Bomberos y comunarios sucumben ante las llamas

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Foto: Los Tiempos

 

La historia se repite. Los incendios forestales vuelven a ser protagonistas de una agenda informativa que refleja, otro año más, las difíciles condiciones en la que operan los bomberos y pobladores. Largas horas de trabajo y mucha desprotección ponen en riesgo sus vidas.

El pasado sábado se informó sobre la primera víctima, en Chuquisca, de las llamas. Macedonio León, de 60 años y vecino de la comunidad Sausalito, fue encontrado sin vida en una zona arrasada por las llamas. El alcalde de Huacareta, Daniel López, daba el anuncio.

El fallecido era jubilado y se desempeñaba como presidente de la Organización Territorial de Base.

A pocos kilómetros de ahí, el fuego también avanza sin control en Macharetí. Varias comunidades han sido evacuadas ante la imposibilidad de sofocar las llamas. Bomberos de Villamontes y Boyuibe se han visto sobrepasados ante la falta de recursos para combatir el incendio.

Anoche, mientras aguardaban la llegada de más bomberos desde Santa Cruz, se reportaba la desaparición de dos personas en las operaciones. Algo similar ocurre en Vallegrande, donde hay una brigada de bomberos de UUBR con la que se perdió la comunicación hace un par de días cuando se desplazaron a zonas alejadas.

Los bomberos desplazados en Copaibo, que llevan 14 días en la zona, extienden sus jornadas de trabajo durante toda la noche para evitar el sol y las altas temperaturas del día. “Es un riesgo trabajar de noche” explica Diego Suárez, Bombero de Quebracho desplazado en la zona.

“Al traje puesto súmale el calor, la humedad y el humo intenso”, explica Suárez. También son frecuentes las dificultades respiratorias que derivan, en los casos más graves, en neumonías.

En esas condiciones cada uno de los bomberos puede perder entre 6.000 y 7.000 calorías por el esfuerzo y la exposición al calor. Es recurrente los cuadros de deshidratación y desgaste que se manifiestan y debilitan a los voluntarios.

Las normas internacionales plantean que cada bombero debe permanecer tres días en la primera línea de fuego para luego oxigenarse con un descanso de una semana. “Y aquí llevamos ya 14 días, descansando con dificultad y alimentándonos como podemos“, lamenta Suárez.

En la ciudad se han conformado grupos de apoyo que recogen alimentos e insumos para distribuir a los bomberos voluntarios. Jhanisse Vaca Daza encabeza la organización Ríos de Pie que desde el pasado año observan la poca planificación para evitar las quemas y equipar a los voluntarios.

Es triste que tengamos el mismo problema del año pasado y que sigan faltando recursos como por ejemplo los equipos de comunicación que son tan relevantes”, expresa.

Declaración de desastre

El Gobernador Rubén Costas convocó para la mañana de este viernes al Comité de Crisis con el propósito de analizar la situación que enfrenta el departamento a causa de los incendios forestales y las sequias. Fuentes cercanas al gobernador adelantaron que se emitirá la declaratoria de desastre departamental.

Así también lo anunció el Ministro de Defensa, Fernando López, quien aguarda la declaratoria para disponer de recursos y equipamiento necesario para combatir los incendios.

Otra gobernación que estudia seguir los pasos de la declaratoria de desastre es la chuquisaqueña. Ayer ya se comunicó con el ministro de Defensa para solicitar apoyo aéreo que permita atacar los incendios de Monteagudo y Macharetí ante la imposibilidad de acceder a los cerros por vía terrestre.

Arde la reserva de rio Blanco y Negro

Franz García, responsable de la Autoridad de Bosques y Tierras, ABT, en la zona de Guarayos, indicó en un primer reporte, luego de una inspección, que el fuego ha consumido más de 2 mil hectáreas en la reserva forestal Río Blanco y Negro.

El fuego inició hace una semana y avanza incontrolable destruyendo todo lo que encuentra a su paso. La reserva es un territorio protegido que comparten los municipios de Ascensión, Urubichá y Concepción, dijo el funcionario.

Informó que aún no han ingresado a sofocar las llamas, por dos razones. Primero porque, por el momento,  no se cuenta con recursos humanos puesto que el cuerpo de bomberos solo tiene 19 efectivos que están apagando otros incendios; y el segundo, por  falta de recursos económicos.

García informó que se han iniciado 20 procesos administrativos a igual número de personas acusadas de provocar incendios.