Movilización Poselectoral: Los incendios en la Chiquitania y el efecto electoral

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Foto: Revista dat0s 227

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Santa Cruz atraviesa su primera emergencia después de una década ganada de desarrollo que apunta Megaproyectos en torno a los cuales se unen el Gobierno y los empresarios de ese departamento. Nadie contaba con los incendios en la Chiquitania que repercuten en el resultado electoral.

Un hecho importante para comprender lo que el país vive ahora es la expansión en términos de espacios territoriales que va conquistando en estos últimos años el MAS incluso después del frustrado resultado del 21F.

Un punto culminante en este periodo es la alianza que emprende el presidente Morales con los sectores empresariales más fuertes de Bolivia en torno a los cuales aglutina una fortaleza económica con proyectos de gran envergadura para el desarrollo nacional. Era muy frecuente entrar a una oficina de los empresarios cruceños y encontrarse con Evo Morales, compartiendo espacio y planificando estos proyectos. Las llamadas Alianzas Público Privada (APP) funcionaban a pedir de boca. Uno de ellos, ya discutido y acordado con los grupos influyentes de Santa Cruz precisamente, es la expansión de la frontera agrícola. Vale la pena en este caso citar el desarrollo del agro cruceño en la construcción de esa relación tan cordial que nace en el oriente después de un periodo tenso que como punto culminante derivó en la matanza del hotel Las Américas el año 2008.

El polo de desarrollo cruceño comprende además de Megaproyectos multimillonarios un plan que, a manera de ejemplo, modifica normas y establece regulaciones que permite el chaqueo y asentamientos de colonos del occidente en espacios de su territorio preparando la tierra para su industrialización.

Para 2019 la APP estableció incorporar un millón de hectáreas nuevas de soja, trigo, maíz, sorgo y otros productos agrícolas para que Bolivia se convierta en un verdadero polo agroindustrial no solo de la región sino del mundo. Los agro empresarios cruceños soñaban y deben seguir soñando en convertir a Santa Cruz en una potencia sojera, por citar un ejemplo. Estos acuerdos se suscriben entre los empresarios cruceños y el Gobierno con base en estadísticas de organismos multilaterales que señalan que el departamento de Santa Cruz puede convertirse en un gran exportador de alimentos. Proyecciones que demandaron reformular reglamentos por las que Bolivia se abre al ingreso de cultivos resistentes a las variables climáticas. Pese a la oposición de grupos ambientalistas a mediados de este año, el Ejecutivo aprueba un decreto que permite el uso de transgénicos con el objetivo de triplicar la producción alimentaria y situarse a la altura de países exportadores de alimentos, tal el caso de Paraguay, Argentina y Brasil.

 

La temida fuerza electoral del MAS en Santa Cruz

Para comprender este hecho basta citar el crecimiento cruceño por encima del promedio nacional y su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) con 28,7%. No había puntada sin hilo ni aguja de modo que en torno a la agroindustria se ramifican otros proyectos como las licitaciones en marcha para construir un Megapuerto sobre la Hidrovia Paraná – Paraguay perfilando las exportaciones de soya a los mercados de Asía y Europa, principalmente. Los empresarios se reúnen regularmente con el Gobierno para avanzar la estrategia de una agenda desarrollista sentando las bases de proyectos de largo plazo. Empero, este clima cordial de relaciones no cuenta con un factor clave y cometen un grave error.

Faltando pocos días para las elecciones de 2019, definen incorporar en los planes de expansión agroindustrial el millón de nuevas hectáreas para la cosecha verano de 2019. Sellada la postulación del binomio oficialista se echa a andar la estrategia agroindustrial cumpliendo los acuerdos entre el sector empresarial cruceño y el Gobierno nacional.

Se programa la quema del millón de hectáreas en una zona de inmensos pastizales y bosque seco, pero un factor adverso obstruye el plan: en lugar de quemarse el millón de hectáreas planifi cadas el fuego descontrolado arrasa alrededor de 5 millones de hectáreas y toma zonas emblemáticas del patrimonio ecológico del departamento.

El fuego descontrolado estuvo a punto de alcanzar el patrimonio natural de la zona del Bosque Seco Chiquitano (BSCH), considerado una reserva de fl ora y fauna entre las principales del mundo.

La tragedia mal administrada por el Gobierno de Evo genera un sentimiento antigubernamental sobre todo entre los jóvenes que se vuelcan de toda Bolivia en patrullas organizadas para controlar los incendios que a medida que avanzan ponen en peligro cinco parques nacionales, además de una variedad importante de riqueza silvestre y animal. Por esto, afl ora un sentimiento ecologista particular entre los jóvenes que se convierten en el motor del descontento contra los asentamientos promovidos por el Gobierno en la zona.

