Joe Biden se acercó a los 270 votos electorales con victorias en Wisconsin y Michigan el miércoles, y dejó al presidente Trump en buena medida jugando a la defensa en el mapa de los estados en disputa.
Joe Biden se ha acercado mucho más a los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para hacerse con la Casa Blanca después de las victorias en Wisconsin y Michigan el miércoles y deja al presidente Donald Trump jugando en gran medida a la defensa en un mapa de estados en disputa, si aún viable, cada vez más limitado.
El camino de Trump, a partir de la tarde del miércoles, se centraba en su victoria de los 20 votos del Colegio Electoral de Pensilvania, en conjunto con otros escenarios que implican mantener Georgia, borrar la ventaja de Biden en Arizona y darle la vuelta a Nevada, el estado más inestable en el mapa de Biden.
El martes por la noche, el equipo de Biden vio con nerviosismo cómo los estados que podrían haber ganado -Florida, Ohio, Texas y Carolina del Norte- se definieron rápidamente para el presidente. Pero en la madrugada del miércoles, fue el exvicepresidente, y no el actual presidente, quien se puso a la ofensiva, cobrando impulso en su esfuerzo por recapturar Michigan, Wisconsin y Pensilvania, la otrora “muralla azul” de los demócratas.
Para el miércoles por la tarde, la Associated Press había declarado a Biden como ganador tanto en Wisconsin como en Michigan, ya que las áreas demócratas de esos estados comenzaron a reportar más resultados.
Con esas victorias, Biden tiene ahora dos caminos claros y plausibles hacia la victoria:
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Puede ganar Pensilvania, un estado que parecía estar inclinándose a su favor cuando comenzó el conteo de las votaciones anticipadas y por correo.
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O, si se mantiene Nevada, podría tomar Arizona, que ya ha sido declarada victoria de Biden por algunas organizaciones de noticias, a pesar de que aún quedan cientos de miles de votos por contar.
Biden tiene incluso un tercer camino, menos probable que los otros dos, pero aún viable: ganar tanto en Nevada como en Georgia, donde una afluencia de votos por correo de Atlanta y sus suburbios estrechó lo que parecía una ventaja insuperable de Trump la tarde del miércoles.
Si se quedara con Arizona o Georgia, junto con Nevada, ganar Pensilvania sería innecesario.
En una llamada con reporteros el miércoles temprano, el equipo de Biden expresó su confianza en que el exvicepresidente ganaría tomando el camino “fácil”, a lo largo de la vieja “muralla azul” en el Medio Oeste y los Apalaches.
Eso parecía menos plausible el martes, cuando Trump saltó a una ventaja de 700.000 votos en Pensilvania. Pero muchos votos quedaban por contar, y se esperaba que el voto en ausencia en particular favoreciera a Biden porque muchos votantes demócratas utilizaron el voto por correo durante la pandemia del coronavirus.
Los republicanos expresan su confianza en que Trump finalmente prevalecerá en Arizona, pero Biden mantuvo una ligera ventaja allí, y los asesores del presidente concedieron en privado que una victoria de Biden allí daría un golpe devastador a sus posibilidades de ganar en todo el país.
Una victoria en Arizona, junto con una victoria en Nevada, resultaría una suma de exactamente 270 votos electorales para Biden, sin necesidad de ganar en Pensilvania.
“El camino de Joe Biden sigue sin modificarse, en gran medida, desde que ingresó a la contienda”, dijo el miércoles temprano Guy Cecil, presidente de Priorities USA, uno de los principales comités de acción política de los demócratas. “Todavía quedan al menos cinco estados competitivos que le dan varios caminos para conseguir 270. Es posible que contar los votos tome un par de días, y puede que tengamos que luchar con la campaña de Trump en la corte, pero Joe Biden sigue siendo el favorito”.
Los triunfos de Trump en Florida, Ohio y Texas no le dieron un nuevo modo de triunfar pero le permitieron bloquear nuevos atajos para que Biden pudiera reclamar la victoria el día de la elección. Su última oportunidad de remontar es Nevada, otra contienda reñida, pero que en general se cree que la mayoría de los votos aún no contados favorecerán a Biden.
De otro modo, el camino de Trump hacia un segundo mandato depende de que conserve Pensilvania, que ganó por poco en 2016; de que mantenga Georgia y Carolina del Norte; y de que gane Arizona o Nevada.
“El camino de Trump es exactamente el mismo de 2016”, dijo Alex Conant, un estratega republicano que es un veterano de las campañas del senador Marco Rubio. “Necesita sobrepasar en algunos estados tradicionalmente azules. Trump gana cuando los votantes demócratas dan por sentado los votos por los demócratas que ya no son confiables”.
En Nebraska -que junto con Maine es uno de los dos estados que dividieron sus votos electorales por distrito congresal- Biden ganó el Segundo Distrito Congresal, que incluye a Omaha. La presidenta del Partido Demócrata en Nebraska, Jane Kleeb, declaró la victoria temprano el miércoles.
“Omaha ahora es Joe-maha“, dijo.
Como Biden ganó ese único voto de Nebraska, mantuvo abierto el camino que le permite llevarse la presidencia al ganar Arizona y Nevada y alcanzar exactamente 270 votos electorales.
Reid J. Epstein cubre campañas y elecciones desde Washington. Antes de unirse al Times en 2019, trabajó en The Wall Street Journal, Politico, Newsday y The Milwaukee Journal Sentinel.
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