Las AFP ya no invierten, sus ganancias caen y la inflación se come nuestros aportes

0
238
Foto: El Diario

Desde 2010 a 2017 las tasas de interés de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en el país han bajado de  8 a 3  por ciento. Paralelamente, estas empresas dejaron de invertir y, en este contexto, los aportes de los contribuyentes van perdiendo valor al ritmo de la inflación.

Ésa es la conclusión a la que llegan los analistas económicos Gonzalo Chávez, Juan Carlos Espinoza y Alberto Bonadona, tras una evaluación de los datos de rentabilidad de las AFP Futuro y Previsión.

En diciembre de 2010, el Gobierno de Evo Morales  promulgó la nueva Ley de Pensiones 065 e instruyó la  creación de la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo, entidad que debería reemplazar a las AFP para que la administración de los fondos pase al sistema público, pero han pasado casi ocho años y la trasferencia no se concretó.

Los analistas consultados por este medio consideran que esa demora e incertidumbre en la transición ha causado que las AFP dejen de invertir y reduzcan sus costos al máximo. A esto se suma  que en los últimos años la administración de pensiones bajó  mucho en todo el mundo.

La falta de inversión de las AFP, sumada a la inflación del país, causa que los afiliados pierdan sus aportes.

Según el Banco Central de Bolivia (BCB), la inflación en el país cerró en 2017 en 2,71 por ciento. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) afirma que fue la cifra más baja en 10 años. Y aun así, “si no hay inversiones de los fondos y rentabilidad es el contribuyente el que sufre pérdidas en sus aportes”, explica Chávez.  “Si no hay rentabilidad, la inflación se come los aportes. Si tuvieras 100 mil bolivianos de ahorros y un año hay una inflación del 2 por ciento perdiste 2 mil bolivianos”, ilustra.

Las AFP tienen muy poca rentabilidad e inversiones limitadas. “Cubriendo la inflación y teniendo un poco de ganancia, los aportes van aumentando. Si eso no ocurre, tu dinero valdrá menos y de aquí a 20 años no te alcanzará para jubilarte”, explica Chávez.

El experto considera que las estrategias de las AFP para invertir los recursos son muy conservadoras, “lo que puede ser un indicio de que las AFP ya quieren irse del país y no realizan inversiones”.

Espinoza, en tanto, considera  que el traspaso de la administración de los aportes desmotivó a las AFP.  “Se genera un desincentivo fuerte para las administradoras privadas a la hora de invertir en mejoras.  Hay incertidumbre. Por tanto, no tiene sentido seguir invirtiendo en Bolivia. También hay cierto dejo a la hora de obtener mayor rentabilidad ante las nuevas normas de juego. Eso ha repercutido en la caída de pensiones que tienen hoy los jubilados”, indica.

La noticia de la salida de las administradoras de Bolivia “las ha obligado a buscar mayor rentabilidad”, añade.

El analista en economía Alberto Bonadona indica, por su parte, que en los últimos años la AFP Previsión cerró cuatro de sus 13  sucursales, lo que afecta su funcionamiento.

Bonadona asegura que no sólo los contribuyentes son los afectados, sino también las empresas administradoras, porque la demora en el traspaso genera un lucro cesante.

“En los ocho años que no se ha podido concretar el traspaso, ellos han dejado de ganar dinero”, que pudo haber sido invertido en otras cosas, explica Chávez.

Datos

En 2007, las AFP obtenían retornos económicos del 13,7 por ciento al año. A junio de 2018, tanto Previsión como Futuro reportaron una tasa del 3 por ciento, que no llegaba a cubrir la inflación. Esta cifra cayó en un 75 por ciento con relación al 2008.

Esta baja se ha registrado en todo el mundo, pero a la situación en Bolivia se debe añadir el traspaso de los fondos de pensiones de la administración privada a la pública.

Actualmente, el 41 por ciento de la población ocupada aporta a las AFP.  El  restante se dedica a actividades  informales.

 

DESCUIDO EN LA PARTE TÉCNICA APLAZÓ EL TRASPASO TRES VECES

En 2015 fue creada la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo para administrar los fondos del Sistema Integral de Pensiones, que es manejada por empresas privadas desde 1996. Han pasado casi ocho años y el proceso no se ha concretado. Más al contrario, se han tenido tres aplazos de fecha.

A pesar del tiempo transcurrido, el Estado tiene contratos vigentes desde fines de 1996 con las AFP Previsión, perteneciente al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), y Futuro del grupo Zurich Financial Service.

El primer plazo para que  la Gestora Pública se haga cargo de la administración de los fondos de pensiones vencía el 15 de julio de 2016, pero eso no fue posible y el plazo fue ampliado en tres ocasiones.

La segunda fecha tope era el 15 de septiembre de 2017 y la tercera se mantiene vigente para marzo de 2019.

El Gobierno atribuyó la demora a la migración de información histórica de más de 20 años de registros y aportes de más de 2,13 millones de personas aseguradas a la base de datos o software único de la Gestora Pública.

Para el analista económico Alberto Bonadona, la principal causa de demora de la Gestora es el intentar unir las bases de datos de las dos AFP en un software único. El experto considera que se debía comprar programas de ambos sistemas o subcontratar a las administradoras para acelerar el proceso.

 

LAS AFP ADMINISTRAN $US 16 MIL MILLONES

Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) manejan unos 16 mil millones de dólares, lo que significa un 46 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Se trata del aporte de 2,2  millones de personas en todo el país. Actualmente, más de 120 mil jubilados cobran sus aportes.

En 1997, el antiguo sistema de reparto fue sustituido por la gestión de las AFP Futuro y Previsión. En la actualidad ambas cubren aproximadamente al 41 por ciento de la población ocupada.

 

ANÁLISIS

José Gabriel Espinoza. Economista

“Hay daño para las AFP, pero también para los contribuyentes”

Desde el día en que se conoce que los fondos de pensiones van a ser transferidos a la administración pública, hay dos efectos negativos.

Uno, la caída de las inversiones de las AFP en sus propias operaciones en el día a día. Dos, una caída en la rentabilidad del propio fondo de pensiones, lo que ha tenido una incidencia directa en la jubilación que deben cobrar los pensionados.

Se genera un desincentivo fuerte para las administradoras privadas a la hora de invertir en mejoras de eficiencia. Hay incertidumbre. Por lo tanto, no tiene sentido seguir invirtiendo en Bolivia.

También hay cierto dejo a la hora de obtener mayor rentabilidad ante las nuevas normas de juego.

Y eso ha repercutido en la caída de las pensiones que tienen hoy en día los jubilados, dado que más allá de eso, la idea de que las AFP ya se iban a  ir de Bolivia los ha obligado a buscar mayor rentabilidad y las AFP asumían esta caída, ese traspaso, a las pensiones que cobre la gente.  Hay daño a las administradoras. Tenían un contrato de servicio y van a dejar de percibirlo cuando la Gestora entre en funcionamiento.

El sistema privado de colocación  de fondos no se ha llevado de forma adecuada, pues las administradoras obtenían  las rentabilidades por los fondos que tienen los jubilados ahí depositados para poder cubrir sus pensiones y éstas han ido bajando paulatinamente, pero no sólo en Bolivia, también en todo el mundo.

 

EtiquetasAFP