Insólito: El último vuelo del CESSNA 210L PT-KEU
Paso a paso la secuencia inédita del procedimiento irregular de la FAB. Por qué se niega devolver una avioneta a su legítimo propietario.
Para Sidnei de Sousa, el sábado 7 de Marzo, era un día más en su actividad como piloto privado. Al mando de su avión Cessna 210L matricula PT-KEU, se encontraba en vuelo con dirección al municipio de Cotriguacu en el estado de Mato Grosso para recoger a un enfermo y trasladarlo a un hospital con mejores medios que los de esa población brasileña. Cuando el piloto ya tenían a la vista la pista de Cuatriguacu, Jhony Goncalves da Silva, que le asistía como copiloto, le pidió ser el quien efectuase la maniobra de aterrizaje, Jhony a sus ventipocos años, tiene más entusiasmo que horas de vuelo y admira a su comandante Sidnei quien con más de 10.000 horas de vuelo es uno de los pilotos más experimentados de la zona.
La pista municipal de Cuatriguacu, no tiene ayudas a la navegación aérea. Ni siquiera tiene una torre de control que pueda transmitir algunos datos meteorológicos a las naves que operan en ese municipio. En la maniobra de aterrizaje el piloto solo cuanta con su pericia, un aterrizaje de los que Jhony disfruta. Cuando ya se encontraban en tierra y terminando el rodaje hacia la cabecera de la pista, avistaron a dos hombres en actitud de espera. Sidnei volvió a hacerse con el mando de la aeronave para estacionarse a un costado de la pista, en cuanto los dos hombres se acercaron sin que los tripulantes del avión vieran nada raro en eso. Pero la sorpresa vino cuando cada uno de los hombres situado a un lado de la ventana, desenfundaron sus pistolas y las apuntaron contra la cabeza ambos.
Sidnei tomó conciencia que era objeto de una emboscada por parte de bandidos que operan en la zona. Como el propio Sidnei narró posteriormente al corresponsal de dat0s, lo del enfermo había sido un ardid para atraerlo hacia la pista de Cotriguacu. Acto seguido y de forma violenta sacaron a los tripulantes del avión y los tendieron en el suelo. Al piloto del Cessna le arrebataron toda la documentación del avión; los maniataron los llevaron en una camioneta a unos 20 kilómetros selva adentro, donde fueron abandonados. Tuvieron que pasar unas dos horas hasta que Sidnei pudo librarse de las ataduras y junto con Jhony, volvieron en la camioneta hasta el municipio de Cuatriguacu. A todo esto eran las seis de la tarde cuando Sidnei contó lo ocurrido al sargento 3ro de la Policía Militar del cuartel PM-2do.CIA PM de Cuatriguacu. Recién a esa hora pudo sentar la consiguiente denuncia.
Pistas para recuperar el avión
A partir de ese 7 de Marzo, Sidnei se dedicó sistemáticamente a buscar posibles pistas que lo llevaran a recuperar su avión. Visitó todo tipo de autoridad que tuviese competencias en la navegación aérea, preguntó a colegas que volaban a distintos lugares si alguno había visto la nave. En sus indagaciones, el organismo que controla el espacio aéreo en Brasil, le informó que dado que transcurrieron varias horas entre el hecho del asalto y la formalización de la denuncia, los delincuentes tuvieron muchas horas para volar sin que las autoridades sospecharan del robo. De hecho Sidnei supo después que su avión estuvo volando casi inmediatamente después del asalto y había desaparecido casi misteriosamente. Días después y hablando con tripulantes de un avión más grande y con buen equipo, le contaron que ellos habían podido ver en su radar de abordo, como una nave brasilera hacia su última transmisión, lo que les llamo la atención era que las coordenadas desde donde procedía la señal, estaban fuera del espacio aéreo de Brasil. Copiaron en un papel las coordenadas. Lo curioso del caso era que una de las coordenadas hacía referencia a un punto muy al Oeste y así fue como consultando cartas de navegación aérea, el propietario y piloto de la nave supo que el punto de la transmisión estaba evidentemente fuera del espacio aéreo brasileño. Quedo admirado al comprobar con precisión que el punto estaba situado en territorio de Bolivia, pero no figuraba nombre de alguna población en el mapa. La información que tenía Sidnei era fiable. El punto de las coordenadas estaba a solo dos horas y media de donde le habían asaltado el Cessna 210L que ese día tenía combustible como para cuatro horas y media de vuelo.
Sidnei comentó con su hermana el tema y le anunció que estaba preparando viaje a Bolivia. El piloto no habla español y siendo de carácter reservado y hombre de pocas palabras, la hermana le rogo que no viajase solo. Le dijo que nadie le entendería y le pidió que intentara conversar con las autoridades de Relaciones Exteriores. Días después Sidnei se traslado a Santa Cruz de la Sierra en Bolivia junto a un amigo que se brindó colaborarlo en la búsqueda de la nave. En la capital oriental de Bolivia los amigos contactaron con el consulado de Brasil sin ningún resultado ya que la persona encargada no se encontraba en las oficinas. Un funcionario de la misma representación les sugirió que lo mejor era que hablar con la policía boliviana.
