Amalia Pando: Sí, he sentido miedo, por supuesto

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Cuando se menciona el nombre de Amalia Pando, se habla de una institución en el periodismo.

Una mujer con mucha trayectoria (alrededor de 35 años en el oficio); una mujer dura e implacable, con ideas claras y con una voz firme, que no ha temblado frente al poder en sucesivos gobiernos, todos interesados en acallar las voces críticas desde los medios de comunicación. Ha estado en televisión, incluso fue socia de un proyecto periodístico, al que abandonó cuando consideró que ya no se ajustaba a los ideales que perseguía. Ahora tiene uno de los programas radiales más influyentes en la sede de Gobierno, precisamente en una de las radios más cuestionadas por el poder. 

Ella, acostumbrada a dar a conocer noticias, fue noticia la semana pasada. Tras entrevistar al coronel Germán Cardona, el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, anunció un proceso por racismo y discriminación contra ella, por una frase que había sido mencionada por el militar. 

El anuncio de la autoridad quedó en intención, que fue descalificada por el vicepresidente y también por la presidenta de la Cámara de Diputados y exdelegada presidencial en Santa Cruz, que manifestó a través de Twitter que no estaba de acuerdo con un proceso contra la periodista. 

No obstante, el tema nos dio la oportunidad para hablar con Amalia, que hizo un paréntesis en la tarea de hacer dormir a su nieta para responder las preguntas. Estas son las reflexiones de una mujer que admite que estamos viviendo un tiempo oscuro para la libre expresión a escala mundial, precisamente hoy, el Día de la Libertad de Prensa.

¿Cómo ha vivido la periodista la relación periodismo-poder en estas décadas y cómo la vive ahora?
En Bolivia el periodismo siempre ha sido militante, ha habido periódicos que apoyaron determinados regímenes; estoy pensando en los 12 años del (primer Gobierno del) MNR, periodo en el que ser falangista ha debido ser difícil, hubo periódicos clausurados y perseguidos.

El periodismo que intentó ser neutro surgió con la apertura del proceso democrático y es consecuencia de la resistencia a los periodos de dictadura.

En la democracia, fruto de la concepción liberal, se pudo ejercer un periodismo muy aguerrido que tuvo sus represalias también, aunque estas no pueden ser comparadas ni con lo ocurrido con el periodo del MNR ni en los periodos de dictadura militar, cuando hubo periodismo lambeta de los militares y periodismo que hizo resistencia heroica. 

Y ha sido la Iglesia (católica) la que dio paso a las radios aimaras, donde se jugó un rol importante con el movimiento campesino o también las radios mineras, donde había una iglesia combativa a la que la democracia le debe mucho. 

Ahí se acunó un nuevo periodismo. Por ejemplo, en los años 80, con el ajuste económico del decreto 21060, hubo un periodismo de resistencia, solidario con los trabajadores, que defendió el movimiento cocalero. Cuando lo detuvieron a Evo Morales, ahí estábamos los periodistas haciendo guardia para que se respeten sus derechos. 

Ahora, siempre han existido los lambetas, siempre hubo el ala de periodistas oficialistas. 

Los ‘relacionadores públicos, los voceros’
Llegando a este tiempo, la diferencia entre los gobiernos liberales y el Gobierno de Evo Morales es el miedo. 

Yo (antes) nunca sentí miedo, y eso que había un Sánchez Berzaín, que llamaba para que te despidan también. Pero nadie sentía miedo de que te apresen, de que te vayan a perseguir, de que te armen algo y que digan que no es por periodista, sino porque estás conspirando o porque eres terrorista. Ese miedo a que nunca más consigas trabajo, a que entres en la congeladora. Eso lo siento ahora, lo siento en los colegas, en una camada de periodistas extraordinarios que no consiguen empleo, que están en la lista negra y no van a conseguir.

¿Amalia Pando ha sentido miedo en este Gobierno?
Sí, por supuesto. Uno tiene mayor experiencia que los compañeros más jóvenes. Son 35 años trabajando en lo mismo y uno se ubica mejor, pero porque me ubico mejor, siento miedo. Si han destituido a tres magistrados, qué pueden hacer con un periodista.

Ahora no lo han hecho porque juegan muchos factores. Amalia Pando tiene muchos años de experiencia, está en un medio que siempre ha sido popular, combativo, y va a llegar el papa. Qué tal clausurar un medio que tiene origen en la Iglesia. 

