Los Beatles volvían a discutir. Estaban enfrascados en los estudios Abbey Road y una vez más no se ponían de acuerdo. Como la cosa no estaba saliendo tan bien como le hubiera gustado a Paul McCartney, el bajista puso fin al altercado largándose de allí en su Aston Martin. La noche del 9 de Noviembre de 1966 era lluviosa. Una chica caminaba por la calle, literalmente empapada, a las cinco de la madrugada y un caballero como Paul no podía permitir aquello. Se ofreció a llevarla y ésta aceptó y subió al vehículo. Al principio, la muchacha no reconoció a su salvador, pero cuando fue consciente de quién era la persona que conducía, se puso histérica y comenzó a abrazarle. Entonces, Paul perdió el control del automóvil, se pasó un semáforo y se estrelló contra un muro. El coche comenzó a ser devorado por las llamas luego de una explosión. Paul había muerto.
Cuando Brian Epstein, manager de los Beatles, supo lo ocurrido, se encargó de que no se publicara noticia alguna. Por entonces los Beatles estaban en el pináculo de su carrera y no podían disolverse. Había demasiado en juego. La solución más sencilla fue convocar a un concurso de imitadores y el ganador fue William Campwell, un policía de Ontario – Canadá que, a pesar de ser muy parecido a Paul, tuvo que someterse a un par de cirugías estéticas. Sabía tocar el bajo, pero era diestro. Lo que podía hacer en los estudios, pero en los videos tenía que simular ser zurdo.
Con Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967) comienzan los discos editados después del accidente. Su portada representa el entierro de Paul. Como se puede ver, ha acudido mucha gente al evento. En la parte inferior de la cubierta, una corona de jacintos amarillos dibuja la silueta de un bajo para zurdos que sólo tiene tres cuerdas. Una imagen de Shiva, la diosa hindú de la destrucción, apunta con un brazo a la figura de cera de Paul y con el otro señala al supuesto nuevo Paul. A la derecha de la portada sobre una muñeca, descansa una réplica en miniatura de un Aston Martin, el vehículo del accidente. Si este álbum significa el entierro de Paul, Abbey Road (1969) representa su procesión funeraria. En la marcha, cada Beatle parece interpretar un rol distinto, Preside la comitiva John Lennon, que está vestido de blanco, simbolizando al clérigo que ejerce la ceremonia. A continuación, Ringo Starr viste de negro, lo que se puede ver de dos maneras; o bien está de luto porque es uno de sus allegados, o bien es el encargado de las pompas fúnebres. El último es George Harrison, vistiendo unos jeans, lo que hace presuponer que se trata de alguien que acude a trabajar, el sepulturero. El muerto es, por supuesto, Paul McCartney, y en diversas razones apuntarían a ello; Paul lleva el paso cambiado respecto a sus compañeros, está descalzo, sus ojos están cerrados y sujeta un cigarrillo con su mano derecha, aunque es zurdo. Pero no todo se queda en los Beatles. La placa de la peta Volkswagen que está estacionada a la derecha es 28 IF (28 si…), es decir, Paul tendría veintiocho años “si” no hubiera fallecido. Aquí hay una controversia, ya que, en realidad Paul tendría veintisiete años cuando se editó este disco.
AL igual que ocurría al repasar las portadas, existen muchos más mensajes ocultos en las canciones, éstos son sólo algunos ejemplos. Y como sucede con la mayoría de las leyendas urbanas, todo depende de las ganas que uno tenga de querer escuchar, ver o interpretar estas supuestas pistas.
¿Qué hay detrás de todo esto? En 1969 el Times-Delphic, el periódico de la Universidad de Drake en Des Moines (Iowa), publicó un reportaje firmado por Tim Harper y titulado “¿Está muerto Paul McCartney?”. Cuando el rumor se extendió, Harper logró protagonismo solo dijo: “Era solo una broma. Cuando escribí la historia sabía que no era cierta”. Tim Harper no tenía ni un solo disco de los Beatles en su colección. Pero su “broma” empezó a ser tomada en serio. La bola de nieve había comenzado a rodar. La noticia trascendió a otros medios. Como las agencias United Press International y Associated Press, y la revista Life le dedicó un reportaje de portada, desmintiendo el rumor.
¿Qué parte de verdad hay en esta historia? Paul McCartney sí sufrió un accidente, pero no fue de automóvil, sino de motocicleta. Mientras conducía, el vehículo derrapó y Paul se rompió los labios y un diente como consecuencia de la caída. Por ello, durante un tiempo Paul aparecía en las fotografías con un diente partido, y a esa razón se debe la cicatriz en el labio. No fue necesario un concurso de dobles ni una operación de cirugía ni una suplantación de identidad. El propio Paul tuvo que desmentir su muerte en numerosas ocasiones: “Estoy vivo y bien, y nada preocupado por los rumores sobre mi muerte. Pero si estuviese muerto, yo sería el último en saberlo”. John Lennon también se pronunció sobre el suceso: “Paul McCartney no podría haber muerto sin que el mundo lo supiera. No podría haberse casado sin que todos lo supieran. De hecho, no podría ir de vacaciones sin que todo el mundo se entere. Es inimaginable. Pero fue una buena publicidad para Abbey Road”.
Además John explicó por qué Paul aparece descalzo en el famoso paso de peatones: “Paul cruzó la calle descalzo porque su idea de ser diferente es verse casi perfecto pero con una oreja pintada de azul, ¿entiendes? Algo sutil. Así que Paul decidió estar descalzo al cruzar la calle. Cuando ves el disco, de hecho, parece que los cuatro Beatles estamos completamente vestidos. Lo hizo para llamar la atención”. ¿Es esta la auténtica razón por la que Paul aparece diferente con respecto a los otros tres Beatles en la mayoría de las fotografías? ¿Las pistas nos son pistas, sino coincidencias?
Al final hasta Paul McCartney bromeó sobre el lema “Paul is dead” al lanzar un álbum en vivo con el título “Paul is live” (1993). La tapa del disco parodiaba la de Abbey Road, pero en lugar de caminar junto a sus antiguos compañeros, Paul pasea a su perro. Y esta vez está con los calzados puestos. Además, la placa del Volkswagen había cambiado, ahora era 51 18 como los cincuenta y un años que acababa de cumplir. Típico humor inglés. Y si de humor inglés hablamos… mi amigo Juan Carlos Calero me dijo: “Si lo han cambiado a Paul… ha sido por uno mejor al original… por su excelente producción posterior a su presunta muerte”