En las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) se les indicó que tenían que formalizar la denuncia mediante un abogado. Entretanto, Sidnei de Sousa apremiaba el punto de las coordenadas en una comunidad llamada Altuna en el municipio de San Matías del departamento de Santa Cruz, que poseía una pista de aterrizaje precaria. Con los datos suministrados por los afectados, los uniformados de la policía antidroga de Bolivia comunicaron que harían un operativo con el fin de comprobar la denuncia, días después el operativo se llevó a cabo y Sidnei, pudo conocer que se habían incautado tres aviones. Dos naves brasileñas entre ellas el Cessna 210L PT-KEU de su propiedad y un avión paraguayo. El exitoso operativo de la FELCN culminó con la entrega de las tres naves a la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), concretamente a la Tercera Brigada Aérea con sede en el aeropuerto del Trompillo.
La vía crucis en la FAB
Días posteriores a este hecho se formalizó la denuncia ante la Fiscalía de Sustancias Controladas, no sin antes acreditar el derecho propietario. Como consecuencia el 29 de Abril, el fiscal Freddy Larrea Melgar, envió un requerimiento al comandante de la Fuerza Aérea Boliviana en el Trompillo, para que verifique e informe si la nave matricula PT-KEU se encontraba en los hangares de dicha brigada aérea. Acompañado por un oficial de la FELCN, se apersonaron al Trompillo para presentar el requerimiento del fiscal. Sin embargo, el Comandante de la 3ra. Brigada Aérea, coronel Omar Rivera Vespa, se negó a atenderlos y no permitió que se lleve a cabo la verificación instruida por la fiscalía. En vista a este extremo, en fecha 5 de Mayo el mismo fiscal requirió una nueva verificación que no pudo llevarse adelante porque en las oficinas de la Tercera Brigada Aerea se les informó que la aeronave que buscaban no estaba en esa Brigada Aérea. El operador militar negó la posibilidad de que Sidnei de Sousa ingrese al hangar y verifique si efectivamente su avión se encontraba depositado en esas dependencias.
De conversaciones con miembros de la judicatura de Santa Cruz, se desprende que son muchos los aviones robados que llegan a Bolivia. Se dice que en 2014 se incautaron 30 aviones de distintos países. Llama poderosamente la atención el número de aeronaves y más aún la denuncia de que la Fuerza Aérea Boliviana se niega a devolver el Cessna del piloto brasileño que de acurdo al precio en el mercado tendría un precio de medio millón de dólares.
Si algo está claro en este oscuro tema, es que, el asalto al avión Cessna 210 L con matrícula PT-KEU, fue fríamente calculado, desde el abordaje en la pista municipal de Cotriguacu. Los delincuentes se aseguraron de llevarse la aeronave y su respectiva documentación. El vuelo de Cotriguacu a la pista en la comunidad Altuna en San Matías y el último contacto, son parte de un plan que vincula a Bolivia con las redes de delincuentes brasileños. El propietario cree que el vuelo de la aeronave con destino a Bolivia, era parte de un plan urdido con anterioridad. Asegura que alguien estaba esperando la nave en territorio boliviano. Una vez allí, alguien más prestó ayuda a los asaltantes. Esta confirmación se desprende de la última llamada desde Altuna; el que se hizo con el mando de la aeronave estaba dando un okey de llegada a un destino previamente seleccionado. Por otra parte, siempre de acuerdo al piloto y propietario de la nave, las características de los asaltantes no los perfila como gente con problemas de alcoholismo o drogadicción, son personas con formación de pilotaje y con experiencia en vuelos.
La redacción de dat0s, ha podido conversar con pilotos civiles y la impresión que tienen es que el vuelo del avión Cessna 210L desde Cuatriguacu a Altuna, es un vuelo para pilotos experimentados y con buen conocimiento de la zona.
Sidnei de Sousa lleva 47 días en Bolivia tocando las puertas de cuanta institución tenga algo que ver con el tema. No está dispuesto a regresar a su país sin su aeronave y en este tiempo ha podido conocer que en Bolivia hay un mercado negro de aeronaves. Los delincuentes extranjeros tienen contactos con bolivianos que compran aviones que llegan clandestinamente de los países limítrofes. “Se trata de un tema muy delicado en el que está comprometido el prestigio de su país”, dice De Sousa. “No puede ser que el espacio aéreo y el territorio boliviano sea utilizados impunemente por extranjeros que hacen parte de sus actividades ilícitas en su país”, acota. En este tema la FAB tiene algo que decir, es extraño que varias decenas de aeronaves lleguen a territorio nacional sin que alguna sea interceptada por la institución. Algo también deberá decir la FELCN. Qué pasa con las aeronaves que la policía antinarcóticos decomisa y entrega a dependencias de la FAB.