El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este jueves en la noche unas esperadas medidas ejecutivas que pretenden evitar la deportación de unos cinco millones de indocumentados.
“Hay medidas que tengo la autoridad legal para tomar como Presidente -los mismos tipos de medidas adoptadas por presidentes demócratas y republicanos antes que yo- que ayudarán a que nuestro sistema de inmigración sea más justo y más adecuado”, dijo Obama en una alocución televisada en el horario de mayor audiencia.
El anuncio ocurre en momentos en que Obama busca un segundo aire político luego de unas elecciones legislativas en las que los votantes castigaron duramente a su partido Demócrata.
Sus propios índices de popularidad han caído vertiginosamente y sus opositores hablan de una presidencia con pocos logros para mostrar si se compara con la enorme expectativa que generó su eleccion hace seis años.
Obama espera ahora que el paquete de medidas migratorias anunciadas el jueves ayude a cambiar esa percepción.
“No otorga ciudadanía”
Los principales beneficiarios del anuncio serán inmigrantes indocumentados que llevan más de cinco años en Estados Unidos y que tienen hijos que son ciudadanos del país o residentes legales, que demuestren que llevan en el país desde antes del primero de enero de 2010 y no tengan antecedentes criminales.
Según el proyecto, estos indocumentados evitarán la deportación por tres años y obtendrán un permiso de trabajo.
Así mismo, el presidente Obama anunció que reforzará la seguridad en la frontera sur, facilitará que ciertos trabajadores altamente calificados permanezcan en el país y ampliará su programa de 2012 conocido como DACA que posponía la deportación para jóvenes indocumentados que hubieran llegado de niños.
Según se informó, el programa DACA ahora aplicará a personas que llegaron antes de 2010. Anteriormente sólo era aplicable a personas que habían llegado antes de 2007.
El presidente también aclaró quiénes no se beneficiarán: “No será aplicable para nadie que haya entrado a este país en fecha reciente. No será aplicable para nadie que venga a Estados Unidos de manera ilegal en el futuro. No otorga ciudadanía ni el derecho de quedarse aquí de manera permanente ni ofrece los mismos beneficios que reciben los ciudadanos”.
Con lo que más de la mitad de los once millones de indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos no se verían beneficiados por la reforma.
Ahora toda la atención se pondrá en la respuesta del Partido Republicano, que obtuvo el control de ambas cámaras del Congreso en las recientes elecciones legislativas y ha prometido oponerse vehementemente a las medidas.
Impacto en la comunidad hispana
Lejos de las dinámicas políticas entre el Congreso y la Casa Blanca, es indudable que esta acción ejecutiva tendrá un efecto concreto en las vidas de muchas familias hispanas alrededor del país.
“Esto es un paso histórico e importante en la dirección correcta”, le dice a BBC Mundo Héctor Sánchez, presidente de la Agenda Legislativa Nacional Hispana, una asociación de organizaciones latinas de Estados Unidos.
“Esto significa que cuatro o cinco millones ya no van a tener que estar escondiéndose en las sombras de este país para poder tener una vida decente”, agrega.
La comunidad latina votó ampliamente por el presidente Obama en las elecciones de 2008 y 2012, en especial por su promesa de cambiar lo que él ha descrito como el sistema migratorio “dañado” del país.
Pero muchos hispanos se han decepcionado ante la falta de acción tanto del presidente como del Congreso, así como por el alto número de deportaciones desde que Obama llegó a la Casa Blanca.
Esto ha llevado a organizaciones a calificar a Obama como “el deportador en jefe” o “el presidente de las deportaciones”.
De ahí que Obama haya hecho énfasis en su discurso en el tema de las separaciones familiares.
“Incluso mientras nos centramos en la deportación de criminales, el hecho es que millones de inmigrantes -en todos los estados, de toda raza y nacionalidad- todavía vivirán aquí ilegalmente. Y seamos honestos: rastrear, detener y deportar a millones de personas no es realista. Quien sugiera lo contrario no está siendo sincero”, dijo.
Las medidas anunciadas el jueves indican que las autoridades migratorias de aquí en adelante pondrán énfasis en deportar a indocumentados recién llegados, aquellos con antecedentes judiciales y los que representen amenazas a la seguridad nacional.
Reacción republicana
Tras el anuncio de las medidas de Obama, ahora la pregunta que muchos se hacen en Washington es cómo serán implementadas ante el fuerte rechazo republicano.
Ya antes de que Obama diera a conocer los detalles, algunos de los líderes de la oposición habían anunciado que se opondrían “con uñas y dientes” por considerar que el presidente se está extralimitando en sus poderes.
