Ahí va el Capitán Veto por más despidos

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Foto: Perfil

“Soy el jefe del veto”, dijo hace algunos años Mauricio Macri cuando lo consultaron por uno de sus más de 100 vetos como jefe de Gobierno. Hoy, todo indica, tendrá su primer veto presidencial y será nada menos que el de la ley antidespidos, que fue aprobada en la madrugada del jueves. “Tengo abstinencia de veto”, le escucharon decir sus íntimos, como una broma para desdramatizar la encerrona en la que quedó en el oficialismo al no poder evitar que se aprobara la Ley de Emergencia Laboral. Cuando todas las negociaciones fallaron, el PRO apuró la sanción para intentar que el tema pase de una vez y salga de agenda. Desde tres de las centrales sindicales le reclamaron a Macri que no vete la ley. No parece haber espacio para reconsiderar.

El macrismo hizo todo lo posible para evitar llegar a este escenario. Pero fracasaron las negociaciones con Sergio Massa que llevaron adelante el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, y el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot. Cuando desde el oficialismo vieron que no habría posibilidad de frenar la ley antidespidos en su variante actual o en la que podría haber aprobado el massismo, con incentivos para las pymes, resolvieron que era mejor terminar rápido con un tema que los viene horadando en la agenda pública. “El costo político ya está asumido”, consideraban desde el PRO, teniendo en cuenta las semanas que tiene la controversia por los miles de despidos.

Por eso, los integrantes de Cambiemos se abstuvieron y permitieron que se aprobara la ley, en lugar de seguir intentando bloquearla. Fue aprobada a las 5.46 de la mañana por 147 votos afirmativos, 3 negativos y 88 abstenciones. Le seguirá un veto fulminante. “Va a ser inmediato”, anunció el diputado Pablo Tonelli. “El Presidente no va a adoptar actitudes demagógicas. Va a usar todas las herramientas legales e institucionales para evitar que este tipo de iniciativas generen problemas y afecten el trabajo de los argentinos”, sostuvo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. “Había una intencionalidad política de dañar al Presidente”, aseguró.

Desde el oficialismo aseguraron que no temen a la reacción de los sindicalistas. Massot, en tanto, sostuvo que las distintas medidas que fue tomando el Gobierno -desde la ley de Primer Empleo hasta la reunión del Consejo del Salario- deberían “suavizar cualquier posible reacción” ante el veto. En Balcarce 50 cruzan los dedos. En el Consejo del Salario, Macri llamó a los sindicalistas a “trabajar en la famosa estrella polar que decía Perón que es la productividad”.

Los abogados trabajaban ayer en la fundamentación del veto total que Macri firmará hoy, para no prolongar más la discusión. Sus asesores preparaban una escena simbólica que hable por sí sola: el presidente anunciará el veto a la ley antidespidos en Cresta Roja, la empresa avícola que los macristas se jactan de haber salvado. En la actualidad, trabajan allí 1300 de los 3500 empleados originales. Es el mismo lugar desde donde Macri hizo su primera declaración en contra de la ley.

Los sindicatos

Una vez que Macri vete la ley antidespidos la pelota irá a parar del lado de los sindicatos. ¿Qué harán? Algunos ya comenzaron a definirse, mientras otros mantuvieron silencio, como Antonio Caló o Hugo Moyano. Sí habló, en cambio, su hijo Pablo Moyano. “Si veta la ley va a cometer un error histórico y si es así no descartamos un paro general”, afirmó el secretario adjunto de Camioneros.

Las dos CTA también advirtieron sobre la posibilidad de llegar a un paro nacional. “las cinco centrales están dejando diferencias de lado para defender esta ley. Tengo la esperanza de que el Presidente tenga sentido común y no vaya en contra de la gente”, sostuvo el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli. “Las dos CTA vamos a hacer jornadas de lucha y si da para un paro, vamos a hacer un paro y esperemos que el resto de las centrales se sumen”, indicó. Por su parte, Hugo Yasky afirmó que “sería un error vetar la ley, pero en ese caso vamos a bregar por la unidad de los trabajadores”.

El titular de la UTA, Roberto Fernández, no fue tan taxativo: “Serán los cuerpos orgánicos del movimiento obrero los que nos indiquen que debemos hacer”. “Sería un gravísimo error del Gobierno vetar la ley. Desnudaría conductas políticas no favorables a la mayoría del pueblo que son los que trabajan y los jubilados”, indicó el titular del Sindicato de la Alimentación, Rodolfo Daer. Sobre la respuesta, opinó: “No creo que hoy la cosa pase por la acción gremial lo que si creo es más que nunca hace falta reunir la Comité Central Confederal para definir los puntos reivindicatorios en el orden político y económico de los trabajadores”. Desde UPCN, Andrés Rodríguez dejó en claro que no van “a tomar acciones concretas porque no amerita la realidad para tomar medidas concretas” (ver página 7).

Los opositores

El kirchnerismo cargó el ambiente con advertencias contra el presidente. El jefe de bloque del Frente para la Victoria en Diputados, Héctor Recalde, advirtió: “Le pido a Macri que no la vete para proteger al empleo, y si el Presidente la veta, va a tener otro veto, que es el de los trabajadores”.

En tanto, Sergio Massa le pidió a Macri que “escuche la necesidad de los trabajadores que sienten miedo a perder el empleo”. Massa todavía no terminó de digerir cómo Cambiemos le desarmó la estrategia para que se votara su proyecto y volviera al Senado. Calificó de “incoherente” al bloque oficialista y sostuvo que el kirchnerismo “juega a que pierda Macri”. En tanto, el diputado Facundo Moyano indicó que “ahora son los sindicalistas, los que tienen representación real y directa en los trabajadores, los que tienen que discutir esta cuestión en el caso hipotético de un veto”. Desde el otro sector del massismo, José Ignacio de Mendiguren advirtió que, si bien votó en contra del proyecto, “no apoyaría el veto de Macri”.

“Vetarla es una decisión descorazonada, alejada de las necesidades de los trabajadores”, sostuvo el diputado Juan Cabandié. En tanto, el ex ministro de Trabajo y legislador porteño Carlos Tomada indicó que “vetar esta ley es vetar la tranquilidad de millones de trabajadores. Y más que una decisión política, es una definición ideológica. Una definición que demuestra lo poco que les interesan los trabajadores, lo poco que respetan el diálogo con los gremios y lo poco que les interesan las instituciones de las que tanto hablaban”.

Página 12