Nuestra vacuna es muy segura, pero respeto la decisión de cada país

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Foto: EFE/EPA/DAN HIMBRECHTS

Andrew Pollard es director del Grupo de Vacunas de la Universidad de Oxford, que ha desarrollado con AstraZeneca una de las inmunizaciones adquiridas por la UE, cuya inoculación en mayores de 65 años está en tela de juicio

 

Andrew J. Pollard (Kent, 55 años) lidera el Grupo de Vacunas de la Universidad de Oxford, y es el investigador jefe del equipo de científicos que comenzó a trabajar hace poco más de un año contra reloj para lograr una vacuna de la covid-19. La alianza con el gigante farmacéutico AstraZeneca aceleró el empeño y permitió comenzar a producir a gran escala el fármaco. Fue el suyo uno de los esfuerzos en los que más esperanzas depositó la comunidad internacional. La tensión entre la empresa y la UE por la reducción de los suministros prometidos en la primera entrega, y las dudas surgidas en torno a la eficacia de la vacuna en los mayores de 65 años han colocado a Pollard en medio de una refriega política a la que no estaba acostumbrado.

Pregunta. ¿Cuál es el problema -si se puede llamar problema- de la vacuna de AstraZeneca con los mayores de 65 años?

Respuesta. Tenemos muchos menos datos sobre personas mayores que sobre personas jóvenes en los estudios realizados. En primer lugar, porque tardamos más tiempo que otros en reclutar gente mayor para los ensayos, con lo cual tenemos menos casos de infectados en esos grupos. En segundo, porque las personas mayores suelen ser más precavidas que los adultos jóvenes. No se infectan con la misma regularidad. Y tercero porque la muestra de personas mayores en nuestro estudio no era muy amplia, por lo que lleva más tiempo obtener una respuesta que sea estadísticamente significativa. Pero la Agencia Europea del Medicamento [EMA, por sus siglas en inglés], junto a otras 25 autoridades reguladoras, ha aprobado la vacuna para todas las edades. Y la razón estriba en que hemos obtenido buena eficacia en los adultos jóvenes y una respuesta inmunológica similar en los mayores. Los datos que nos llegan corroboran que vamos en la buena dirección. Simplemente, no son números tan elevados como los de los adultos jóvenes.

P. ¿Entonces es una cuestión de seguridad o de eficacia?

R. Los datos de seguridad en el grupo de mayores son bastante elevados. No existe ninguna duda sobre la seguridad. Es una pura cuestión de tiempo, de ir acumulando los suficientes datos sobre la eficacia.

P. ¿Cuáles son los efectos comprobados de la vacuna en ese grupo de edad? ¿Qué información falta al respecto?

R. Lo único que necesitamos es más cifras de casos de infectados. Hay tres modos de lograr ese nivel de información que todos deseamos, aunque ya tengamos mucha confianza en que funcionará bien en todos los grupos de edad, porque tenemos buenos datos de respuesta inmunológica. Tenemos ensayos en marcha en el Reino Unido y Brasil que suministrarán más información. Hay otro estudio en Estados Unidos que contiene un gran número de personas mayores, y que debería ofrecer resultados en un futuro cercano. Y por último, hay países como el Reino Unido que ya han suministrado muchas dosis a personas mayores. En muy poco tiempo, tendremos datos.

P. ¿Y cuándo se sabrá?

R. En el caso de la vacunación ya en marcha en el Reino Unido, todo depende de cuándo puedan comenzar a preparar esos datos. Calculo que debería ser cuestión de un mes. Se tarda entre dos y tres semanas en desarrollar una respuesta inmunológica, y comenzó a usarse nuestra vacuna hace ya un mes.

P. ¿Entiende las reticencias de algunos países, e incluso la prohibición, de usar su vacuna en personas mayores?

R. La EMA ha aprobado la vacuna para todos los grupos de edad. Cada país debe tomar su propia decisión sobre cómo usarla. Y para ello deberán tener en cuenta de cuántos suministros disponen [algunos países han vacunado ya a gran parte de sus personas mayores] y su propia confianza en el nivel de las evidencias presentadas. En el Reino Unido se ha decidido usarla en todos los grupos de edad. Es fácil de almacenar y de transportar.

P. Porque ustedes defienden además que la vacuna ha demostrado su eficacia en evitar el desarrollo de patologías severas u hospitalizaciones.

R. Ante una pandemia, necesitas hacer dos cosas. Vacunar a mucha gente, y hacerlo cuanto antes. Cualquier retraso supondrá más casos y más muertes. Algunos modelos matemáticos han mostrado que, incluso si dispones de una vacuna que no sea muy eficaz, si la suministras hoy tendrás un impacto mucho mayor que si esperas seis meses. Es algo obvio. Sobre todo en países con una alta población mayor, como ocurre en Europa. Aunque la vacuna tuviera un 100% de eficacia, no merecería la pena esperar seis meses. Es mejor comenzar cuanto antes.

P. El mundo puso sus esperanzas en el empeño de Oxford, entre otros. ¿Cómo se siente ahora un científico en medio de esta refriega política?

R. Soy un científico, y mi trabajo consiste en generar la mejor evidencia posible. Hemos intentado ser muy transparentes, publicando toda la información de la que disponíamos. Son luego las agencias reguladoras, como la EMA, las que deben decidir si conceden la licencia. Y los científicos independientes de cada país deben hacer uso de su propia integridad para decidir lo mejor para su población. Respeto profundamente la decisión de cada país. Los políticos tienen su propia agenda, en la que yo no quiero involucrarme.