Virginia Ossio: En este momento en Bolivia se está ayudando al tráfico del jaguar

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Foto: El Diario

Virginia Ossio Peña participó del primer taller internacional Contra el tráfico ilegal de jaguar que se realizó el 24 y 25 de julio en Santa Cruz, bajo la organización del Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Es la directora y fundadora de La Senda Verde, el refugio de vida silvestre de administración privada ubicado en Yolosa, departamento de La Paz, a 7 Km de la población de Coroico.

Victoria, junto a su esposo Marcelo Levi dedican su vida al cuidado de más de 800 animales que fueron recuperados de las manos del hombre y es voz autorizada para analizar sobre una problemática que existe en Bolivia: el tráfico ilegal de los colmillos y otras partes del gran felino de América.

¿Cómo empezó la existencia del refugio de animales Senda Verde?

 

Empezó sin querer, sin pensar y sin planificar. Nosotros, con mi esposo, queríamos hacer un proyecto verde, actividades para familias paceñas donde aprendan a querer y a cuidar la naturaleza. Y allí empezaron a llegar animales.

¿Cuál fue el primer animal que llegó?

Llegó un mono capuchino, que ahora es el mono alfa de toda la senda. Se llama Ciruelo. La idea no era quedarnos con el mono, sino llevarlo a un parque. Después llegaron dos aves. El mono llegó porque unos chicos nos avisaron que había un camionero que se estaba llevando un monito bebé para ser vendido en La Paz, y mi esposo, Marcel, habló con el camionero y se lo terminó entregando. Ahora hay más de 800 animales, de 65 especies. Tenemos más o menos 20 personas a sueldo y voluntarios de todas partes.

Senda Verde es un refugio de animales silvestres. El manejo nuestro es un poco diferente. Tenemos una propiedad de 12 hectáreas, es muy pequeña y son muchos animales. Dijimos que había que encerrar al animal más peligroso. El animal más peligroso somos nosotros, los homos sapiens. Somos el único animal que destruye su hábitat. Decidimos encerrar a los humanos. En la Senda Verde caminas en galerías que fueron construidas gracias a la Fundación Kantutani y los animales, la mayor parte están sueltos. Ellos te ven a vos dentro de la jaula.

¿Todos los animales llegaron por una causa de maltrato?

Todos llegaron por una causa, por lo general tráfico y pérdida de hábitat, también maltrato. Nuestra posición es que los animales que están en casa no deberían ser decomisados si es que no hay maltrato. Un animal es sacado de su hábitat siempre por un acto de violencia. Va el cazador, mata a la madre, arrancan al bebé. Eso ya es un primer trauma. Uno de cada 10 animales sobrevive. Ese animal, el que sobrevive, tiene la suerte de haber llegado a una casa donde lo tratan bien, es parte de la familia, lo alimentan. Crece ahí, está 10 años o 20 años. Viene la Policía y lo decomisa. El sufrimiento de ese animal no tiene nombre.

¿Cómo ve la problemática del tráfico del jaguar?

El 2014, ya Correos de Bolivia denunció que detectaron 180 colmillos de jaguar que estaban siendo sacados en encomiendas a China. Pero no se tomaron medidas. Luego, gente que trabaja en el Madidi denunciaron que se anunciaba por radio que se pagaba por cada parte de jaguar. Me parece una iniquidad. Bolivia es muy vulnerable. Hay empresas chinas en todas partes y en los lugares más vulnerables: en nuestros parques nacionales. En este momento, en Bolivia no solo no estamos haciendo algo en contra del tráfico (de colmillos de jaguar), sino que estamos ayudando al tráfico. Eso me parece terrible. Como Gobierno estamos ayudando.

¿Son los trabajadores chinos de las empresas chinas los que están haciendo matar a los jaguares?

 

El tema es mucho más que eso. Son mafias internacionales organizadas. El tráfico de vida silvestre está después del de armas, droga, y de trata y tráfico de seres humanos. Se calcula que mueve más de 20.000 millones de dólares a nivel mundial. Son mafias muy peligrosas y actúan relacionadas entre ellas. El combatir el tráfico a nivel mundial es súper difícil.

¿En qué utilizan los colmillos del jaguar?

Las mafias son muy ágiles. Se les cierra una puerta y abren mil. Antes solo usaban el hueso del jaguar. Pero ahora, para ganar más dinero, se han inventado historias y usan la lengua, el pene, la carne para supuestos beneficios. Hay restaurantes de súper lujo donde venden la carne.

¿Cómo combatir a los traficantes?

Recién declararon prófugo de la justicia a un chino al que encontraron con colmillos. Yo estuve en noviembre en Santa Cruz, fui a esa audiencia y vi que él y su compañera que también estaba en el juicio, llegaban libres a la audiencia. Nuestra justicia no existe. Hay chicanería. ¿Qué hacemos? Primero, denunciar. Como país debemos tener ayuda de instituciones internacionales como Interpol. Que se capaciten jueces, fiscales. He visto casos en que los fiscales se ponen del lado del traficante.