Los contradictores del presidente han definido sus acciones como una “amnistía ejecutiva para los inmigrantes ilegales”, como lo describió el senador republicano de Texas Ted Cruz.
“La Constitución diseña un sistema de equilibrio de poderes para nuestra nación, y una amnistía ejecutiva para los inmigrantes ilegales decretada de manera unilateral por la Casa Blanca socavaría seriamente la ley”, escribió Cruz en el diario especializado Politico.
Entre las opciones que contemplan los republicanos están medidas para bloquear el financiamiento de las acciones presidenciales e incluso fomentar un juicio político contra el mandatario (lo que en inglés se llama “impeachment”).
También han sugerido que la decisión de Obama de evadir el Congreso afectará el trabajo entre demócratas y republicanos no sólo en temas migratorios sino también en otros proyectos que deben ser discutidos en el Capitolio.
Obama, por su parte, ha asegurado que decidió actuar porque el Congreso no lo hizo. Un proyecto de ley de reforma fue aprobado en el Senado en 2013, pero quedó estancado en la Cámara de Representantes por la influencia republicana.
“El presidente puede estar frustrado con el Congreso, pero nadie dijo que gobernar fuera fácil”, comenta al respecto John Malcolm, experto en temas legales del centro de estudios conservador The Heritage Foundation.
En diálogo con BBC Mundo, Malcolm asegura que “sólo porque el Congreso no le da lo que él quiere no significa que él pueda hacerlo por cuenta propia”.
Esta oposición revela que el anuncio de Obama de este jueves es apenas el primer paso para tratar de cambiar la situación de millones de indocumentados. Ya el presidente delineó sus propuestas y ahora comienza la verdadera batalla para ponerlas en práctica.
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Quién se beneficia de las medidas anunciadas
Los indocumentados que llevan más de cinco años en Estados Unidos y que tienen hijos que son ciudadanos del país o residentes legales, que demuestren que llevan en el país desde antes del primero de enero de 2010 y no tengan antecedentes criminales, podrán solicitar un permiso de trabajo.
El programa DACA, que suspende las deportaciones de jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos como niños, ahora aplicará a personas que llegaron antes de 2010. Anteriormente sólo era aplicable a personas que habían llegado antes de 2007.
Se facilitará que ciertos trabajadores altamente calificados permanezcan en el país
Quién no se beneficia de las medidas anunciadas
Las autoridades migratorias de aquí en adelante pondrán énfasis en deportar a indocumentados recién llegados, aquellos con antecedentes judiciales y los que representen amenazas a la seguridad nacional.
Los jóvenes que llegaron indocumentados al país como menores de edad después de 2010 y las demás personas que llegaron indocumentadas antes de 2010 pero no tienen hijos con residencia legal o ciudadanía estadounidense, tampoco se verán beneficiadas por las medidas de regularización anunciadas.
Se aumentan los recursos para fortalecer la seguridad fronteriza. Ahora se espera que sea más difícil cruzar la frontera como indocumentado
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“Por cada persona feliz, habrá dos muy tristes”
Fernando Peinado, BBC Mundo Miami
Con la misma ilusión de quien aguarda los resultados de la lotería, millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos escucharon atentos anoche al presidente Barack Obama. Pero la fortuna de la regularización no sonrió a todos.
“Por cada persona feliz hoy, habrá dos muy tristes”, dijo el activista Ivan Parra, al término de un evento organizado por activistas de inmigración en Miami. Parra dijo que hace falta seguir luchando.
Alrededor de cien indocumentados y activistas se congregaron en la sede de la Florida Immigration Coalition en lo que llamaron una watch party (fiesta para ver el discurso por televisión), una de muchas en todo el país. Pero el ánimo en Miami fue más bien agridulce. Las palabras de Obama fueron recibidas con silencio que solo se rompió con breves aplausos en momentos en que el presidente pidió a los republicanos del Congreso que aprobaran su reforma legislativa. Algunos agraciados abrazaban entre lágrimas a los desafortunados.
Maria Bilbao, argentina de 48 años y beneficiaria gracias a su hijo Tomás de 23 consolaba a su amiga Sandra Bisso, que se quedó fuera de la regularización. “Le he prometido a Sandra que voy a seguir en esta lucha” dijo Bilbao.
Bisso, que llegó desde Argentina hace 14 años, se encuentra entre los padres de Dreamers, jovenes que llegaron como indocumentados y han vivido por años en el pais. A pesar de que durante la semana se había especulado con que ellos también iban a ser incluidos, al final no fue así.
Sin embargo, Bilbao aseguró que no se esperaba la noticia hasta que esta semana comenzó a rumorearse que los padres de residentes estarían incluidos. “Fue una sorpresa”, dijo Bilbao.