Terremoto en Italia el mismo día que el Vesubio sepultó Pompeya

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Foto: Pin It

No ha pasado ni siquiera un día e Italia, herida, ya intenta reponerse de las devastadoras consecuencias del terremoto que la sacudió. Pero la historia puede ser cruel, y lleva a la memoria de los italianos trágicos recuerdos.

Sobre todo una macabra coincidencia. Tal día como hoy, en el año 79, entraba en erupción el Vesubio, tragándose las ciudades de Pompeya y Herculano.

Fue hace 1937 años, pero las secuelas de esa desgracia se sienten hoy más recientes que nunca. Aquel 24 de agosto las dos ciudades, situadas en la falda del cráter, quedaron sepultadas bajo las cenizas del volcán italiano, y miles de personas murieron.

Si nos remontamos cuatro siglos, encontramos también un «terremoto gemelo», similar al que esta noche ha dejado al menos 38 muertos. Sucedió un 7 de octubre de 1639, cuando un seísmo de magnitud muy cercana al de hoy destrozaba los pueblos de Amatrice y Accumoli.

«Aunque en 1703 hubo una secuencia sísmica muy intensa que involucró a una gran área en el territorio de Norcia, el terremoto de esta noche se produjo en una zona considerada de riesgo sísmico muy alto, un área donde los terremotos se repiten con frecuencia», explica la sismóloga Andrea Tertulliani a ‘La Repubblica’.

De ese acontecimiento lejano se puede leer hoy la descripción contenida con la informó un periodista de la época, Carlo Tiberij. En su documento, del que se hace eco el medio italiano, se puede leer: «Han muerto muchas personas, la pérdida de ganado de todo tipo es inmensa, y todo este daño en solo un día». El motivo por el que se produjo el terremoto en Accumoli y Amatrice, según el narrador del que se hace eco el medio italiano, sería el «comportamiento lascivo y los grandes pecados de sus habitantes. ¿Por qué Dios nos purifica con tan horrible y estricto castigo?».

Los que pudieron huir, como recoge el texto, se refugiaron en en la Iglesia de Santo Domingo para invocar la protección de la Virgen. Pero, según el testimonio de Tiberij, los daños se estimaron en 400.000 coronas de la época. Los números oficiales cifraron en 35 las muertes causadas por el terremoto, la mayoría de ellos sepultados entre las ruinas.