La nueva bestia negra del régimen de Evo Morales

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Foto: Infolatam

Las claves

  • Bolivia celebra un referendum el 21 de febrero para reformar la constitución y permitir la reelección de Evo Morales en 2019.

Los tiempos electorales son propicios para buscar chivos expiatorios que ayuden a polarizar el panorama político. Eso es lo que está tratando de hacer el régimen de Evo Morales ante el referendum que debe aprobar o rechazar la reelección presidencial. El evismo ha encontrado a su nueva bestia negra: el exministro de Defensa del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Sánchez Berzaín.

Pero, ¿quién es Sánchez Berzaín?

Es un representante de la clase política anterior a la llegada de Evo Morales al poder en 2006. Dirigente nacional del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), fue precandidato presidencial del MNR en 1996-97 y Ministro de la Presidencia en dos ocasiones, Ministro de Gobierno dos veces y Ministro de Defensa Nacional, en los dos gobiernos de Gonzalo Sánchez de Lozada.

En el exilio en EEUU desde 2003 mantiene una importante presencia pública con columnas semanales donde critica muy duramente al régimen de Morales.

Además, es el director del Interamerican Institute for Democracy y acaba de publicar Lucha por la Democraciaen un acto académico con la presentación y comentarios del director del DLA, Osmín Martínez, y del periodista y escritor español César Vidal.

El régimen de Morales le señala como uno de los responsables del octubre negro de 2003 sucesos enmarcados dentro de la “guerra por el gas”, una revuelta que nació en septiembre de 2003 y concluyó el 17 de octubre, con la renuncia a la presidencia y la huida a Estados Unidos de Sánchez de Lozada.

El fiscal general, Ramiro Guerrero, la ministra de Justicia, Sandra Gutiérrez, un delegado de las víctimas y Ávalos entregaron a finales de 2015 en la Oficina de Justicia del Departamento de Estado de Washington el segundo pedido de extradición de Sánchez de Lozada y los exministros Carlos Sánchez Berzaín y Jorge Berindoague, para que sean juzgados en Bolivia por los delitos de genocidio, homicidio, tortura y masacre sangrienta por las jornadas violentas de octubre de 2003.

“El segundo pedido de extradición no ha tenido respuesta favorable hasta ahora porque advertimos que existe una voluntad política del Gobierno de Estados Unidos de proteger y resguardar a Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín… ellos están en la impunidad, por las masacres de septiembre y octubre de 2003, por voluntad del Gobierno estadounidense, eso lo tenemos así de claro”, indicó Mayta.

Sánchez Berzaín se defiende acusando a Evo de haber dirigido un complot para derribar al gobierno en 2003: “No hicimos nada más que defender la democracia, el estado de derecho y la libertad de los bolivianos contra un ataque interno y externo. El 6 de agosto de 2002, cuando asumía Goni, el señor Evo Morales proclamaba derrocar al gringo, y en agosto de 2003, cuando abrimos la negociación con mediación de la Iglesia católica, él la rompió y dijo que era hasta derrocar al Gobierno, que acababa de llegar de Venezuela trayendo dinero que le había entregado Chávez y tres meses antes había recibido dinero de Libia. Detuvimos al agregado militar venezolano tratando de sobornar a militares bolivianos, y lo manejamos discretamente tratando de promover un diálogo nacional. Hubo tres intentos de golpe de este año”.

La obsesión evista por Sánchez Berzaín

En el actual contexto electoral boliviano con el referendum convertido en un plebiscito sobre Evo Morales, la figua de Sánchez Berzaín ha vuelto a la primera línea de la actualidad.

El régimen de Morales le acusa de ser el articulador de la campaña por el No en el referéndum sobre la reelección continua que se realizará el 21 de febrero. En esa campaña están el propio presidente y su vice. El presidente Evo Morales ha dicho que no puede creer que el expresidente Carlos Mesa se haya aliado con el exministro Carlos Sánchez Berzaín en la campaña por el No para el próximo referendo.

“No puedo creer que un expresidente, un exvicepresidente, un hombre inteligente esté con Sánchez Berzaín, eso me preocupa, cómo hombres inteligentes puedan estar dirigidos por Sánchez Berzaín desde EEUU, no lo puedo entender”, dijo Morales en una entrevista en la red Uno.

El Presidente dijo que le sorprende que las principales figuras de la oposición, en la campaña por el No, sean “un perro y un zorro”, en referencia al perro Petardo (un chucho convertido en emblema de la oposición) y al exministro Carlos Sánchez Berzaín, apodado Zorro.

“Perdón si soy exagerado: detrás del No, ¿qué hay? Sólo Sánchez Berzaín, sólo políticos del pasado; ¿qué traen? Que lo digan (…), sus líderes son un perro y un zorro”, comentó el presidente.

Por su parte, el vicepresidente Álvaro García Linera acusa al periódico Página Siete y al periodista Andrés Gómez de “voceros” de Carlos Sánchez Berzaín y del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada porque: “Coloco a Página Siete como un periódico opositor, sólo eso justifica esta metida de pata (sobre la publicación de su libreta militar). Mentirosos y tontos: (Samuel) Doria Medina, Página Siete, senador Arturo Murillo y señor (Andrés) Gómez (exdirector de ERBOL)”.

“Además, la ministra de Comunicación, Marianela Paco, ha llegado a mostrar un video en el que un opositor revelaría comunicaciones con el político que vive en Estados Unidos desde octubre de 2003.

Paco mostró un vídeo en el que se ve al diputado Amílcar Barral, de Unidad Demócrata (UD), refiriéndose al referéndum del 21 de febrero, dice: “Si gana el Sí, ya le estoy queriendo de verdad llamar al Carlos Sánchez Berzaín (…), anda llamando el Carlos Sánchez a varios, pero es medio complicado”. La declaración fue tomada por Paco como una “contundente prueba” de la relación de opositores con el exministro de Gonzalo Sánchez de Lozada, y el financiamiento que reciben para promover su campaña.

Por su parte, Sánchez Berzaín niega que esté detrás de la campaña del No y que le financie EEUU: “Yo no tengo miedo a Evo Morales, yo ya he perdido todo lo que tenía que perder, ya estoy exiliado y no estoy en la posición del boliviano que tiene un empleo que perder o de la autoridad que puede ser destituida o del empresario al que le pueden meter la mano a su empresa o mandarle la oficina de impuestos o de narcóticos para perjudicarlo”,