Personajes 2019: Protagonistas Jóvenes
Una de las definiciones de la revolución generacional es lograr la más grande transformación política y económica para impulsar el país por las sendas de un alto crecimiento económico, reducción de la pobreza y la desigualdad.
La movilización que pasó el país durante el mes posterior a las elecciones del 20 de octubre, ha dejado una estela de dudas, pero también certezas que han sacado del adormecimiento a las calles a un incondicional pelotón de jóvenes dispuestos a lograr la mayor transformación de las últimas dos décadas. La pregunta que hay que hacerse ahora es si están preparados para asumir semejante reto. De los estribillos “quien se rinde, nadie se rinde / quien se casa, nadie se cansa” se debe pasar a una etapa madura del conocimiento para lograr un cambio real en tiempo real en el que los actores centrales son en su mayoría estudiantes universitarios, profesionales jóvenes y gente que se sumó y es crucial para lo que viene. Muchos de los jóvenes entrevistados por dat0s durante la movilización poselectoral han manifestado que se los ha marginado de las decisiones que se tomaron en los últimos 14 años y que, además, no se los ha tomado en cuenta para diseñar el proyecto de un país. Por lo tanto, su lucha interna consigo mismos estalló junto a la emergencia que se vivió con los incendios en la Chiquitania, pimero y, después, a medida que se fue apurando el resultado de las elecciones en las que, el ganador, amañó los resultados.
Los jóvenes salieron a las calles a expresar su indignación por este hecho y nació en ellos una conciencia crítica que trasuntó las expectativas en las que desaparecieron nombres visibles o figuras públicas. Fue una movilización contra el sistema que no los tomó en cuenta y el imperativo de fijar nuevas metas. Una movilización de todos sin apuntar a nadie con la esperanza que en el camino se fijarían las pausas que orientará el objetico a seguir. Si bien hace 50 años sus padres o sus abuelos se esforzaron por una utopía revolucionaria, hoy, ellos constataron que quieren una sociedad mejor sin corrupción y en democracia, pero para cumplir tal meta deben ser tomados en cuenta.
Como diría el consultor ecuatoriano Jaime Duran Barba “hay algunos que siguen luchando contra del imperialismo, la invasión de Vietnam y la Revolución soviética, sin saber que Vietnam es un exitoso país capitalista y que la URSS desapareció. Otros son anticomunistas cuando ya no hay comunismo, creen que Nicolás Maduro desestabiliza a los países de la región, que Cuba sigue siendo una potencia. No se dan cuenta de que solo estudiando la Revolución del Conocimiento se puede empezar a comprender la rebelión de los chalecos amarillos de Francia, el caos chileno, el ´colapso´ boliviano, la desaparición de los partidos de Italia, la caducidad de los conceptos de izquierda y derecha, la caída del Muro de Berlín”.
El mismo consultor opina que ahora la gente es independiente y rechaza toda representación. “La Revolución del Conocimiento tiene sus propios centros de crecimiento. Shenzhen es una de las zonas francas de Deng, la ciudad más próspera del país, con un PIB de 345 mil millones de dólares”. Por eso, más allá de la consumación de un nuevo escenario, es indispensable saber qué van a hacer en esta nueva configuración de sociedad. Se necesita una adecuada comprensión de los fenómenos sociales que permitan enfundar nuevas herramientas de conducción. Los cambios no se consiguen de la noche a la mañana, poniendo fechas de caducidad o con buenas intenciones. Es necesario comprender los espacios que se han conquistado desde una perspectiva más global para visibilizar la ética en cualquier acción futura.
Como Shenzen en China se pueden enumerar otras zonas en las que ocupan lugar, por ejemplo, Silicon Valley en los Estados Unidos y las “Zonas Francas Especiales de Inversión” que se convirtieron en el corazón del cambio en diferentes partes del mundo.
El caso boliviano es una ilustración de que sólo se podrán alcanzar metas que equilibren las desigualdades y promuevan una sociedad más justa, con planes innovadores en los que se requerirá un claro entendimiento del histórico paso que han dado los jóvenes y los espacios que aún restan por conquistar.
