Moro busca demostrar que Bolsonaro intentó interferir en la Policía Federal

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Foto: Adriano Machado/Reuters

 

El exministro Sergio Moro fue interrogado este sábado durante ocho horas en la sede de la Policía Federal de Curitiba. El antiguo juez de la operación anticorrupción Lava Jato presentó mensajes y audios para probar las acusaciones, según confirmó este diario con fuentes jurídicas, que realizó contra Jair Bolsonaro de intentar interferir políticamente en la Policía Federal, órgano que lleva las investigaciones que podrían afectar a los tres hijos del presidente. Moro llegó al edificio -el mismo en el que cumplió condena el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva tras ser condenado en la Lava Jato, una operación que llevó a Moro al estrellato- poco después de las dos de la tarde, acompañado de gritos de protesta y de apoyo. No habló con la prensa. Terminó su declaración sobre las 11 de la noche.

Su testimonio forma parte de una investigación abierta, autorizada por el magistrado del Supremo Tribunal Federal Celso de Mello, para investigar el supuesto intento de Bolsonaro de interferir políticamente en la Policía Federal y falsificar la firma de Moro en la publicación de la destitución del entonces director general de la Policía Federal, Maurício Valeixo. La destitución fue el punto central del desacuerdo entre Moro y Bolsonaro, ya que se hizo sin el consentimiento del exministro.

Mientras, Bolsonaro ha vuelto a participar este domingo en una protesta contra el Supremo Tribunal Federal y el Congreso. “No vamos a admitir más interferencias. Se nos acabó la paciencia”, ha dicho allí ante una multitud de seguidores que incumplían las normas más básicas para evitar los contagios de coronavirus. Varios periodistas han sido agredidos.

El Fiscal General, Augusto Aras, solicitó que se abriera la investigación, señalando que tanto Bolsonaro como Moro podrían haber cometido delitos. Bolsonaro está siendo investigado por los presuntos delitos de falsificación, coerción, prevaricación administrativa, obstrucción a la justicia y corrupción pasiva privilegiada. El exministro, si no presenta pruebas, puede ser acusado de calumnia, crimen contra el honor y prevaricación. Moro tendría 60 días para dar explicaciones, pero el magistrado Celso de Mello redujo este tiempo a cinco días.

La sede de la Policía Federal en Curitiba, que en el pasado fue escenario de protestas y enfrentamientos entre simpatizantes del expresidente Lula y defensores de la operación Lava Jato, presenció esta vez enfrentamientos entre los partidarios de Bolsonaro y de Moro. “¿Por qué no investigan quién intentó matar al presidente?”, gritaban las tropas leales al presidente, replicando el discurso que profirió Bolsonaro tras las acusaciones de Moro, en el que insinuó que la policía, bajo las órdenes del ministro, no dio importancia a la puñalada que recibió durante la campaña electoral. La mención del ataque, que ocurrió en 2018, no fue por casualidad. Horas antes, el propio mandatario publicó en las redes sociales: “¿El Judas que testificará hoy interfirió para que no se investigara?”. La Policía Federal afirma que la investigación concluyó que Adélio de Souza, autor de la puñalada al entonces candidato, no había recibido órdenes de nadie.

La investigación basada en las declaraciones de Moro aún se encuentra en su fase inicial. Si se determina que el presidente cometió los crímenes, la Fiscalía tendría que presentar una denuncia contra Bolsonaro, que necesitará la autorización de la Cámara de Diputados para que se proceda al impeachment. El Congreso ya ha recibido otras muchas solicitudes, que se encuentran en manos del presidente de la Cámara, Rodrigo Maia. Hasta ahora, el congresista ha defendido que, debido a la pandemia de coronavirus, no sería apropiado analizar las solicitudes de destitución de Bolsonaro.

El 24 de abril, Moro dimitió como ministro de Justicia y, durante una rueda de prensa, acusó al presidente de intentar interferir en la autonomía de la Policía Federal para poder acceder a las investigaciones en curso y a la información de inteligencia de la institución. El mismo día que Moro lo acusó, Bolsonaro replicó al antiguo subordinado y negó haber solicitado acceso a los casos investigados.