China abre sus mercados desde Hong Kong para librarse de su dependencia de EEUU

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Foto: REUTERS

China busca a contrarreloj abrir sus mercados de capitales al exterior para reforzar su divisa y ganar credibilidad a ojos de la comunidad inversora internacional. Uno de los últimos movimientos es la Shenzhen Connect, que consiste en conectar la Bolsa Shenzhen con la de Hong Kong para que los brokers de esta última puedan operar ese mercado de forma libre con el resto del mundo.

Este sistema no es nuevo, ya que funciona desde hace unos años con la bolsa de Shanghai. Hong Kong, una región administrativa especial dentro de China, que funciona con estándares mucho más parecidos a los de Occidente, supone un reclamo para inversores de todo el mundo. Estas conexiones que está impulsando China con sus otras bolsas hacen que los inversores interesados en las cotizadas del país lo puedan hacer de manera libre, sin tener que obtener licencias que llevan un trámite burocrático que disuadan al inversor.

De esta forma, China se acerca a estándares de inversión más internacionales, aunque mantenga unos niveles de control superiores a bolsas como las de Wall StreetEuropa. El Gigtante Amarillo tiene buenas razones para acelerar la apertura exterior de sus mercados de capitales. Hasta ahora, tiene una gran dependencia del dólar americano, ya que gran parte de los actores internacionales aún son reacios a su divisa, el renminbi. Esta dependencia les hace vulnerables. Al ser su moneda de reserva el dólar se ven impactados por los movimientos de una divisa que se mueve bajo los designios de la Reserva Federal, muy lejos de Pekín. “La reservas chinas están concentradas en US dólar con los efectos negativos que puede tener una depreciación del dólar como la sucedida en 2009, que le hizo perder un cuarto de su valor, de ahí que China tenga tanto interés en internacionalizar su divisa, el renminbi, que ya es la quinta moneda más utilizada en la red de SWIFT y que está en el SDR Basket del FMI desde octubre”, explica Benoit Dethier, experto de Citi en el mercado chino.

No obstante, la menor incidencia estatal en los mercados no implica libertad absoluta. Existe operativas más arriesgadas, como las posiciones cortas (donde se gana apostando contra una determinada acción), aún no están permitidas. Las bolsas mantendrán su carácter emergente, indican desde Citi, pero esta apertura busca dar una mayor estabilidad. Ahora mismo, el 80% de los inversores en China son minoristas, con lo que en momentos de confusión pesan mucho más las decisiones emocionales que las racionales que aplican los grandes inversores institucionales. La idea es que el capital de los grandes inversores llegue a las bolsas chinas y así tener un mercado mucho más estable que en la actualidad. Para que no haya fluctuaciones tan fuertes como en verano de 2015 y otros momentos.

China ganara cuota a costa del resto del mundo

Dethier sostiene que la experiencia de funcionamiento en la conexión de Hong Kong con Shanghai fue muy positiva y funcionó en tiempo récord. Por ello cree que muchos inversores cada vez ven con mejores ojos invertir en ese mercado. Para finales de noviembre o principios de diciembre espera que ya se pueda invertir en China a través de la Shenzhen Connect.

Este experto de Citi considera clave las revisiones de las agencias de índices (MSCI y FTSE Russell) que tienen que decidir si China entra en los índices de Global Emerging Markets. La revisión anual de MSCI tiene lugar en junio y la de FTSE Russell en septiembre. La industria considera alta la probabilidad de que den el visto bueno en 2017. En cuanto esto pase, los fondos pasivos que hacen tracking de estos índices tendrán que rebalancear sus carteras para dar sitio a China, resultando en una salida significativa de otros mercados emergentes para redirigir esos capitales hacia acciones chinas.

En esta caso, Shenzen ofrece mayores posibilidades que Shanghai. En este último es donde se encuentran las grandes compañías estatales, mientras que en Shenzen el control público es mucho menor: una media del 74% en Shanghai mientras que en Shenzen es del 38%, según datos de Citi.

Cabe destacar que en la actualidad, China apenas pesa un 2,8% dentro de los índices mundiales de MSCI. Por delante tiene a países como Canadá, Alemania, Suiza, Francia o Japón. En selectivos mundiales, quien más pesa es Estados Unidos, que engloba el 58% del total. La pequeña repercusión bursátil de China contrasta con que es el segundo país del mundo en PIB, y en capitalización de mercado. Además, es el primer país del mundo en volumen de negocios de sus empresas cotizadas.