Germina una lucha por la preservación de la naturaleza en Santa Cruz que deteriora la expectante relación con el electorado. Bolivia se pone en la mira internacional ya que en el mismo periodo otros focos de incendio se registran en la Amazonia brasileña levantando sospechas de una deforestación a gran escala del bosque considerado el más importante pulmón del planeta. Si bien el BSCH no es parte de la Amazonia las fake news no hacen diferenciaciones sutiles. El Gobierno queda mal parado por la incapacidad de controlar la voracidad del fuego y se niega a declarar la emergencia nacional clamada a gritos en el departamento.

El fenómeno electoral en la Chiquitanía y los jóvenes

Poco antes de las elecciones de octubre confluye un movimiento que se concentra en los ya famosos, muy utilizados y polémicos cabildos que en Santa Cruz congrega a más de un millón de personas. El respiro de aliento del cabildo cruceño no es precisamente la defensa del Medio Ambiente pero esta fi gura concentra masa y a la temática de los incendios se juntan otras demandas departamentales que exigen el Federalismo y fi ja plazos al Gobierno a derogar las normas de expansión de la frontera agrícola. Además, se expande un rumor de baja intensidad contra la reelección del binomio del MAS y crece la fi gura 21F. En ese clima antigubernamental, los bolivianos asistimos a las elecciones. El resultado fractura el apoyo del electorado del MAS en Santa Cruz y la victoria que se daba por descontada resulta una tremenda derrota para sus aspiraciones y planes en ese departamento. La candidatura de Carlos Mesa por Comunidad Ciudadana (CC) obtiene un apabullante triunfo en Santa Cruz con el respaldo del 47% de los votos frente a 33% del MAS. El resultado adverso voltea todos los cálculos.

Hasta un día antes de los incendios se seguía preparando a Santa Cruz a un despegue inusual de crecimiento. Como prueba de esta afirmación el Gobierno y dos poderosos grupos empresariales cruceños celebran en plena emergencia por la quema del bosque la primera exportación de 200 toneladas de carne a mercados de La República Popular de China.

Nadie en Santa Cruz hablaba de la preservación de sus bosques, sino de seguir creciendo hasta convertir al departamento en el principal polo de desarrollo.

Las discusiones giraban sobre la construcción de modernos puertos y carreteras en la Hidrovia Paraná – Paraguay, un moderno HUB para el aeropuerto de Viru Viru que convertiría a Santa Cruz en un centro comercial de primer nivel; el desarrollo agroindustrial, incentivando la siembre de semillas transgénicas; la producción de etanol a gran escala y un largo etcétera. Hasta ese día los temas de discusión eran la construcción de ciudades inteligentes sobre el Urubo o el Norte Integrado; la Nueva Santa Cruz con sus lagunas artificiales, los World Trade Center. Se puede decir con claridad que en el caso de los incendios el Gobierno reaccionó tarde y sin tomar en cuenta el efecto domino que le arrancó de las manos uno de sus bastiones electorales más consistentes. La naturaleza convirtió el sueño en una desencajada pesadilla.

De un día a otro, Santa Cruz definía una crucial elección por el ambiguo manejo estatal para sofocar los incendios en la Chiquitania. En la ocasión, dat0s entrevistó a grupos de profesionales y ecologistas que coincidieron en que “la pesadilla recién estaba comenzando” Se referían a las elecciones. El fuego fue devorando a su paso Concepción, San Xavier, San Matías y otras áreas muy queridas por los cruceños”. En muchos registros la opinión de los jóvenes era acompañada con llanto. El BSCH, el mayor afectado por los incendios tiene una extensión de alrededor 40 millones de hectáreas y junto a la zona del Pantanal y el Gran Chaco, alberga alrededor del 36% de la extensión del departamento de Santa Cruz. En esa inmensidad de territorio se encuentran los parques nacionales Noel Kempff, San Matías, Kaa Iya, y Otuquis -declarados así por su riqueza en biodiversidad- dos parques departamentales: Silvestre Ríos Blanco y Negro y Santa Cruz la Vieja; y otros tantos de tuición municipal.

Era un momento de reflexión que no se entendió en su magnitud. Un momento para repensar el progreso tan obsesivo de Santa Cruz.

 

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*Desde este miércoles y en los próximos seis días dat0s compartirá con sus lectores, material especial sobre la movilización poselectoral que ha sumido al país en una crisis sin precedentes. Para la comprensión histórica de sus efectos iniciará la serie con un recuento desde la recuperación de la democracia en 1982, los posteriores pactos de gobernabilidad que abrió paso al denominado “neoliberalismo”, pasando por el agotamiento del modelo económico dependiente en octubre de 2003, hasta la posterior instalación del Gobierno del MAS que culmina con la movilización poselectoral de octubre de 2019 que ha sumido al país en uno de sus momentos más dramáticos de la última década. 21 días de movilización que derivaron en la “renuncia” de Evo Morales a la presidencia y la posterior conformación de un Gobierno transitorio que debe convocar en los próximos meses a nuevas elecciones en medio de un estallido social que trata de ser contenido con el Ejército en las calles.