Tras paro parcial, exigen sacar de las calles los minibuses

Gracias al paro de transporte instruido por  la Federación  Departamental de Choferes Primero de Mayo de La Paz, miles de personas  caminaban ayer ajetreadas en la urbe paceña para llegar a sus fuentes  laborales, a la universidad o a sus negocios. Iban a paso rápido y  esquivaban los bloqueos de  los conductores; al verlos movían la cabeza  en señal de reprobación. El paro sólo afectó parcialmente las  actividades de la población.  
 “Deberían desaparecer los choferes sindicalizados, mucho abusan”,  repetían. “La mayoría de los choferes no tienen higiene en los  minibuses; el trato que nos dan, te gritan nomás, los pasajeros bajan  donde quieren, el chofer para donde quiere, todo es un ch’enko (enredo,  caos). El transporte sindicalizado debería desaparecer, es un problema,  bueno sería un sistema masivo, como  el tren subterráneo”, dijo el  universitario José Rodríguez,  en Sopocachi. Su novia, Jimena Parada,  que salió muy temprano desde  Chasquipampa, añadió: “Tiene que haber  otro sistema de transporte, porque el de sindicalizados no funciona, dan  pésimo servicio; el mismo PumaKatari los obliga a que se reeduquen, a  renovar valores”, sostuvo. 
 La universitaria Tany Carrasco  caminaba con sus empolvados tenis,  tuvo que dormir en otra casa en Alto San Pedro para poder ir a sus  clases. Muy molesta afirmó que los sindicalizados son abusivos y sugirió  su desaparición. “No vale la pena pagar  50 centavos más,  son  trameadores, muy   groseros y los minibuses están en mal estado.  Deberían desaparecer, (se necesita)  un nuevo sistema de transporte”.  
 Una fila de minibuses  invadían la avenida Pasoskanki, los choferes  reunidos en  círculos hacían bromas y reían;  cuando aparecía la prensa  la seriedad se hacía presente. 
 El cruce de villas estuvo bloqueado por completo, la gente  enfurecida bajo el intenso sol daba pasos largos y a regañadientes subía  con cansancio. “No han mejorado nada, no vale la pena pagar dos  bolivianos para que estemos en lo mismo. Las autoridades deberían  implementar otro sistema de transporte”,  manifestó Antonio Cardoso. 
 A las 16:00 los vehículos abandonaban sus puntos de bloqueo. Los  sindicalizados de base al escuchar los reclamos de la gente aseguraron  que hicieron lo posible para arreglar sus vehículos y manifestaron su  predisposición a mejorar el servicio y asistir a la escuela de educación  vial municipal. “No nos han comunicado nada, pero   estaríamos  dispuestos a ir a esas clases para mejorar si es que no nos cobran las  multas fantasma”, dijo uno de los choferes del Sindicato Transporte  Miraflores.
Vecinos piden control social a choferes y ediles
Verónica Zapana / La Paz 
 “Estoy muy molesta con el transporte público. Son unos abusivos.  Pero igual es la Guardia Municipal, cuántas veces he visto que hacen  parar el minibús y de la nada les reclaman y los anotan, hasta los  pasajeros nos molestamos. Esos son también unos abusivos”, dijo molesto  José Quispe. 
 Por eso aseguró que sería importante un control social vecinal para  que ninguno de ambos sectores cometa  abusos. “Esto debe parar, porque  los más perjudicados somos los ciudadanos”, mencionó. 
 Con él coincidió otra vecina, Santusa Mamani, quien reclamó que en  las noches desaparece el servicio. “En vano se ha implementado el  servicio nocturno. Eso funciona bien hasta las nueve de la noche.  Después sólo puedes encontrar taxi. Si subes a un vehículo y no tiene  pasajeros te botan donde sea y esas cosas nadie controla. La Guardia  Municipal y los mismos trabajadores de la Alcaldía desaparecieron. Ellos  sólo dos meses hicieron el control. Por eso es importante el control  social”, explicó la ciudadana paceña.    En la urbe alteña, el teleférico opacó al paro    Wara Arteaga  / El Alto 
 El paro de transporte no se sintió en El Alto. “El servicio de  transporte es normal en un 60 o 70%”, dijo el presidente de la  Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), Benigno Siñani.   
 En Ciudad Satélite, una multitud se aglomeró para abordar el  teleférico Amarillo. La fila llegaba hasta  la plaza Obelisco. Lo mismo  ocurrió en la línea Roja.  
 Los usuarios del teleférico ocuparon la avenida Panorámica. Al  mediodía la hilera de personas apenas disminuyó en  una cuadra.  Negociantes aprovecharon la urgencia de los usuarios y  vendieron   lugares  a 2,50 o tres bolivianos. 
 En cambio, la línea Azul que recorre El Alto  fue la más vacía de la jornada, la mayoría de las cabinas estaban desocupadas. 
 Sólo debajo del puente de la Ceja, decenas de choferes se  aglutinaban en dos grupos. El primero en el Teatro Andino, el otro en el  peaje. Los gritos de los transportistas  se escuchaban cada vez que una  flota o vehículo particular tomaba la ruta; el trato fue más cordial   con las ambulancias.     Si un taxi o minibús llegaba al lugar, los choferes indignados no dudaban en dar  tres chicotazos al conductor. 
 Cerca de la autopista  está la avenida Naciones Unidas (“el camino  viejo”). Allí  otro grupo bebía sodas y los comerciantes ofrecían  de  todo a quienes tenían por destino la Kollasuyo, Buenos Aires o el  Cementerio paceño.  
 En la  plaza Ballivián, tres grandes grupos impidieron el flujo de  motorizados. Entre risas, juegos y gritos, espantaban a los transeúntes.  Los policías los vigilaban   para evitar excesos.
                			
                                        			






	
	
	



