Evo advirtió con expulsar a embajador de EEUU

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El jueves de la anterior semana, en la embajada de Bolivia en Washington, Pablo Canedo recibió a Bruce Williamson para hablar sobre Bolivia. Así, el encargado de negocios de Bolivia en Estados Unidos conocía al que desde diciembre reemplazará a Peter Brennan como encargado de negocios de Estados Unidos en Bolivia, el máximo cargo de la embajada norteamericana, desde 2008, cuando el presidente Evo Morales expulsó al exembajador Philip Goldberg.

En contacto telefónico, Canedo explicó que se trató de una visita de cortesía de Williamson, que tuvo como objetivo conocerse y establecer contacto, hablar de las expectativas compartidas por ambos países y los objetivos de la administración de Donald Trump en Bolivia. Canedo, excandidato del Movimiento Al Socialismo a gobernador en Tarija, explicó que sirvió para conocer de primera fuente qué es lo que piensa Trump en relación a Bolivia. Ese mismo día, según explicó el diplomático, a través de los canales oficiales, comunicó a Fernando Huanacuni sobre la reunión con Williamson.

El martes último, en una concentración en Llallagua (Potosí), el presidente Morales amenazó con expulsar al encargado de negocios, pese a que la Cancillería había sido informada que a Brennan le quedaban pocos días en Bolivia. “Quiero que sepa el encargado de negocios de la embajada de EEUU. Si sigue conspirando, si sigue financiando a la oposición, si sigue planificando para una conspiración, no me temblaría el brazo para expulsarlo nuevamente”, dijo el mandatario.

Ayer, cuando se telefoneó a Huanacuni para saber si le había informado al presidente Morales sobre la partida de Brennan y conocer sus impresiones sobre el currículo del nuevo diplomático, pasó el teléfono a su jefa de Gabinete, que a su vez pidió canalizar las consultas a través de la directora de comunicación de la Cancillería. Hasta  el cierre de esta edición (1:00 de hoy), no llegaron las respuestas.

El embajador Canedo aseguró que la relación con Estados Unidos es buena y fluida y que vio a Williamson con buenas expectativas, entusiasmado con su traslado a la ciudad de La Paz. 

Cambio de perfil
Peter Brennan, que llegó a Bolivia en 2014, es un diplomático de carrera que había hecho un eslalon en diferentes embajadas. Comenzó como oficial de informaciones en Barbados, fue agregado de prensa en República Dominicana, agregado cultural en Caracas, ministro consejero en Islamabad (Paquistán) y coordinador de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado de EEUU. Mientras estuvo como canciller David Choquehuanca hubo acercamientos con Estados Unidos para retomar relaciones bilaterales con rango de embajador, pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca enfrió las relaciones. Quedaron casi congeladas en agosto último cuando opinó de forma dura sobre cómo dirige Venezuela el presidente Nicolás Maduro y  fue llamado a la Cancillería para que explique sus declaraciones. Bolivia es uno de los pocos estados que aún apoya oficialmente al Gobierno de Venezuela y en esa oportunidad ya Morales había advertido con expulsar al diplomático mediante un tuit.

Williamson tiene un perfil distinto a Brennan. Según el portal El Faro, es un diplomático egresado del Colegio Nacional de Guerra (una especie de escuela de altos estudios nacionales, dependiente del Departamento de Defensa), con una maestría en Estudios Estratégicos y exconsejero para Latinoamérica en la Oficina Internacional de Narcóticos del Departamento de Estado. Mientras Brennan desarrolló su carrera diplomática en ámbitos ligados a la cultura y a la comunicación, Williamson fue los ojos de Estados Unidos en territorios difíciles.