Ahora, no todo lo que dejó el anterior Gobierno ha sido malo y no se pude incurrir en el error de descalificar un periodo de 14 años que definió un rumbo de país que si bien con errores, había diseñado un plan de desarrollo a través de alianzas entre los sectores económicos más representativos de la sociedad y el Estado. Pero también es cierto que los jóvenes reclaman una participación más efectiva, el respeto a su voto y sobre todo el cambio, porque de lo contario de nada valdría la movilización poselectoral. En la parte central de esta introducción reproducimos algunas opiniones validas sobre las que deberá trabajar cualquiera sea el Gobierno que asuma funciones después de las elecciones para la presidencia en 2020.
Frente Revolucionario “El momento de los jóvenes ha llegado y es ahora”
Dat0s tuvo contacto con los representantes de la organización Frente Revolucionario (FR). Se trata de un equipo de profesionales jóvenes. Su fundador Mauricio Taboada (30) abogado y Alejandra Sánchez (28) con un posgrado en Desarrollo Comunitario y otro en Niñez y Familia contestaron un cuestionario para comprender el alcance de su pensamiento tras la movilización poselectoral de octubre. Ellos estuvieron presentes en los días de movilización en varios puntos del país para expresar su rechazo contra la perpetuación del poder y en favor del retorno a las reglas del juego democrático. Les consultamos que persiguieron durante la crisis que sacudió al país con su presencia en las calles. Mauricio indica que lo fundamental “es el respeto al voto, el respeto a la Constitución Política del Estado (CPE), las normas y por sobre todo el respeto a Bolivia”. Alejandra opina que “se perseguía la recuperación de la democracia que fue pisoteada desde el 21F que se consolidaba con el fraude del 20 de octubre del 2019”. Afirman que no acuñaron nombres detrás del movimiento, “porque cada uno de nosotros fue convirtiéndose en un referente de lucha”. Alejandra asegura que fue un compromiso con el país. “Explotamos al ver que intentaban robarnos las elecciones”. Sobre los motivos de salir a las calles, Mauricio asegura que “nuestra lucha es contra el abuso de poder excesivo y constante por parte de una élite política que no respeta la decisión de la mayoría. Comenzó con el 21F y terminó con lo del 20 de octubre y aun ahora la lucha continua”. Mientras Alejandra cree que fue “la indignación de que estaba ocurriendo algo similar a Venezuela, donde se burló los resultados del referéndum, y el mismo que durante los últimos años reprimió a todo aquel que estaba en su contra”.
Mauricio afirma que “no fueron miles sino millones los jóvenes que nos sumamos a las protestas a nivel nacional”. Quizá ahora no solo para ellos sino para esos millones de jóvenes lo más importante es qué viene y el sentido pragmático de su intervención real en la política. Alejandra dice que “hay que seguir impulsando el liderazgo juvenil con preparación y conocimiento de causa. Este espacio nos permitió mostrar una generación con amor a la patria y reivindicación democrática y eso no puede parar”. Ya Mauricio opina que “vienen vientos de cambio, renovación en todas las esferas institucionales, políticas y cívicas. Este es un nuevo tiempo, el momento de los jóvenes ha llegado y es ahora”. Les consultamos ¿qué esperan del nuevo Gobierno? “El que ´esperemos´ – según Mauricio- es muy abstracto, el qué queremos suena mejor. Está comprobado que si nos unimos los jóvenes representamos más del 51% del padrón electoral, tenemos claro que somos el presente y el futuro”. Alejandra: “realizar justicia y dar oportunidades sin mirar colores políticos”.
Finalmente les consultamos sobre la conjunción entre experiencia y juventud que se ha venido escuchando para la conformación de frentes con ideas renovadas. Alejandra cree que la experiencia sin tomar en cuenta la edad, es muy importante. “Existen experiencias variadas y todas nos ayudarán a enriquecer y fortalecer la Bolivia que queremos. Sobre el punto Mauricio señala que “lo viejo suena mal, lo de ´experiencia´ suena mejor. Hay que reconocer que experiencia y juventud van agarrados de la mano para construir un mejor país”.