Martin Luther King. La lucha por los derechos civiles

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Un libro que aún no se lo encuentra en el país descubre archivos inéditos dejados por el mayor líder de la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos. Además, muestra que por detrás de los discursos que envalentonaban el movimiento había  un hombre resentido, cansado de sus enemigos y al borde de desistir de la causa que le costó la vida.

Rosa Parks, costurera de una tienda de departamentos de Montgomery, se dirigía al trabajo una mañana de diciembre en un asiento reservado a los negros en un colectivo municipal. Invitada a ceder su asiento a un hombre blanco, la señora Parks, rompió años de cumplimiento silencioso de las leyes de segregación racial de EEUU y se negó a levantarse. En 1955, en varias ciudades del sur del país se consideraba un despropósito que un negro no cediera a un blanco el lugar de un asiento en cualquier lugar que fuese (en los colectivos era ley) como hoy en día no se espera que un partido de fútbol sea suspendido por causa de las ofensas racistas de las barras.

Pero la costurera de  la historia prefirió ir a parar sus huesos a la primera comisaría en lugar de ceder su asiento a un blanco. El día de su juzgamiento y en los 381 días posteriores a la sentencia de culpa de la costurera, los negros de la ciudad no pusieron sus pies en ningún autobús, significando una pérdida económica muy sería para las empresas del autotransporte. El joven pastor Martin Luther King Jr. acababa de llegar al municipio para asumir el mando de la Iglesia Baptista cuando recibió un telefonazo de su amigo E.D. Nixon, para que pagara la fianza de Rosa Parks, sugiriendo además un boicot  al servicio de transporte de la ciudad, asumiendo de sopetón el primer movimiento social de su vida.

 

El libro del historiador Clayborne Carson, de la Universidad de Stanford, resume en un centenar de páginas las memorias, diarios, cartas, grabaciones y transcripciones de encuentros inéditos dejados por Luther King, que muestran como este líder negro que estuvo a punto de recibir el premio Nobel de la Paz en 1964 se convirtió en la mayor voz de los derechos civiles de los Estados Unidos. Carson, director del King Papers Project -de donde viene su acceso a los documentos inéditos publicados en el libro-, recuenta la trayectoria del liderazgo de Luther King que llega de la mano milagrosa de la desobediente costurera Parks; libre de los filtros que King necesitaba para no disminuir con perplejidades la función que le cupo desempeñar más tarde por sus famosos discursos. En las anotaciones del escritor reproducidas en muchos casos de forma textual se pueden ver con claridad los cortes del eximio orador sobre lo que no le gustaría que sus seguidores supieran. Luther King estaba a punto de renunciar a la incumbencia de resolver la desigualdad en los  Estados Unidos, en más de una ocasión y no sin motivos, como a narrativa deja claro.

 

Un tono premonitorio de despedida marca las últimas páginas del diario de King. “La vida es una historia continua de sueños destruidos”, escribió pocos días antes de ser asesinado en el cuarto del Hotel Lorraine, en Memphis. “Mahatma Gandhi actuó años y años por la independencia de su pueblo. Fye asesinado e murió con el corazón partido, pues la nación que deseaba unida acabó dividida entre India y Paquistán”. Y en otra de las secuencias del relato sobre Pablo, uno de los apóstoles de Jesucristo: “Su mayor sueño era conocer España para llevar hasta allí el evangelio y acabó en una cárcel en Roma”. O que más impresiona en el relato tan embebido en un sentimiento de descreencia es que de ahí se extrajo una de las más conocidas piezas de esperanza de Luther King, su último discurso público. Llamado de “Sermón de lo Alto de la Montaña”, discurso emocionante que lo escribió a máquina un día antes de cerrar su vida de un tiro en el rostro, que más tarde incendiarían las calles del país. “Nada me preocupa. No temo a ningún hombre”, escribió, en el cuarto de la pensión para negros de Tennessee.

Para la infografía

Similitudes

En sus  memorias cuanta que utilizaba a Gandhi como modelo táctico, a Rosa Parks como inspiración y a Malcom X como ejemplo a no seguir

Mahatma Gandhi

“Perdonas que nunca habían escuchado hablar del pequeño santo moreno de la India, ahora pronunciaban su nombre con familiaridad. Cristo era el espíritu y la motivación, en cuianrto Gandhi el método”.

Rosa Parks

“No, ella no fue colocada allí por ninguna organización; fue colocado por su instinto de dignidad y respeto propio. Fue una víctima de las fuerzas de la historia y del destino”

Malcom X

“Ha prestado un gran desprestigio consigo mismo. Su oratoria inflamada y demagógica en los ghetos negros, incitado a nuestra comunidad a usar las armas y prepararse para la violencia solamente puede producir dolor”

 

 

 

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