Europa siguió sumergida ayer en el horror después de que, simultáneamente, las autoridades austríacas confirmaran que fueron 71 los migrantes que murieron asfixiados en el camión abandonado cerca de Viena, y de que las aguas del Mediterráneo devolvieran a las costas libias los cuerpos sin vida de 105 personas, ahogadas cuando intentaban llegar al continente.
“Hicimos lo que pudimos y hemos salvado un poco más de un centenar. Algunos pescadores nos ayudaron con sus barcos”, declaró Ibrahim al-Attouchi, un responsable de la Medialuna libia en la ciudad de Zouara, al oeste de Trípoli.
Uno de los sobrevivientes del naufragio, el sirio Ayman Talaal, explicó que los traficantes los obligaron a subir en esa embarcación en mal estado. “Nos forzaron a usar esta ruta, que todos llaman «el cementerio del Mediterráneo»”, dijo.
Según los servicios de seguridad, unos 400 migrantes se encontraban a bordo de la embarcación cuando naufragó. Gran parte de sus ocupantes podrían haber muerto, atrapados en la bodega.
A casi 3000 kilómetros de allí, en pleno corazón de Europa, el espanto fue casi el mismo, cuando las autoridades austríacas confirmaron que 59 hombres, ocho mujeres y cuatro niños murieron asfixiados en el camión frigorífico que los transportaba, antes de que el conductor lo abandonara al borde de una autopista. “Encontramos documentos de viaje sirios en medio de los cadáveres”, anunció Hans Peter Doskozil, jefe de policía de Burgenland.
La policía también anunció la detención de tres búlgaros y un afgano. Todos pertenecerían a una de las tentaculares redes de traficantes que operan en la región de los Balcanes, una ruta cada vez más utilizada por los migrantes provenientes de Medio Oriente. En 2014, 43.357 personas intentaron atravesar ilegalmente las fronteras por esa ruta, según Frontex, la agencia europea de fronteras.
Este año, esa cifra creció en forma exponencial. Grecia, primera etapa del periplo por los Balcanes, asistió a la llegada de 50.000 personas sólo en el mes de julio, según el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur). En total, desde comienzos de año, ese número se eleva a 200.000. La mayoría de migrantes que llegan a Grecia continúan su viaje hacia Macedonia y Serbia. Algunos solicitan asilo político ahí mismo. La mayor parte continúa hacia Hungría.
La llamada “puerta de entrada a Europa” también asiste a un flujo sin precedentes de migrantes: 140.000 desde comienzos de año; el doble que en todo 2014. Budapest se apresta a votar una ley destinada a criminalizar los ingresos ilegales y construye una barrera de 175 kilómetros, muy criticada por el resto de la Unión Europea (UE).
¿De dónde vienen esos migrantes? ¿Cómo llegaron hasta allí? Más del 90% huye de la guerra en Siria e Irak. Pero también hay afganos o paquistaníes. Cuando llegan a Grecia, vía Turquía, la mayoría privilegia la ruta de los Balcanes, menos peligrosa que el Mediterráneo. De allí se dirigen hacia Alemania, pasando por Austria, o hacia Gran Bretaña, atravesando Italia y Francia.
La otra gran ruta utilizada por los migrantes, la que privilegian quienes salen del continente africano, es el Mediterráneo. Más de 300.000 personas lo atravesaron desde comienzos de año, según Acnur. En todo 2014, esa cifra fue de 219.000.
Más de 2500 murieron intentando llegar a las costas italianas o griegas, agregó la agencia de las Naciones Unidas, que probablemente no sumó las víctimas de ayer en Libia.
“La forma en que hacinan a esa gente en los barcos es lo que provoca sus muertes”, denunció Melissa Fleming, vocera de la organización.
El horrendo episodio del camión en Austria probó que, por tierra o por mar, las técnicas utilizadas por los traficantes de seres humanos son exactamente las mismas.