Los países del grupo BASIC (Brasil, Sudáfrica, India y China) hicieron hincapié en que, para ser aprobado, el acuerdo que salga de la COP 21, que se celebrará en París en diciembre de 2015, “debe ser completo, equilibrado, equitativo y justo con el fin de mejorar la aplicación plena, eficaz y sostenible de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático”.
El 7 y 8 de agosto se celebró en Nueva Delhi la 18ª Reunión Ministerial de países BASIC sobre el Cambio Climático. Los ministros señalaron que, pese a los enormes desafíos que enfrentan sus países en materia de desarrollo, están llevando a cabo “acciones amplias y ambiciosas de mitigación voluntaria” de emisiones de gases de efecto invernadero, en particular mediante el desarrollo de energías renovables y la búsqueda de la eficiencia energética.
Por otro lado, subrayaron que los países desarrollados deberían tomar la iniciativa en la lucha contra el cambio climático de acuerdo con sus responsabilidades históricas, prestando particular atención al Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), y los instaron a cumplir los compromisos asumidos de brindar a los países en desarrollo recursos financieros, tecnología y apoyo para la creación de capacidad.
Acerca de las contribuciones determinadas a nivel nacional, uno de los temas más polémicos, los ministros de los países BASIC señalaron en una declaración conjunta que deberían incluir todos los pilares de la Plataforma de Durban para una Acción Reforzada: mitigación, adaptación, financiamiento, desarrollo y transferencia de tecnología. Y subrayaron la necesidad de que dichos elementos clave sean abordados de manera amplia e integral a través de un proceso abierto, transparente, incluyente, conducido por las Partes y de consenso, con miras a lograr un texto de negociación para la COP 20 que se celebrará en diciembre en Lima.
Los ministros enfatizaron, además, que los compromisos de los países desarrollados que se incluirán en las contribuciones determinadas a nivel nacional deben ser metas cuantificadas de reducción de las emisiones para el conjunto de la economía y la prestación de financiamiento y transferencia de tecnología en apoyo a la creación de capacidad en los países en desarrollo para sus acciones de mitigación y adaptación. Mientras que las de los países en desarrollo estarían en el contexto de sus “necesidades sociales y de desarrollo” y tendrían como premisa el apoyo financiero, tecnológico y de creación de capacidad de los países desarrollados.
Respecto a la mitigación pre 2020, reiteraron que el Protocolo de Kioto sigue siendo la base esencial y jurídicamente vinculante, y expresaron su preocupación por el bajo nivel de ambición de los países desarrollados. Reclamaron que se realicen las necesarias adaptaciones para la revisión de 2014 con miras a aumentar las metas de reducción de emisiones de estos países de acuerdo con lo requerido por la ciencia y pidieron promesas similares en el mismo periodo por las Partes del Anexo I, que hasta ahora no han participado en el segundo período de compromisos del Protocolo.
Los ministros expresaron que la contribución de los países en desarrollo a la mitigación es “mucho mayor que la de los países desarrollados” y que se podría mejorar si éstos “aplicaran eficazmente y aumentaran significativamente sus compromisos de proporcionar a los países en desarrollo financiación, tecnología y apoyo a la creación de capacidad”.
En materia de adaptación, los ministros llamaron la atención sobre el hecho de que las medidas en esta materia requieren una “respuesta internacional”, ya que los impactos del cambio climático son globales. Acogieron con beneplácito la decisión de la COP 19 sobre el establecimiento de un Mecanismo Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños, y pidieron la “capitalización inmediata y sustancial del Fondo Verde para el Clima”. Propusieron que una parte de los fondos fueran utilizados para asegurar derechos de propiedad intelectual sobre tecnologías respetuosas con el clima pertinentes, con miras a su implementación en los países en desarrollo.
Al expresar su decepción por la “continua falta de una hoja de ruta clara” para canalizar hasta 100,000 millones de dólares por año para el 2020, los ministros instaron a los países desarrollados a “cumplir con sus obligaciones de proporcionar apoyo financiero nuevo, adicional y predecible para los países en desarrollo, de manera mensurable, reportable y verificable”. La base de la financiación del clima deben ser fondos públicos, indicaron, en tanto que la financiación privada solo puede desempeñar un “papel complementario”.
Por último, los ministros, que se volverán a reunir en octubre en Sudáfrica, reafirmaron la importancia del multilateralismo para abordar el cambio climático, de conformidad con los principios y disposiciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas, y reiteraron su firme oposición a todo tipo de medidas unilaterales, como en los sectores de la navegación aérea o marítima.