contrastó con el estancamiento de los dos grandes partidos, demostrando su poco interés ante este nuevo canal de comunicación, en lo que se ha demostrado como un notable ejercicio de ceguera política.

Elecciones municipales del 2015: ¿consolidación o derrumbe?

Su anunciado deseo de presentarse a las próximas municipales, previstas para la primavera del 2015, plantea distintos retos. En estas elecciones ya no es una sola lista, sino que tendrán que ser tantas como el número de municipios a los que se presenten. Por otro lado, si ya hubo revuelta en la primera asamblea post-elecciones sobre cómo dirigir el partido, despierta expectación cómo trasladar el complejo sistema asambleario, tan democrático como inusual en los partido políticos, a esta empresa. Parece evidente que el partido tendrá que crear estructuras parecidas a las de los tan denostados partidos tradicionales: agrupaciones territoriales, municipales; salir del anonimato y tener presencia en la calle, conseguir que los círculos que tienen repartidos por todo el Estado se organicen para dar publicidad a los miembros de sus listas.

Podemos ya ha tomado la primera decisión: asumir riesgos y disputar el terreno de la política, y el resultado ha sido muy positivo. Por ahora se manejarán dentro de la política europea, participando en las decisiones que se tomen en el Parlamento Europeo dentro del grupo Izquierda Unitaria Europea. Y de cara al futuro próximo, dos incógnitas por resolver:

¿Cómo hará Pablo Iglesias para compaginar el desempeño de su puesto como europarlamentario de manera honesta, donaciones de salario a parte, con el crecimiento del partido en España? Y más importante aún, ¿qué papel otorgará el partido a los círculos, las asambleas abiertas en las que se debate y decide sobre los problemas de la gente?

Según palabras de Íñigo Errejón, director de la pasada campaña: “Debemos de ser conscientes que la idea del ciudadano activista que participa activamente en política a diario solo existe en las ensoñaciones de muchos activistas”. La democracia representativa tiene las deficiencias propias de cualquier sistema, pero como asegura el director de campaña de Podemos, no se puede esperar que todas las decisiones sean sometidas al constante voto de los ciudadanos, los cuales han elegido unos representantes para llevar a cabo ese encargo. Ahora Podemos deberá decidir dónde posicionarse dentro del debate entre participación, donde ahora se aloja, u organización, donde se encuentran el resto de partidos políticos.