La batalla electoral argentina clave se libra en las redes sociales
La campaña electoral argentina se vive en las redes sociales con mucha más pasión que en la calle. Mientras los dos candidatos han renunciado a grandes actos multitudinarios y se dedican a recorrer el interior del país y se concentran en la prensa de esas provincias, los fieles de los dos bandos batallan en internet con mucha tensión pero también con genialidades, ironías, buen humor y creatividad típicos de Argentina, uno de los países con mejores publicistas del mundo.
El kirchnerismo, que apoya a su candidato, el peronista Daniel Scioli, lanzó una campaña sobre las consecuencias de una victoria del líder de la oposición, el liberal Mauricio Macri, con el hashtag#siganaMacri que se volvió rápidamente en su contra. Las burlas son cada vez más ingeniosas. “Si gana Macri, a Bambi lo hacen paté”, se lee en un mensaje bajo una figura del cervatillo de Disney. “Si gana Macri, tu perro no te va a buscar más el palito” se ve en otra con un perro y el palo entre los dientes. “Si gana Macri, la colita de rana no va a sanar ni hoy, ni mañana ni pasado”, remata un tercero.
Los equipos de redes sociales de los dos grupos políticos están trabajando a tope estos días, aunque también hay muchos espontáneos. Los debates en Facebook entre amigos y familiares son en ocasiones muy duros, sobre todo ahora que llega la decisión entre Scioli y Macri. A pesar de las dificultades de una red saturada y que funciona de forma muy irregular, Argentina es uno de los países de Latinoamérica con mayor implantación de internet. Las redes sociales son un terreno natural para los argentinos. Sobre todo en la política. Los candidatos de segundo nivel tienen 300.000 seguidores en twitter y todos los de primera fila superan el millón. Los periodistas conocidos y no tanto superan ampliamente los 100.000.
En este contexto, todo lo que dicen los políticos en twitter tiene una gran repercusión, sobre todo si meten la pata. El ministro de Sanidad, Daniel Gollán, se convirtió en el protagonista de la jornada el martes. Escribió en su cuenta: “Los 12 nuevos centros de radioterapia para tratamiento de cáncer continuarán adelante si Scioli es presidente. Pensá bien tu voto”. Y se armó el escándalo. El ministro estaba insinuando que los pacientes de cáncer se quedarían sin centros si Macri gana. En los últimos años, el Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para abrir centros de salud de alta cualificación y mejorar la sanidad pública, gratuita y universal en Argentina, que pese a todo sigue maltrecha, tanto que la clase media mayoritariamente paga seguros privados. Macri insiste en que él no va a cerrar ninguna de esos centros.
La polémica fue tan fuerte que Gollán intentó salir asegurando que unos intrusos se habían apoderado de su cuenta. Era muy poco creíble porque había otros tuits similares en los últimos días, pero sirvió a modo de rectificación encubierta y mostró que la reacción de las redes le había hecho daño. La oposición incluso pidió su renuncia, pero él la descartó mientras negaba la autoría del tuit.
La campaña negativa contra Macri tiene ya detractores incluso dentro de los fieles a Daniel Scioli dentro del peronismo, que vive una gran tensión interna. “Esta forma de hacer política con la agresión permanente y esta situación creo que la hacen daño al peronismo. Si el General Perón se despierta dos minutos, nos mata a todos”, sentenció José Pampuro, que fue ministro de Defensa con Néstor Kircher y ahora está con Scioli.
A pesar de las dudas y la velocidad de los macristas para darle la vuelta a la campaña negativa, este asunto parece ser la clave del posible éxito de Scioli, que los analistas ven difícil pero no imposible. El miedo a Macri y a un giro de política económica y una gran devaluación y bajada de sueldos de una parte de la sociedad, sobre todo la más pobre y la que se reivindica de izquierda, parece ser el mejor mecanismo del peronismo para intentar frenar la ola. Incluso los macristas en privado asumen que algo de daño hará, aunque creen que no suficiente.