Se hizo más notorio en México, cuando fue cónsul general de Estados Unidos en Monterrey, justo en medio de la llamada guerra contra el narco promovida en México durante el sexenio del presidente Felipe Calderón. Allí, según quedaron al descubierto en los cables de WikiLeaks, Williamson informó a la administración estadounidense, a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, cómo Monterrey pasaba de ser un oasis contra la violencia que cubría México a transformarse en un territorio de los temidos Zetas, el cártel de ex soldados mexicanos que desertó de la Marina para convertirse primero en sicarios del Cártel del Golfo y luego en una de las bandas más temidas y sanguinarias del mundo.

“Observador acucioso”

En 2011, el diario mexicano La Jornada describió a Williamson como un “observador acucioso de la forma como los cárteles del narcotráfico se mueven en Nuevo León y de cómo se conforman las tendencias de la narcoviolencia en el norte de México”. A esta conclusión llegaron los periodistas luego de hacerse público un cable del consulado de Monterrey hacia la secretaria de Estados, Hillary Clinton, en el que, en 2009, Williamson dudaba de la eficacia de las Fuerzas Armadas de México en la lucha antidroga.

En el cable, el entonces cónsul de Estados Unidos en Monterrey deja al descubierto sus conversaciones con un alto jefe militar y con los dueños de un influyente diario del norte de México, que le confiesan dos cosas: por más poder de fuego, equipamiento y conocimiento táctico que tengan los militares, no podrán reemplazar a la Policía en la eficiencia en la lucha contra el narco.

La segunda revelación es una completa indefensión ciudadana, que no puede acudir a la Policía porque la considera corrupta e infiltrada por el narco y tampoco a las Fuerzas Armadas, porque no tenían los suficientes recursos para que su lucha sea realmente efectiva.

Pero esa no fue la conclusión más dura a la que llegó Williamson. Según los cables de WikiLeaks, calificó a Monterrey como un territorio Zeta, como una metrópoli que ofrece refugio seguro, ingresos estables (mediante el cobro de extorsiones) y abasto de insumos al cártel integrado por exmilitares de élite.   

Paralelismo con Santa Cruz

Hace cinco años, representantes en Bolivia de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés) advirtieron sobre las similitudes entre Monterrey y Santa Cruz de la Sierra: las dos ciudades son un motor de la economía nacional, exentas del poder político, con cierto tejido industrial, importantes para el Producto Interno Bruto y la última ciudad antes de  la frontera con un importante mercado de consumo de cocaína (Estados Unidos, en el caso de Monterrey y, Brasil, en el caso cruceño).

Williamson, según consta en los cables de WikiLeaks, se convirtió en un cronista de cómo “la ciudad con más futuro del mundo”, la que albergaba a 1.200 industrias estadounidenses, se transformó en territorio de la narcoguerra. Según La Jornada, los cables revelan que durante la gestión de Williamson, los agentes del consulado estadounidense actuaban sin restricciones en México: se presentaban en las escenas de determinados crímenes para recoger evidencias, colaboraban en arrestos, sus agentes recababan información de inteligencia que las autoridades del Estado mexicano, que los llamaban para pedirles información.

Los desafíos

Después de México, Williamson fue encargado de negocios en Guatemala, pasó por Brasil y su cargo más alto fue el de subsecretario de Estado de Recursos Humanos (algo así como un viceministro de personal). Ahora, deberá echar mano de su formación como economista  para mantener las buenas cifras que deja Brennan. Aseguran que durante la gestión del aún encargado de negocios, el intercambio económico entre Bolivia y Estados Unidos se duplicó, siempre a favor de Bolivia. Uno de los méritos de Brennan fue establecer mecanismos de consulta rápida para facilitar la importación y exportación de productos. También mantuvo el intercambio educacional para jóvenes.

Durante el encuentro con Canedo, Williamson no fue muy específico sobre su futuro en Bolivia. Aseguran que le dijo que quería mantener relaciones de puertas abiertas con Bolivia, que el mensaje principal para el país lo dará cuando se reúna con Evo Morales o el canciller Huanacuni. Aún no hay fecha de su llegada a Bolivia, aunque aseguran que pasará las fiestas de fin de año en La Paz.