Pero, por Dios, no me extrañaría que el Gobierno pueda arremeter. Por suerte en el país, muchos partidos no gubernamentales han ganado alcaldías y gobernaciones, y eso impide que haya hegemonía. Si ganaban La Paz y ganaban Santa Cruz, estaríamos hablando de otra cosa.

En Bolivia se ha denunciado que hubo medios privados que han sido cooptados por el Gobierno, ¿este es un fenómeno nuevo en el país?
Es novedoso en nuestro medio, pero se había aplicado la fórmula en Venezuela. No son paraestatales, son privados y están vinculados al partido de Gobierno o a la esfera gubernamental, que ahora son oficialistas, y si algún día el MAS pasa a la oposición, serán opositores.

En cuanto al manejo de medios, cuándo te hubieras imaginado al canal 7 transmitiendo los partidos de fútbol de Jaime Paz Zamora. Nunca hubiéramos imaginado al canal 7 transmitiendo los placeres del presidente. Pero, ¿qué se puede hacer? Los dos tercios te impiden hacer algo.

Y a pesar de esto que sorprende, los dos tercios son una realidad por el voto de la gente…

En un país donde hay bonanza económica, no he visto que pierda el presidente que va a la reelección. La situación económica es el factor más importante. Cuando esa situación se va deteriorando, empiezan a aflorar temas como autoritarismo, vulneración de derechos, etc. Pero cuando hay una bonanza económica tan contundente, nunca antes vista, entonces ¿a quién le importa que persigan a unos cuantos?
Cuando se aprobó la Ley contra el racismo, hubo protestas de los periodistas para evitar que esa norma se use con el fin perverso de acallar la libertad de prensa.

Cuando se debatió esta ley, en Erbol la respaldamos, pero la dirección presentó observaciones. No se tomaron en cuenta las propuestas. El peligro está ahí latente. Pero también queda claro que no es tan fácil perseguir a la prensa, porque es un hecho que somos personas públicas. No es lo mismo perseguir a un periodista que a un cocalero opositor, como se ha hecho en Chapare, donde los han tomado presos acusados de querer secuestrar al presidente. El país no ha reaccionado. 

Han sacado a tres magistrados del Tribunal Constitucional y el país no ha reaccionado. Pero es interesante que cuando se toca a los periodistas, que estamos dentro de la familia, porque entramos a los hogares, nos conocen, hay trayectoria, les es más difícil. El Gobierno tiene que reconocer que no es fácil meterse con los periodistas.

¿La ley ha permitido que se avance contra la discriminación?
Yo creo que se avanzó en las formas. Eso, en parte, explica por qué el presidente sigue ganando elecciones. 

Es el resultado de la lucha histórica. Este es un país con mayoría indígena, humillada y discriminada constantemente. La presencia del presidente ha logrado un empoderamiento generalizado y hoy es difícil que una mujer le pegue a su trabajadora del hogar. 

Eso es una maravilla para el país, que los que antes eran postergados, ahora sean concejales, alcaldes y gobernadores.

El viceministro de Descolonización habló de procesar a Amalia Pando, pero ¿eso quedó como intención nomás?

Sí, quedó en una intención, y saludo que así sea. La intención había rayado en lo absurdo. Yo quería oír el alegato y las dificultades en las que iba a poner a algún fiscal. 

Era muy absurdo. Pero empezó a haber una reacción popular, una ola de solidaridad que me dejó muy sorprendida, que es a la causa: si acallan a Amalia Pando, después viene Erbol y todos los otros. Fue muy linda la reacción en defensa de la democracia.

La discusión sobre la libertad de prensa tiene alcances internacionales. Varias organizaciones han expresado su preocupación por situaciones de censura que se dan en muchos países.

En el contexto internacional vivimos años muy oscuros, muy dramáticos. 
La cantidad de periodistas asesinados en Siria, Irak, los países africanos, los muertos en Francia… y luego recorres América Latina… Ejercer periodismo hoy es una profesión de alto riesgo porque la tendencia en el mundo es hacia el autoritarismo. Es un periodo difícil en el que la tendencia hacia el autoritarismo coincide con las mafias internacionales que se dedican al narcotráfico o al tráfico de seres humanos.

¿Cómo crees que se puede enfrentar esa realidad desde la sociedad civil?
No tengo esa respuesta. Pero creo que debemos empezar a indignarnos, a solidarizarnos. Un radialista en Yacuiba fue incendiado y la pregunta es si no-sotros hemos hecho lo posible para que se investigue el tema. Tenemos que estar alerta para reaccionar frente a acciones que conculquen los derechos. Creo que no hacemos lo suficiente