Por qué EE.UU. le entrega millones en ayuda militar a Israel

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Los US$225 millones que este lunes aprobó el presidente estadounidense Barack Obama para que Israel utilice en su escudo antimisiles resaltan la importancia de la ayuda militar que Washington entrega al que considera su aliado más cercano en Medio Oriente.

El nuevo paquete de asistencia, que fue autorizado el viernes por el Congreso sin mayor oposición, le permitirá al gobierno israelí reponer los misiles de su escudo “Domo de Hierro”, que ha jugado un papel fundamental en sus operaciones de defensa al interceptar parte de los cohetes lanzados por el grupo islamista Hamas.

Esta medida es apenas el más reciente ejemplo del apoyo económico estadounidense que ronda los US$3.000 millones al año -en su mayoría con fines militares- y que ha convertido a Israel en el mayor receptor de asistencia estadounidense acumulada desde la Segunda Guerra Mundial (ver recuadro).

“No hay ningún país en el mundo que apoye más la seguridad de Israel que Estados Unidos, y esto se evidencia en la cantidad de dinero que le damos al Domo de Hierro”, dijo este lunes la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.

El apoyo financiero y militar de Washington a Israel es un motivo de controversia en la capital estadounidense entre quienes lo consideran importante para la propia seguridad de Estados Unidos y quienes lo critican porque creen, por ejemplo, que facilita que haya daños colaterales.

La BBC le preguntó por esa crítica específica al secretario de Estado, John Kerry, quien reafirmó el apoyo de su país a Israel ante los ataques de Hamas, al que calificó de “grupo terrorista”.

“Estados Unidos respalda el derecho de Israel a defenderse”, dijo Kerry.

Fuerzas militares sofisticadas

Según un informe sobre el tema del Servicio de Investigaciones del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), la asistencia militar estadounidense ha ayudado a convertir a las fuerzas armadas de Israel en una de las “más sofisticadas a nivel tecnológico del mundo”.

Esa colaboración incluye baterías de misiles, sistemas de radares y proyectos de defensa conjuntos, además de una de las joyas de la corona: el Domo de Hierro, que Washington ha ayudado a financiar con más de US$700 millones hasta abril de este año y que en la crisis actual ha demostrado una gran capacidad para evitar víctimas israelíes.

“Como alguien que estuvo en Israel durante la guerra en noviembre de 2012, el Domo de Hierro cambia las reglas de juego”, le dijo a BBC Mundo Neri Zilber, analista deTheWashington Institute for Near East Policy, un centro de estudios enfocado en la región.

“Tanto el conflicto de 2012 como el del último mes habrían sido fundamentalmente diferentes sin el escudo antimisiles”, agregó.

El objetivo estadounidense al darle esos recursos a Israel y apoyar especialmente el Domo es asegurarse de que ese país mantenga lo que se conoce como una “Ventaja Militar Cualitativa” (QME, por sus siglas en inglés), es decir, que pueda compensar su pequeñez geográfica y poblacional con mejores equipos y entrenamiento, según CRS.

En concreto, Estados Unidos se comprometió en 2007 a darle a Israel US$30.000 millones en ayuda militar durante la década comprendida entre los años fiscales de 2009 y 2018.

Este vínculo económico es una de las aristas de la relación bilateral, en la que Washington también apoya diplomáticamente a Israel y presiona para garantizar que ese país “no sea amenazado constantemente por el fuego de los misiles en el futuro”, como dijo el presidente Obama en una conferencia de prensa el viernes.

Dinero y privilegios

Israel, además, obtiene privilegios especiales en comparación con otros países receptores de ayuda estadounidense, explica CRS, una entidad que produce exclusivamente análisis políticos para el Congreso.

Por ejemplo, Washington le envía a Israel el total de su dinero en el primer mes del año fiscal a una cuenta en el Banco de la Reserva Federal que genera intereses, mientras otros países lo reciben en cuotas. Israel utiliza los intereses para reducir su deuda bilateral.

Por otro lado, Israel es el único país que puede utilizar el dinero estadounidense para comprarles productos o servicios a compañías de defensa de su propio país. La lógica para tal permiso es que le permite a Israel fortalecer su industria local y garantizar su ventaja competitiva.

“Los ingresos que las compañías de defensa israelíes reciben de compras con fondos estadounidenses le han permitido a la industria de defensa israelí desarrollar economías de escala y producir equipos altamente sofisticados para nichos del mercado”, escribe el autor del informe, Jeremy Sharp.

Estos privilegios, y en general la ayuda estadounidense, han generado opiniones encontradas entre los comentaristas políticos estadounidenses.

¿Política “inmoral” o “interés primordial”?

Stephen Walt, un conocido profesor de la Universidad de Harvard y coautor de un libro sobre el lobby israelí en Estados Unidos, comentó por ejemplo el mes pasado que la política israelí de Estados Unidos es “inmoral” e “impotente” y se refirió específicamente a la ayuda militar que Washington entrega a su aliado.

“Como ha hecho en varias ocasiones anteriores, Israel está utilizando armas entregadas por los contribuyentes estadounidenses para bombardear a los palestinos cautivos y pobres de Gaza”, escribió en una columna en The Huffington Post.

Sin embargo, comentaristas como Neri Zilber consideran que la asistencia económica de la Casa Blanca es obviamente importante para Israel, pero también beneficia a Washington.

Zilber habla de una “reciprocidad” en la relación militar y dice que el apoyo a los sistemas de defensa israelíes les brindan herramientas de investigación y desarrollo a las propias fuerzas militares estadounidenses.

El analista resume que, en últimas, darle la mano a Israel es un interés fundamental de Estados Unidos.

“Desde hace décadas, el gobierno de Estados Unidos ha indicado que la seguridad y el bienestar del estado de Israel son intereses de seguridad nacional primordiales tanto para el gobierno de Estados Unidos como para los estadounidenses”.

·         “Rebelión” en el gobierno británico

El conflicto en Gaza también está sacudiendo al gobierno conservador de David Cameron, en Reino Unido.

El martes Sayedda Warsi, ministra de Estado de la Cancillería -la política musulmana más prominente del país- renunció a su cargo porque, tal como dijo en su cuenta en Twitter: “Ya no puedo seguir apoyando la política del gobierno sobre Gaza”.

Warsi indicó que sentía que el primer ministro Cameron y su gobierno estaban usando “una política moralmente insostenible” en lo referente a Israel y su operativo contra Gaza.

Warsi no es la única que ha pedido a Cameron que tome una línea más dura con Israel por lo que muchos califican de “acciones desproporcionadas” en el territorio palestino.

Pero tal como señala el corresponsal de asuntos políticos de la BBC, Robin Brant, “tradicionalmente los conservadores han mantenido relaciones cercanas con el gobierno de Israel y es mucho más difícil para David Cameron y los que ocupan los cargos más altos de su partido que hablen más enérgicamente sobre Israel que aquellos que tienen una política distinta”.

Pero, según quienes critican la política de Londres hacia Israel, Reino Unido “no es un espectador inocente”.

Según Aministía Internacional, el gobierno británico vendió el año pasado a Israel US$10,6 millones en armas.

El lunes, la oficina del primer ministro indicó que estaba revisando los contratos de armamento y artículos militares de empresas británicas con Israel -valuados en US$13.000 millones- “para analizar si las licencias de ventas eran apropiadas a la luz del conflicto en Gaza.

El gobierno, sin embargo, ha reiterado que no dejará de vender equipo militar a Israel porque cree que el país tiene “un derecho legítimo a la autodefensa”.