Datos y llamadas de celulares, en riesgo de espionaje por antenas falsas en América Latina

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Foto: iStock

 

El teléfono celular es el dispositivo más íntimo en la historia de la humanidad. Raramente nos separamos a más de un metro de él, es la primera cosa que vemos al despertar y la última que consultamos antes de ir a dormir. Bajo la premisa de “tú estás dónde está tu celular” nació la estrategia de espionaje de los IMSI Catchers, que simulan ser antenas convencionales a las cuales nuestro celular se conecta para conseguir señal de llamada y datos.

Una vez conectado un IMSI Catcher, el sistema tiene la capacidad de identificar la tarjeta SIM, escuchar las llamadas telefónicas, ver a qué páginas de internet te conectas y ubicar si estás dentro del radio de acción de la antena. Una red de antenas falsas -situadas en lugares estratégicos de una ciudad- puede saber quién entra y sale por las principales carreteras, quién acaba de aterrizar en un avión o quiénes están y qué dicen durante una manifestación dentro la ciudad. Esto está pasando actualmente en América Latina y es una amenaza para la privacidad de los ciudadanos. Los gobiernos, ya sea por acción o por omisión, están siendo cómplices.

El proyecto Fake Antenna Detection (FADe) monitoreó durante 90 días Ciudad de México, México; La Paz, Bolivia; y Caracas, Venezuela; y realizó una visita de varios días a la frontera entre Venezuela y Colombia en busca de antenas falsas. Para este estudio la organización South Lighthouse adaptó la metodología SeaGlass de la Universidad de Washington, en la que un dispositivo móvil recoge toda la información recibida para luego realizar 21 pruebas que buscan inconsistencias, configuraciones sospechosas y contrastar los mapas de cobertura.

En total se realizaron más de dos millones de mediciones a 6,331 antenas, y 87 resultaron sospechosas de ser IMSI Catcher o antenas falsas. Un punto ciego del estudio es que no podemos saber quién está operando la antena, pero al tener una ubicación bastante precisa se puede llegar a conclusiones razonables.

Con 33 antenas falsas, Caracas es la ciudad analizada con más casos, y su distribución dista mucho de ser aleatoria. En las siete principales salidas por tierra de la capital se detectó una antena falsa, las siete tienen exactamente las mismas inconsistencias, por lo que probablemente fueron configuradas por la misma persona. No sabemos quién está controlando esta red de antenas, mediante las cuales se podría saber quién entra y sale de la ciudad, lo que sí que podemos afirmar es que dos de ellas están dentro de instalaciones de oficinas del Comando de la Guardia Nacional Bolivariana. Hay otra antena falsa en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar.

El centro de Caracas está cubierto con ocho antenas falsas, siendo la antena con más irregularidades la situada en Plaza Venezuela. Cerca de estas antenas se encuentran redacciones de medios críticos, organizaciones de derechos humanos, y escenarios de protestas contra el régimen. El equipo local que capturó los datos, y que pidió permanecer anónimo por temas de seguridad, detectó fenómenos poco habituales en entornos urbanos, como antenas que no brindan servicio o rotuladas con marcas comerciales que no aparecen en los mapas de cobertura.

Ciudad de México tiene 22 antenas sospechosas y patrones muy similares a Caracas. Hay antenas en dos de las principales salidas de la ciudad, ambas muy cerca de complejos militares, y presencia de varias antenas que cubren prácticamente todo el centro histórico de la ciudad. Dados los antecedentes de espionaje a periodistas y defensores de derechos humanos, durante el monitoreo, la organización local SeguDigital situó dispositivos para detectar antenas falsas en las principales redacciones de medios y oficinas de organizaciones sociales, pero no se encontró ningún patrón al respecto.

Sabemos que el actual gobierno mexicano, del presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene esta tecnología: se han detectado tres contratos con subsidiarias del principal fabricante de IMSI Catchers, L3Harris Technologies, a partir de la plataforma QuiénEsQuién.Wiki. La relación viene de la administración previa, del expresidente Enrique Peña Nieto, quién hizo 18 compras a la misma corporación.

En La Paz hay razones para pensar que el Ejército está siendo entrenado en el uso de esta tecnología. Las cuatro antenas con más irregularidades de todo el estudio, que llega a niveles absurdos, están situadas en la base del Círculo de Oficiales del Ejército. Las otras 13 antenas están ubicadas en el este de la ciudad y llegan parcialmente al centro.

En la frontera entre Colombia y Venezuela están cubiertos los tres puntos clave: el puente que conecta ambos países y las ciudades principales en cada país. En Colombia, Cúcuta, con foco en el centro y el aeropuerto local, y en Venezuela, a partir de San Cristóbal y toda la ruta hacia la frontera con especial foco en Rubio y San Antonio. Dos países distintos, idénticos patrones. No parece casualidad.

El control social del territorio y de la ciudadanía que lo habita a partir de estas antenas falsas, roza paradigmas orwellianos. Los resultados de FADe y SeaGlass hacen suponer que la mayoría de grandes ciudades de América Latina también están siendo espiadas con esta tecnología, bajo el pretexto de la seguridad.

La distopía no termina aquí, el espionaje digital tiene miles de estrategias que mutan de forma constante. Los gobiernos deben apartarse de la tentación del espionaje digital masivo y empezar a combatirlo con nuevas leyes, sanciones fuertes y nuevas unidades de contraespionaje centradas en la promoción de la autodefensa cibernética universal. El siglo XXI no debería entenderse sin privacidad.


Ricardo Balderas and Eduard Martín-Borregón

Ambos autores trabajan en la organización PODER, Ricardo Balderas como periodista de investigación y Eduard Martín-Borregon como Director de Datos, Periodismo y Tecnología.