Mosul, el último bastión del Estado Islámico en Irak

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Foto: AP

No es la primera vez que la organización radical autodenominada Estado Islámico (EI) lucha por mantener el control de una ciudad clave como lo está haciendo en Mosul, en el norte de Irak.

Allí se está enfrentando a las fuerzas combinadas de combatientes kurdos Peshmerga, del gobierno iraquí y de las fuerzas aliadas lideradas por Estados Unidos.

De hecho, esta ciudad es el último gran bastión urbano de EI.

En abril de 2015, tras intensos combates, el grupo extremista perdió otro de sus bastiones, Tikrit, la ciudad natal de Saddam Hussein.

Y es a la luz de lo que sucedió allí que analistas han tratado de dilucidar cuál está siendo la estrategia defensiva de EI.

En el reporte “La defensa de EI en Irak y Siria: contrarrestando un enemigo adaptable” de la organización sin fines de lucro estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra, publicado en 2015, la investigadora Jessica Lewis McFate explica que “si EI pierde el control de sus ciudades y poblaciones, fracasará en su objetivo político central: establecer su propia soberanía como un califato”.

Por eso, de acuerdo con la autora, el grupo radical ha entrado en una fase defensiva, lo cual es una muestra de fortaleza más que de debilidad.

“EI controla ciudades que deberían ser controladas por los estados iraquí y sirio”, indica.

Guerra de guerrillas

Lewis McFate señala en el reporte que la estrategia de defensa militar de EI podría no ser puramente convencional, como lo demostró tras la captura de Tikrit.

“Es probable que la defensa incorpore toda la gama de sus fortalezas ofensivas, que incluye tácticas guerrilleras y terroristas así como una expansión en áreas donde puede continuar desarrollándose”.

Y agrega: “Es probable que la estrategia de EI maximice su flexibilidad para evadir la derrota y sobrevivir frente a sus enemigos, al tiempo que mantiene su pretensión de un califato”.

Murad Shishani, periodista del servicio árabe de la BBC, comparte esa opinión.

Shishani señala que grupos radicales como EI son expertos a la hora de intercambiar estrategias: puede pasar del enfoque de dominio territorial a una estrategia de guerra de guerrillas que incluye ataques suicidas con bombas.

De hecho, reportes desde Mosul apuntan a que los combatientes de EI se han preparado para la ofensiva con túneles y atacantes suicidas.

La agencia de noticias Aamaq, vinculada con la organización radical, informó que EI ejecutó el lunes ocho ataques suicidas contra las fuerzas kurdas Peshmerga y la agencia de noticias Reuters difundió la imagen de un carro bomba que explotó en el este de Mosul.

“Mantenerse y expandirse”

De acuerdo con Lewis McFate, la misión de EI es “mantenerse y expandirse”. Para ello, usará su amplia red regional.

Y es que la investigadora cree que EI no perderá la base estratégica de su califato si continúa controlando ciudades en Siria, “independientemente de lo que sucede en Irak“.

Para Murad es importante tener en cuenta que los combatientes de EI tienen amplia experiencia moviéndose en las rutas que hay entre Irak y Siria.

Durante la batalla de Mosul, dice, se pueden retirar y esconder en Siria.

Así también lo ve Michael Pregent, exfuncionario de inteligencia del ejército estadounidense.

Pregent le dijo a la BBC que el “apuro” por recapturar Mosul probablemente lepermitirá a EI reagruparse: “EI ya empezó a moverse hacia el occidente y hacia Raqqa (en Siria). ¿Qué los está frenando?”.

“Debería haber una fuerza que los pare para evitar que se movilicen por esa vía”, añadió.

Libertad de maniobra

Según, Lewis McFate, la organización “se renovará a sí misma estratégicamente al expandirse hacia nuevos, ocasionalmente no contiguos territorios, como lo empezó a hacer en Libia y el Sinaí, entre otros lugares”.

Para la investigadora es claro que EI sobrevivirá la perdida de cada ciudad en Irak si mantiene el control de ciudades sirias.

Ya en 2015, la investigadora advierte en el reporte: “La recuperación de Mosul no será el fin de la guerra contra Estado Islámico”.

“De hecho, EI constituirá una permanente amenaza a Mosul si su dominio sobre el desierto de Jazeera en el occidente de Irak persiste. Este resultado está garantizado mientras EI controle el este de Siria”.

A lo que agrega: “EI controla más que ciudades y su libertad de maniobra fuera de ellas le permitirá restablecerse en áreas cercanas sin alterar su disposición en general”.

Meses de guerra

De acuerdo con expertos, la batalla por Mosul puede llegar a ser larga.

El parlamentario iraquí Mowaffak al-Rubaie indicó que las fuerzas de seguridad de su país estaban preparadas para luchar por unos seis meses, aunque espera que la “victoria total” llegue mucho más rápido.

Como lo plantea Shishani, en el pasado EI ha sufrido golpes duros, como la muerte de los líderes de Estado Islámico en Irak, Abu Ayyub al-Masri y Abu Omar al-Baghdadi en 2010.

Sin embargo, como lo hicieron entonces, han demostrado que, al retirarse, han conseguido reconstruir sus redes en el desierto y tomar un nuevo respiro.

De acuerdo con Hassan Hassan, investigador del Instituto Tahrir sobre Políticas para Medio Oriente, la pérdida de la vieja guardia está agravando claramente los problemas del grupo y podría representar el mayor reto que ha enfrentado desde el alzamiento en su contra, instigado por Estados Unidos, de árabes sunitas en Irak entre 2005 y 2006.

Que logre sobrevivir o no a esta etapa de transición depende de cuánto los líderes fundadores llegaron a marcar y definir la organización.

La transmisión de la autoridad hacia los líderes de segunda y tercera generación ya está en marcha y es un proceso que podría afectar la orientación general que tome EI, así como su forma de actuar.

La pérdida de territorio, explica Shishani, puede dejar de atraer a nuevos combatientes, pues la gran premisa de la organización ha sido el establecimiento de una califato.