Argentina avanza para cerrar con los fondos buitre

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Foto: Guetty

El pleito entre Argentina y los fondos de inversión que compraron bonos soberanos y no aceptaron las condiciones del país en dos canjes de deuda, llevando a Argentina a undefault, podría llegar a su fin después de 15 años.

Este lunes se anunció un principio de acuerdo entre el gobierno de Mauricio Macri y cuatro de los fondos más hostiles, los que liderados por Elliot Management, del magnate Paul Singer, ganaron un pleito contra el país en las cortes de Estados Unidos.

El acuerdo contempla el pago de US$4.653 millones, lo que equivale al 75% del dinero reclamado.

De completarse, significaría el cierre del 85% de las demandas que enfrenta Argentina y abriría el paso para una salida del default.

No obstante, la concreción del pacto requiere que Argentina derogue dos leyes que actualmente le prohíben al gobierno pagarle a los holdouts.

El mediador nombrado por la justicia de EE.UU. para interceder entre las partes, Daniel Pollack, consideró que el principio de acuerdo es un “paso gigante” en el prolongado litigio.

Durante una conferencia de prensa, Pollack explicó que Argentina tendrá hasta el 14 de abril para realizar el pago o el acuerdo caerá.

Según la periodista de BBC Mundo en Buenos Aires Veronica Smink, cerrar el pleito con los llamados “fondos buitre” fue una de las promesas de campaña de Macri, quien asumió en diciembre pasado.

“Muchos celebran el paso dado este lunes, que podría ayudar a reinsertar a Argentina en el mundo después de 15 años de ser considerado un paria del mercado internacional”, señala Smink.

“Pero otros consideran la pelea con los ‘buitres’ una causa de orgullo nacional y aplaudían la postura de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de no pagarles”, señaló.

BBC Mundo analiza qué significaría realmente para la economía y la política de Argentina si el acuerdo prospera.

Crédito

La primera consecuencia derivada del acuerdo sería conseguir la normalización financiera.

Esto se traduce en tener mejores condiciones de acceso a crédito internacional, tanto por parte del mercado de capitales, como préstamos para el sector público y empresas.

Mejores condiciones de financiamiento significan menores costos, mayores plazos y fundamentalmente lograr una base más estable de inversores financieros.

Tras el acuerdo con los acreedores, Argentina pondría fin a la cesación de pagos y dejaría de ser un deudor moroso.

Esto le permitiría al país conseguir créditos en el mercado internacional a tasas de interés razonables y atraer inversiones.

Mientras que durante los últimos años países sudamericanos como Perú, Colombia y Uruguay conseguían créditos a un interés en torno al 5%, Argentina se veía obligada a pagar hasta el doble, lo que lo dejó fuera del mercado de capitales.

Sin embargo, el economista Agustín D’Attellis dijo a BBC Mundo que la caída en las tasas de interés tras el acuerdo será moderado, debido al complicado contexto internacional.

Calificaciones

Para conseguir financiamiento, una opinión clave es la de las calificadoras de riesgo que miden si un país puede cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones crediticias.

Tenemos una perspectiva positiva desde diciembre, pero el riesgo todavía existe”, afirmó Gabriel Torres, vicepresidente senior de crédito de la agencia de calificación Moody’s.

La evaluación actual de Moody’s sobre Argentina es CAA1. Esto quiere decir que de los 21 escalones que tiene la escala de calificación de la agencia, el país “se ubica en el 17 y sólo los primeros 10 son los que están en grado de inversión”, explicó Torres a BBC Mundo.

Según el experto, para que la Argentina vuelva a tener una calificación de grado de inversión no alcanzará solo con el acuerdo con los holdouts.

“Es un proceso. Hay que analizar el déficit y el crecimiento” del país, entre otros factores, señaló, pero el entendimiento con los fondos “es un cambio y muy positivo“, añadió.

Apoyo político

Durante la era kirchnerista, los holdouts más agresivos dentro de la disputa buscaron que el conflicto se hiciera conocido en todo mundo.

Así fue el caso de la retención de la Fragata Libertad -un barco insignia de la Argentina- en Ghana en 2012, por un reclamo de los fondos.

O el hecho de que la expresidenta Fernández no pudiera viajar durante parte de su mandato a ciertos países con el avión presidencial Tango 01, por temor a embargos solicitados por los acreedores.

Por ello, según el analista político Rosendo Fraga, la resolución de este conflicto sería un aspectofavorable para que Argentina recupere el apoyo político internacional.

“De las tres visitas importantes de jefes de gobierno de países desarrollados que recibió Argentina en los últimos meses, dos no se hubieran realizado sin que hubiera encausado la resolución de este conflicto”, opinó Fraga.

A casi tres meses de asumir como presidente, Mauricio Macri recibió en la Casa Rosada al primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y al presidente de Francia, François Hollande. Y en marzo se espera la llegada del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

“La decisión del primer ministro de Italia de incorporar a Argentina en su gira regional fue tras conocerse la oferta del país a los holdouts italianos. Si el jefe del gobierno italiano no había venido en 18 años, en gran medida fue por este problema, que en el caso italiano interesa a muchos pequeños inversores, la mayoría jubilados”, explicó Fraga a BBC Mundo.

Y el cambio no sería solo diplomático.

En un reciente comunicado, el secretario del Tesoro de EE.UU., Jack Lew, afirmó que su paísdejará de oponerse a dar préstamos a la Argentina proveniente de bancos de desarrollo multilaterales, a la luz de los “progresos y la positiva trayectoria económica” del nuevo gobierno.

“El comunicado del Departamento del Tesoro fue una clara manifestación de apoyo a Argentina en la negociación. Sin este avance, difícilmente Obama hubiera decidido visitar Argentina tras viajar a Cuba, tomando dicha decisión con pocas semanas de antelación”, agregó Fraga.

El impacto en el bolsillo

Más allá de las opiniones sobre los efectos del acuerdo con los holdouts en la macroeconomía y en la política internacional, surge la pregunta de cómo este entendimiento afectará el bolsillo de los argentinos.

Para D’Attellis, “el impacto en el corto plazo es positivo, ya que permitirá el ingreso de dólares, incrementará las reservas en el Banco Central para respaldar el mercado cambiario y que se corte la dinámica devaluatoria e inflacionaria”.

“La preocupación de la inflación es muy grande y este acuerdo sería positivo para el bolsillo de la gente en el corto plazo”, reafirmó.

Pero según el economista, el problema está en el largo plazo.

“Porque si esto termina en un endeudamiento para financiar el gasto corriente, vamos a terminar con una economía endeudada y con la capacidad productiva igual o peor que la que hay ahora”, concluyó.

Por lo tanto, para resumir, las opiniones sobre los efectos tanto políticos como económicos del acuerdo con los holdouts serían positivas en lo inmediato, aunque los riesgos persisten y a futuro reina la incertidumbre.