La nueva ola de emigrantes españoles en Latinoamérica

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Una tasa de desempleo del 25%, un panorama económico deprimente y la confianza en el gobierno en un mínimo histórico. Suena como una fórmula para el fracaso personal: eso es exactamente lo que representa para muchos españoles.

En busca de oportunidades, muchos españoles siguen emigrando no solo a países de Europa, sino también a América Latina, donde hay pocas barreras de lenguaje y muchas oportunidades.

Se calcula que cerca de 700.000 españoles salieron de su país entre 2008 y 2012, según una investigación de la Fundación Alternativas.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística muestran que otras 545.890 personas se fueron en 2013, aunque los funcionarios indican que solo 79.306 eran españoles nacidos en España.

Ese éxodo sigue a una ola de latinoamericanos que emigraron a España a finales de los 90, pero luego regresaron al ver que la recesión se prolongaba sin aparente final.

Los que volvieron a su vez han dado origen, en gran parte, a una nueva ola de inmigrantes españoles que antes no tenían conexión con el continente americano.

Aunque la cifra “sigue siendo modesta, la inmigración española a América Latina ha crecido mucho”, señaló Jesús Fernández-Huertas Moraga, un investigador del Centro de Estudios independiente español Fedea.

De pasante a director de medios

Muchos españoles que emigraron se sorprenden por la mezcla de modernidad, oportunidad y comodidad que encuentran en países como Perú, Chile y Brasil.

Àngel López, de 26 años, es uno de ellos. Nacido en Alicante llegó a Lima, Perú, en marzo de 2012 y, de ser en España un becario no remunerado en el desaparecido Canal 9 de televisión, pasó a ser director de medios de una importante compañía educativa peruana dos años más tarde.

Ahora figura regularmente en debates televisados y viaja frecuentemente por Perú como experto orador en temas relacionados con publicidad y mercadeo.

“Me fui de España antes de muchas personas de mi generación. Estaba trabajando en un canal que todo el mundo sabía que estaba cerrando. Ya casi había terminado mis estudios y pensé que si me quedaba tendría suerte siendo un becario remunerado o aprendiz a los 30 años”.

A López le tomó algunos meses adaptarse a una cultura diferente, pero el idioma común lo ayudó. Su vida “dio un vuelco de 360 grados en términos de oportunidades y crecimiento profesional”.

Sus familiares y sus amigos se mostraron inicialmente desconfiados por su decisión de irse. López señaló que hace unos años en España había una “amplia ignorancia” sobre la realidad peruana.

Muchos españoles veían al país como un simple lugar de “montañas, vestidos tradicionales y programas de televisión cursis”. Ahora, considera que esa visión ha cambiado dramáticamente con el aumento de españoles en el país.

“Hace pocos años éramos unos cientos, ahora hay miles como yo, y cada día llegan muchas empresas españolas que traen sus negocios a Perú”, apuntó López.

Eso podría ser, en parte, porque Perú, y otros países de América Latina, atraviesan un momento de crecimiento económico sostenido.

El Fondo Monetario Internacional proyecta que la economía española crecerá un 1,2% en 2014. Mientras tanto, pronostica que la de Perú crecerá 5,5%, México 3%, Chile 3,6% y Panamá 7,2%.

Si a eso se agrega un menor costo de vida y la oportunidad de ascender en las empresas la atracción para los españoles es incluso más evidente.

¡Llegan los españoles!

En varias ciudades latinoamericanas se suele bromear señalando que desde la época colonial no llegaban tantos españoles con un pasaje, dos maletas y el sueño de una vida mejor.

Para Ana Bobo, de 38 años, ese sueño nació de una pesadilla tras estar al borde de la bancarrota y perder su agencia de mercadeo en Madrid cuando su principal mercado (la administración pública) sufrió una caída del 50%.

“Al comienzo de 2013 yo contaba los días”, recordó. “Solo pensaba en mi futuro y cuando comencé a hablar con la gente en España, me di cuenta que ya no era el lugar para mí”.

Bobo, quien habla español es inglés, puso sus ojos en Inglaterra, Perú, Colombia y Chile.

“No había muchas oportunidades en Inglaterra, así que me concentré en América Latina donde no solo había más oportunidades de empleo sino de crecer rápidamente”.

En noviembre pasado Bobo voló a Santiago de Chile para comprobar si la reputación de la ciudad como un lugar de prosperidad y seguridad era real.

Impresionada y atraída por varias ofertas de trabajo regreso en enero para tomar un empleo como gerente de mercadeo y desarrollo en una empresa financiera.

En Chile encontró menos desafíos culturales de lo que se imaginó. Aseguró que no ha sacrificado su calidad de vida, destacando que posee un salario dos o tres veces mayor de lo que tendría en España actualmente.

“La marca europea sigue siendo una enorme ventaja aquí”, afirmó. “Si uno tiene las habilidades, uno tiene ventaja”.

Las estadísticas del gobierno muestran que la inmigración a Chile aumentó más del doble el año pasado con 5.739 españoles obteniendo residencia temporal o permanente.

En comparación, en 2005 solo 3.700 españoles se radicaron en toda América Latina, según estadísticas recopiladas por la revista británica The Economist.

Un pie en cada puerta

Javier García-Ramos siempre había querido vivir en Sudamérica, así que cuando la mala situación económica en España frenó su crecimiento profesional el nativo de Madrid tomó una “decisión osada” y se mudó a Sao Paulo.

De 44 años trabaja como director de fusiones y adquisiciones en una firma asesora brasileña especializada.

Eso fue hace dos años y medio y García-Ramos apuntó que el estilo relajado de vida brasileño le ha acomodado bien.

“En Brasil uno puede hallar todas las atracciones del Primer Mundo que tenemos en Europa, pero con el ritmo y la actitud de un país en desarrollo, que es algo que me gusta”.

Javier García-Ramos durante un partido de futbol en el estadio Maracana (Javier García-Ramos)

Sus colegas fueron pacientes mientras aprendía portugués y sus ingresos son mayores que en España. Ahora se pregunta si asentará su hogar en Brasil o si comienza a preparase para volver finalmente a Madrid.

Es una situación en las que se encuentran muchos españoles que viven ahora en América Latina con un pie en cada puerta.

“Idealmente mi siguiente paso sería a un puesto en una multinacional española”, señaló García-Ramos. “Podría estar basada aquí en Sudamérica o en Madrid, pero siempre tendría la posibilidad de regresar a cualquiera de los dos lugares en el futuro”.