Denuncias de acoso sexual y corrupción golpean a la UMSA
Al menos seis docentes detenidos y 30 procesos en curso en la Universidad Mayor de San Andrés destapan un secreto a voces: la corrupción y el acoso sexual, entre otros delitos, están enraizados en la casa de estudios superiores de La Paz. Sin embargo, por primera vez, la UMSA se constituye en parte querellante ante la justicia.
“Hay docentes que cobran para ser tutores de tesis, para ir a las defensas o para arreglarte la nota. Lo peor es que no sólo piden plata”, dice Ana Q. La universitaria de 20 años asegura que sufrió acoso sexual de uno de sus docentes. “No acepté ir a tomar con él y me aplazó”, cuenta. Historias similares llenan pasillos y aulas pero son pocos los estudiantes que se animan a presentar denuncias. “Se agarran con quien diga algo; es peor…”. “No es que las inconductas, las corrupciones, los acosos sexuales, las camarillas se hayan dado en mi gestión; es que antes nadie quería complicarse para sanear la universidad”, asegura el rector de la UMSA, Waldo Albarracín. “Estoy consciente de que me estoy ganando enemigos pero a mí me han elegido, de acuerdo a mi programa, para luchar contra la corrupción y defender los Derechos Humanos”, recalca. Detenidos por corrupción
El 4 de julio de 2016, el docente de la carrera de Contaduría Pública de la UMSA, Felipe V. T. fue descubierto cuando contaba los 3.400 bolivianos que había cobrado a una estudiante a cambio de “posibilitar” la aprobación de su perfil de tesis. Tres días después fue detenido en el penal de San Pedro imputado por el delito de cohecho pasivo propio. Ese fue el primer indicio de una red de corrupción en la carrera de Contaduría Pública. El 12 de diciembre, el docente Juan Carlos Ch. M. fue enviado a la cárcel de Chonchocoro, imputado por los delitos de estafa y manipulación informática, por presuntos cobros a postulantes para aprobar el examen de dispensación de esa carrera. Dos días antes había sido detenido en una oficina donde se encontraron carnets de identidad y al menos 8.000 dólares. El 20 de diciembre, el jefe de carrera de Contaduría Pública, Luis A.D., junto al responsable de Informática, fue detenido en la cárcel de San Pedro acusado de dirigir la red de cobros ilegales. Fue imputado por delitos de corrupción, asociación delictuosa, uso indebido de influencias y extorsión. El pasado 26 de mayo, el decano de la facultad de Agronomía Freddy P. Ch. fue detenido in fraganti cuando cobraba 500 bolivianos, supuestamente como parte de un soborno por designar a un docente “por invitación directa”. Al día siguiente, fue enviado al penal de Patacamaya imputado por los delitos de cohecho activo propio y concusión. En su audiencia, la Asociación de Docentes de Agronomía (ADAG) envió un documento que argumentaba que el dinero que recibía el decano era producto de aportes voluntarios de docentes. Según denuncias de la carrera de Agronomía, “Freddy P. Ch. es un eslabón más de una camarilla que articula a ciertos docentes y estudiantes para extorsiones por cargos, malversación de fondos, acoso y hasta violaciones”. En un semestre, además de tres docentes, dos autoridades universitarias -un jefe de carrera y un decano de facultad- fueron remitidos a la cárcel . El primero, Luis A., fue férreo opositor en la campaña de Waldo Albarracín para su reelección; el segundo, Freddy P. Ch., lo apoyó. “Mi objetivo es sanear la universidad y combatir la corrupción. Quien cometa una irregularidad, sea quien fuere, será sancionado”, dice el rector. El más reciente caso se produjo el pasado jueves. El profesor emérito de la facultad de Derecho José M. R. fue aprehendido cuando cobraba 500 dólares a un estudiante para asistir a su examen de grado. Se espera la audiencia de medidas cautelares del docente que está acusado de extorsión.
El difuso rostro del acoso Hay pocas denuncias de acoso sexual en la UMSA en relación con la cantidad de hechos de esta naturaleza que se evidencian en las aulas. El temor a represalias, la vergüenza y la falta de pruebas concretas son las causas para que las quejas no se presenten o las víctimas se retracten. “De los casos de acoso sexual, la menor cantidad es la que se denuncia. Tenemos el caso de un docente de Medicina que está en proceso por acoso sexual a raíz de la denuncia de un grupo de estudiantes pero ahora ninguna de ellas quiere ir a declarar, no las puedo obligar. Entiendo que es muy difícil para una mujer denunciar acoso sexual”, comenta Waldo Albarracín. Según el rector, en su primera gestión (2013-2016) 10 docentes fueron alejados de la UMSA tras comprobarse las denuncias de acoso sexual que contra ellos pesaban. Hay dos detenidos. El 14 de marzo de 2016, docentes y estudiantes de la UMSA, convocados por la facultad de Humanidades, marcharon contra el acoso sexual en la “U”. El detonante fue la denuncia presentada por una estudiante de la carrera de Ciencias de la Educación contra el docente Ryder Ch. La dirigente estudiantil Mariela Encinas informó entonces que la protesta fue resuelta en una asamblea, en la que el 80% de las universitarias denunció haber sufrido alguna agresión.
“Desafortunadamente el acoso sexual se está constituyendo en una forma de violencia muy frecuente en las aulas universitarias”, dijo en aquella marcha la decana de Humanidades, María Eugenia Pareja. “La burocracia es un serio obstáculo, la comisión que analiza estas denuncias es lenta”. Buscar soluciones a ese problema es una de las misiones de la flamante defensora del Universitario, Griselda Sillerico. Posesionada en abril pasado, aborda como uno de sus primeros casos la denuncia de acoso contra Ryder Ch. Creada en junio de 2014, la oficina de Transparencia de la UMSA, encabezada por la abogada Silvia Noya, lleva adelante una treintena de procesos internos y externos a la casa de estudios.