El nuevo orden mundial

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Foto: Wordpress

Hace sesenta años, un pequeño pero decidido grupo de líderes políticos inició un movimiento anticolonialista y postcolonialista en la ciudad indonesia de Bandung. El viernes 24 de abril estábamos ahí para celebrar el 60º aniversario de la Conferencia de Bandung.

Los principios de Bandung, adoptados el 24 de abril de 1955, incluían el respeto a la soberanía nacional y la autodeterminación, igualdad de todas las naciones y abstención del uso de la fuerza sobre los países. Ese espíritu llevó a la formación del Movimiento de Países No Alineados en 1961 e, indirectamente, a la creación del G-77 en 1964, las dos principales organizaciones de coordinación de los países en desarrollo.

El viernes pasado, en una breve pero significativa ceremonia de conmemoración en la que participaron líderes políticos de más de 40 países, el presidente indonesio Joko Widodo dijo que los países en desarrollo todavía luchan por justicia en la toma de decisiones internacionales.

Los países ricos se niegan a aceptar los cambios en el poder económico mundial y solo reconocen al Banco Mundial, el FMI y el Banco Asiático de Desarrollo. “El destino de la economía mundial no puede dejarse librado a estas tres organizaciones; tenemos que construir un nuevo orden mundial que esté abierto a nuevos países. Se necesita un sistema mundial nuevo y justo”, afirmó Widodo.

El presidente chino Xi Jinping propuso ampliar la cooperación Sur-Sur y se refirió al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), así como al nuevo fondo para financiar las actividades del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima. Estas iniciativas chinas fueron un recordatorio de que con la creciente riqueza de China y otras economías emergentes, ahora los países del Sur tienen la posibilidad real de ayudarse mutuamente a financiar su propio desarrollo.

En un discurso en representación del Centro del Sur mencioné que apoyamos el llamamiento del presidente de Indonesia para establecer un nuevo orden mundial en que los países en desarrollo tengan el mismo peso y disfruten de su justa parte de los beneficios.

Bandung 1955 fue un hito que puso en marcha muy buenas iniciativas de los nuevos países independientes. Bandung 2015 puede ser un hito que catalice nuevos avances en la cooperación Sur-Sur que, junto con un mejor desempeño en las relaciones multilaterales, implementará la construcción del nuevo orden mundial.

Martin Khor es Director ejecutivo del Centro del Sur.

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