“Los científicos han esperado 50 años por este momento. Es posible ahora revelar cómo el LSD altera la biología del cerebro”.
Quien así se expresa es David Nutt, profesor de neuropsicofarmacología de Imperial College en Londres y uno de los autores de un estudio pionero.
Por primera vez se escanearon los cerebros de personas bajo el efecto de LSD, una de las drogas psicodélicas más potentes. Los investigadores esperan que su trabajo pueda ayudar en el tratamiento de adicciones y enfermedades como depresión.
Los resultados del estudio han sido sorprendentes. La droga hace que los cerebros de adultos funcionen en forma menos compartimentalizada y se asemejen en cierta medida al cerebro de un niño, “libre y sin restricciones”.
“Normalmente nuestros cerebros consisten en redes independientes que realizan funcionen separadas y especializadas, como la visón, el movimiento o la audición y tareas más complejas como la atención”, dijo Robin Carhart-Harris, quien dirigió el estudio en Imperial College.
“Sin embargo, bajo el efecto del LSD la separación entre esas redes se diluye y se ve a un cerebro más integrado o unificado”, agregó.
“Nuestros cerebros se vuelven más compartimentalizados a medida que pasamos de la niñez a la vida adulta y nos volvemos más enfocados y rígidos en nuestro pensamiento”, explicó Carhart-Harris.
“En muchas formas, el cerebro afectado por LSD se asemeja a nuestro cerebro cuando éramos niños. Y esto tiene sentido cuando consideramos la naturaleza imaginativa e hiperemotiva de la mente infantil”.
Esa integración también podría explicar la llamada “disolución del ego” asociada al LSD, un sentido de conexión universal con todo y todos que relatan quienes han experimentado con el compuesto.
“Ver con los ojos cerrados”
Los investigadores de Imperial College dieron a 20 voluntarios o bien una inyección de 75 microgramos de LSD, o bien un placebo.
Luego escanearon los cerebros de los participantes con diferentes técnicas, incluyendo resonancia magnética funcional, fMRI por sus siglas en inglés, y magnetoencefalografía, MEG, que mide el flujo sanguíneo y la actividad eléctrica.
Los científicos constataron que otras áreas además de la corteza visual contribuyeron al procesamiento de imágenes.
Los participantes relataron que podían “ver” con diferentes partes del cerebro, lo que podría explicar las complejas alucinaciones asociadas al LSD.
“Los cambios que observamos en el cerebro sugieren que nuestros voluntarios estaban ‘viendo con los ojos cerrados’, observando cosas en su imagiación, no del mundo exterior”, dijo Carhart-Harris.
“Este efecto corresponde a los relatos de los participantes de visiones complejas, como si estuvieran soñando despiertos”.
“Increíble”
El estudio fue financiado por la Fundación Beckley, que promueve investigaciones científicas para guiar políticas relacionadas con drogas.
El trabajo de Imperial College también recibió donaciones a través de una plataforma de financiación colectiva en internet.
Un comentarista en la publicación New Scientist apuntó que “es increíble” que recién ahora se hayan hecho los primeros escáneres de cerebros bajo el efecto de LSD.
Y es que ya han transcurrido más de setenta años desde que el químico suizo Albert Hofmann consumiera accidentalmente la sustancia que había creado en su trabajo en los laboratorios Sandoz, hoy Novartis, en Basilea.
Hofmann desarrolló la sustancia buscando un estimulante de la circulación y la respiración.
“En un estado de ensueño, percibí una corriente ininterrumpida de imágenes fantásticas, formas extraordinarias y colores caleidoscópicos”, escribió Hofmann en 1943. LSD es el acrónimo deLysergic acid diethylamide o dietilamida de ácido lisérgico.
Cientos de estudios se publicaron sobre el posible uso del LSD en el tratamiento de enfermedades y adicciones. Pero la prohibición de la droga en la década del 60 debido al abuso de la sustancia paralizó esas investigaciones, aunque los estudios sobre el LSD con fines científicos siguieron siendo legales.
Depresión
Los investigadores de Imperial College creen que su trabajo podría contribuir a que compuestos alucinógenos como el LSD se usen un día para tratar enfermedades psiquiátricas. Esos compuestos serían útiles especialmente en patologías caracterizadas por patrones de pensamiento profundamente arraigados, como la depresión y las adicciones.
“Por primera vez podemos ver realmente qué ocurre en el cerebro durante un estado psicodélico y podemos entender por qué el LSD ha tenido un impacto tan profundo en la alteración de la conciencia y en la música y el arte”, dijo David Nutt.
“Este trabajo podría tener grandes implicaciones para la psiquiatría y ayudar a los pacientes a superar enfermedades como la depresión“.
Para Nutt, “esto es para la neurociencia lo que el bosón de Higgs era para la física de partículas”.