Dirigentes ocupan cargos que controlaban militares
De a poco los militares en servicio pasivo pierden espacios de poder, que son ocupados por dirigentes sindicales. Al menos 12 exoficiales mantienen sus cargos públicos; cuatro de ellos están en el servicio diplomático y los restantes ocho ocupan altas funciones en el Ejecutivo. Freddy Bersatti, excomandante del Ejército, es el militar que más años tiene ocupando puestos públicos y sindicalistas ingresan a comandar las embajadas bolivianas en el mundo.
Bersatti es el encargado de negocios de la embajada boliviana en Estados Unidos desde 2011. Antes fue senador oficialista y también cónsul general de Bolivia en Chile. El general retirado del Ejército consideró que el “compromiso y la lealtad con el proceso de cambio” obligaron a que ocupe varios cargos públicos. “No lo veo como algo malo, hay profesionales en cargos públicos, hay dirigentes sociales y también puede haber militares patriotas que apoyan este proceso”, explicó Bersatti.
Uniformados diplomáticos
Aparte de Bersatti, el general Liberio Flores Enríquez es embajador en Argentina; el almirante Rafael Bandeira Arze, embajador en Panamá y el general Luis Trigo en Venezuela. Hace cuatro años, los militares tenían a cargo las embajadas de Japón y China, que ahora son ocupadas por ex dirigentes sindicales.
En la cosa pública están el coronel César Dockweiler, gerente de la empresa Mi Teleférico; el general Luis Montaño Pardo, gerente de YPFB Aviación; el coronel Gary Medrano, director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos; el coronel Ronald Casso, gerente de Boliviana de Aviación (BoA); el general Edwin de la Fuente, director de Ademaf; el general Tito Gandarillas, director de Aasana; el general Virgilio Pereyra, director de la Dirección General de Aeronáutica Civil, y el general Luis Aramayo, viceministro de Defensa.
Aramayo destacó la participación de militares en espacios públicos. “Somos soldados de la patria y estamos acostumbrados a las exigencias de la responsabilidad”, expresó.
Los dirigentes ahora ocupan puestos que estaban en manos de militares, como las embajadas de China y Japón